jueves, 26 de septiembre de 2013

Guerra económica (y II).


ANTONIA MUÑOZ.


En el artículo de la semana pasada señalamos como el ACAPARAMIENTO produce escasez ficticia, la cual propicia y facilita la ESPECULACIÓN, aparentemente amparada en la lógica capitalista según la cual el precio de los bienes deben dejarse al libre juego de la oferta y la demanda. Según esta teoría, Si en el mercado hay abundante aceite comestible, entonces su precio bajará automáticamente. Sin embargo, eso se cumplirá sólo con los alimentos perecederos como las hortalizas (tomate, cebolla, pimentón, ají), las verduras, las frutas; pero está lejos de ser verdad con cualquier otro producto como el aceite comestible o papel higiénico, por citar sólo dos ejemplos. En este caso cuando aparece el producto acaparado, el mismo hace su entrada triunfal con aumento de precio al consumidor. Toda esta situación genera las compras nerviosas por parte de los consumidores, quienes sin saberlo se convierten en acaparadores de los productos que, previamente fueron acaparados por quienes si saben lo que hacen y por eso no tienen perdón de Dios. Sin embargo, en la mayoría de los casos estos delincuentes gozan de la impunidad que permiten los hombres y mujeres que tienen el deber de perseguirlos, pero que muchas veces no lo hacen, porque, el miedo es libre o por ser acomodaticios, negligentes, incapaces o corruptos. No podemos aceptar como excusa para no actuar eficientemente el argumento de que somos muy pocos o no tenemos vehículos.
Como la economía es tan complicada, al menos para quienes no somos especialistas en el área; consideramos que es necesario cuidar más los detalles. Un detalle que se debe vigilar férreamente es cuánto cuesta producir un bien de cualquier naturaleza, y establecer una ganancia razonable (no usurera) para así fijar el precio de venta al público. Esto lo decimos, porque a veces pareciera que cada quien puede vender su mercancía al precio que le venga en gana, con la seguridad que tal delito quedará impune. Comencemos por los importadores que reciben dólares a 6,30 en este momento. ¿Será imposible saber en cuál país compran y cuánto le cuesta lo que compran, y en consecuencia, colocarle un porcentaje máximo de ganancia por encima del cual se considera que el importador incurre en especulación o en usura? ¿Será que no se puede determinar a través de una estructura de costo cuanto cuesta producir cada alimento? ¡Y que no nos vengan los economistas de la derecha con sus cuentos, porque sólo basta ver cómo está la economía de los países que se han abandonado en los brazos del LIBRE MERCADO! Tampoco estamos planteando que la gente trabaje para perder! Nadie en su sano juicio haría tal cosa.
¡Si no castigamos severamente los delitos del acaparamiento y la especulación, sobre todo en el área de los alimentos, no es precisamente por falta de leyes¡ Comencemos con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela(CRBV): ARTÍCULO 114. EL ILÍCITO ECONÓMICO, LA ESPECULACIÓN, EL ACAPARAMIENTO, LA USURA, LA CARTELIZACIÓN Y OTROS DELITOS CONEXOS, SERÁN PENADOS SEVERAMENTE DE ACUERDO CON LA LEY ¡ Una de estas leyes sugerida en la CRBV es la LEY DE COSTOS Y PRECIOS JUSTOS! ¡Qué alegría produjo la creación de la SUPERINTENDENCIA DE COSTOS Y PRECIOS! Reforcemos a INDEPABIS en cada municipio con personal y vehículos. Con la mejor de las intenciones nos atrevemos a decir que hace falta una actuación más contundente. Aunque seamos repetitivos, una vez más preguntamos ¿Será que Bolívar otra vez tiene razón? “ Los Códigos, los Sistemas, los Estatutos, por sabios que sean, son obras muertas que poco influyen en la sociedad: hombres virtuosos, hombres patriotas, hombres ilustrados constituyen las Repúblicas! Tantas enseñanzas, tantas advertencias que nos dejara Bolívar, y nosotros tan ciegos y sordos: LA IMPUNIDAD DE LOS DELITOS HACE QUE ESTOS SE COMETAN CON MAS FRECUENCIA, Y AL FÍN LLEGA EL CASO QUE EL CASTIGO NO BASTA PARA REPRIMIRLOS.
Cada día uno se entera de casos más insólitos! Cada día los vivarachos se atreven a más! No tengo las pruebas, pero tengo varios testimonios de que habría delincuentes sacando ganado en pie para Colombia y posteriormente trayéndolo a Venezuela como ganado importado. El negocio: LA ESPECULACIÓN CAMBIARIA. El negocio de los dólares y la ventaja del diferencial cambiario con el hermano país. Si eso fuera verdad, por dónde pasan esos enormes vehículos cargados de ganado? En maletas no puede ser y tampoco por trochas! En el mismo orden de ideas: en una asamblea con productores, recientemente alguien denunció que tuvo que pagar Bs. 100 por un saco de cemento. Entendemos la necesidad, pero, ¿No será que cualquier ciudadano debería denunciar un atraco como ese? De otro estado me reportan que la gente tiene que amanecer haciendo cola para que le vendan unos pocos sacos de cemento. Entendemos que se están haciendo muchas casas con la GMVV, pero no será que hay más de un “caribe”, pescando en rio revuelto y aprovechando para hacer su negocito?
No debe extrañar, si un día de estos aparece gente de la “Economía informal” vendiendo cemento a precios usureros. Hace tiempo que andan de los más felices vendiendo a precios especulativos: harina precocida, aceite, margarina y cuanto alimento vende MERCAL al pueblo en forma subsidiada. El miércoles 11 de septiembre, mientras realizábamos una asamblea de productores en El sombrero (Guárico), nos reportaron que en un supermercado de asiáticos, estaban vendiendo libremente aceite de Mercal a Bs. 32 el litro. Mandamos una comisión a comprar y corroborar, y la denuncia resultó absolutamente cierta. Reportamos la irregularidad a la autoridad local! Pensando en la permanencia de la Revolución Bolivariana, reforcemos la vigilancia con todas y todos los revolucionarios de corazón; y apliquemos la Ley sin contemplación! CHÁVEZ VIVE, LA LUCHA SIGUE!
Valle de la Pascua, 25 de septiembre de 2013

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