ANTONIA MUÑOZ.
Expresó el filósofo griego Diógenes de Sinope (412 a.C -323 a.C ): “Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro”. Y eso que Diógenes de Sinope no tuvo la desdicha de conocer la actuación del imperio Norteamericano y de sus lacayos! Aunque pensándolo bien, a veces uno tiene que concluir tristemente que desde que el mundo es mundo y sobre él apareció el hombre, siempre pareciera haber sido lo mismo, porque pudiera ser una característica inherente a ciertos seres humanos querer dominar a otros, generalmente motivados por la búsqueda del poder y del dinero. “Yo aquí en mi ignorancia”, como solían decir nuestros viejos, me pregunto ¿Tiene ese comportamiento exhibido por ciertos seres humanos en cada civilización o época, alguna relación con esa lucha por la supervivencia y ese instinto natural de conservación que lleva a los animales más fuertes a tratar de controlar territorio (¿Por alimento, por pareja?), hasta imponerse y prevalecer sobre los más débiles?.
Sin embargo, alguien podría responderme que no se puede hacer esta comparación arbitraria que acabo de presentar, porque los animales son irracionales y los seres humanos, nos diferenciamos de aquellos, porque somos racionales. ¿Y no será que a los seres humanos nos quedó cierto grado de irracionalidad propia de los animales? Y ahora poniéndome en los zapatos del atormentado y excéntrico filósofo, uno se pregunta ¿En cuáles imperios estaría pensando Diógenes? Obviamente, no pudo estar pensando en el imperio español (1492- 1898), ni en el francés (1605- 1960), ni en el británico (1620- 1968); y mucho menos en el imperio norteamericano, porque Estados Unidos se independizó de Inglaterra en 1776, así que deben haber comenzado a superar a sus maestros británicos en el siglo IXX. Probablemente Diógenes se refería a imperios más antiguos como los dos imperios Asirios o al imperio Persa, los tres existentes antes del nacimiento del atormentado filósofo.
Toda esta introducción tan larga, y matizada con un poco de historia, es con la intención pedagógica de recordar que al parecer siempre ha sido lo mismo: siempre hay fuertes y débiles; por lo tanto, siempre han existido dominadores y dominados; explotadores y explotados; esclavizadores y esclavizados. Esto no es conformismo, es sólo un elemental intento de conocer al ser humano, y su instinto o manía de dominar a otros. Probablemente, no encontraremos grandes diferencias entre el accionar del imperio romano, el imperio español, el imperio británico y el imperio norteamericano. A lo mejor, sólo unos más voraces que otros, sólo diferencias en los objetivos perseguidos, dependiendo del momento histórico.
Pensando en los imperios que nos han dominado a lo largo de la historia, tenemos que remontarnos a la llegada de Colón, enviado por el imperio español, en su objetivo de cumplir con sus planes de expansión y búsqueda de riquezas allende los mares. Para lograr sus objetivos acabaron con nuestros pueblos originarios. Esto ocurrió desde Méjico hasta el sur, con la excepción de Brasil donde se enseñorearon los portugueses. Aquí no podemos olvidar a los británicos y a los franceses en las Guyanas que eran venezolanas. Antes de que Simón Bolívar y los otros héroes de la independencia derrotaran a los españoles en Carabobo (24 de junio de 1821) y en la batalla naval del lago de Maracaibo ( 24 de julio de 1823), ya los gringos nos tenían el “ojo puesto”, lo cual queda evidenciado en una carta que Bolívar envía a José Rafael Revenga en mayo de 1820, y donde le expresa: “Jamás conducta ha sido más infame que la de los norteamericanos con nosotros…”
En la mayoría de los casos, los imperios logran sus objetivos, en parte porque en todos los tiempos y en todos los países hay gente con CARÁCTER O ESPÍRITU DÉBIl (¿cobardes?) que prefiere no oponer resistencia. En todos los tiempos, siempre habrá ACOMODATICIOS, a quienes les resulta más cómodo “bailar al son que le toquen”. Igualmente, siempre habrá AMBICIOSOS y APÁTRIDAS, quienes por conseguir dinero fácil son capaces de vender a la madre y a la Patria. No sin razón la Biblia nos enseña lo siguiente: “PORQUE RAIZ DE TODOS LOS MALES ES EL AMOR AL DINERO, EL CUAL CODICIANDO, ALGUNOS SE EXTRAVIARON DE LA FE Y FUERON TRASPASADOS DE MUCHOS DOLORES (1era de Timoteo 6:10). Así mismo, en todos los tiempos y en todo el mundo siempre habrá CALUMNIADORES Y ADULADORES, cuya peligrosidad es descrita muy bien por las palabras de Diógenes de Sinope cuando expresó: “Las mordeduras más peligrosas son las del CALUMNIADOR, entre los animales salvajes, y las del ADULADOR, entre los animales domésticos.
Estas pinceladas de Historia y de Filosofía, es un modesto intento por conocer más al ser humano, que es conocernos más a nosotros mismos, para poder comprender, que no justificar, la conversación telefónica en junio del 2013, de María Corina Machado con el Dr. Germán Carrera Damas. Ella dice” tener una gran indignación…” por el hecho que se haya producido un encuentro diplomático entre el Canciller de Venezuela, Elías Jaúa y John Kerry. Agrega la muy vendida y apátrida, que: “…yo he debido ir antes al Departamento de Estado… Uno se tiene que sentar con los actores claves, llevándole información clave. ¡Que el Congreso reaccione! No puede ser que aquí esté pasando lo que está pasando en Venezuela y la gente no se entera, porque al Departamento de Estado no le parece que esto es grave; o porque no tiene la más remota idea qué hacer con Chávez y con el chavismo…” y no sigo con la rabieta que se amarró con Ramón Guillermo Aveledo porque se me acabó el espació hace rato. La derecha seguirá conspirando de una u otra forma contra la revolución. ¡Seamos cada día mejores seres humanos y mejores gobernantes para frenar su avance!
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