Alfredo Oliva.
Nuestro sistema educativo, cultural, comunicación, el talento humano –incluye el potencial de producción de contenidos- deben dar definitivamente un salto cualitativo y cuantitativo dirigido a crear, construir, recoger y difundir, el imaginario y la gesta heroica e histórica del pueblo venezolano, a partir de la rebelión militar del 04 de febrero de 1992.
Las esperanzas mantuvieron vivas las ideas de cambios y utopías de un pueblo, encontraron viabilidad en los sueños aguerridos y en las acciones patrióticas de Hugo Chávez el líder.
El Comandante Hugo Chávez contaba con el liderazgo y los referentes éticos necesarios para guiar al pueblo en la lucha para salir del oprobio capitalista, sus defensores y gobernantes.
En las elecciones de diciembre de 1998, con el liderazgo de Hugo Chávez, el pueblo venezolano –sin saberlo- se hizo protagonista de un hecho histórico: por la vía de los votos, un genuino hijo del pueblo surgido de sus profundidades –antisistema- es elegido Presidente de Venezuela.
El presidente Chávez convirtió su triunfo en independencia, rebelión y revolución.
Como Simón Bolívar dijo: “es libre quien se resuelva a serlo”, y resolvió zafarse del control imperialista, y hacer el petróleo realmente Venezolano y la herramienta para erradicar la pobreza en Venezuela.
Por esas razones el imperialismo yanqui y sus lacayos –incluye todos los medios- secuestraron a Chávez y derrocaron su Gobierno el 11 de abril de 2002; dos días después, la fusión heroica cívico-militar del pueblo rescató a su presidente y derrotó al imperialismo.
Las elecciones del 14 de abril deben estar impregnadas de la vocación libertaria de los venezolanos.
Las esperanzas mantuvieron vivas las ideas de cambios y utopías de un pueblo, encontraron viabilidad en los sueños aguerridos y en las acciones patrióticas de Hugo Chávez el líder.
El Comandante Hugo Chávez contaba con el liderazgo y los referentes éticos necesarios para guiar al pueblo en la lucha para salir del oprobio capitalista, sus defensores y gobernantes.
En las elecciones de diciembre de 1998, con el liderazgo de Hugo Chávez, el pueblo venezolano –sin saberlo- se hizo protagonista de un hecho histórico: por la vía de los votos, un genuino hijo del pueblo surgido de sus profundidades –antisistema- es elegido Presidente de Venezuela.
El presidente Chávez convirtió su triunfo en independencia, rebelión y revolución.
Como Simón Bolívar dijo: “es libre quien se resuelva a serlo”, y resolvió zafarse del control imperialista, y hacer el petróleo realmente Venezolano y la herramienta para erradicar la pobreza en Venezuela.
Por esas razones el imperialismo yanqui y sus lacayos –incluye todos los medios- secuestraron a Chávez y derrocaron su Gobierno el 11 de abril de 2002; dos días después, la fusión heroica cívico-militar del pueblo rescató a su presidente y derrotó al imperialismo.
Las elecciones del 14 de abril deben estar impregnadas de la vocación libertaria de los venezolanos.
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