Indira Carpio Olivo
Diosito, (permite) ke no nazka en un país kon petróleo –sic- (1). Este es el pensamiento de un feto en la reciente caricatura del compañero Kalvellido. En esta oportunidad, el comentario se enmarca en la invasión que los imperios (Unión Europea y Estados Unidos) realizan en Libia por petróleo.
Cada vez está más claro que los conflictos políticos y hasta bélicos esconden la guerra por los recursos, por la energía, por el dinero. Esa misma realidad puede trasladarse a países con similares características, por ejemplo Venezuela. Contar con los recursos hídricos y minerales estratégicos que posee este país no siempre representa una ventaja.
Las invasiones imperiales detrás de eufemismos como la libertad y nombres hollywoodenses como Tomahawk fulgurantes de medio millón de dólares te partirán el cráneo, esconden su persecución de recursos estratégicos que las “potencias” han acabado en sus propias tierras.
No en vano, las recientes invasiones: Afganistán (2001) Operación Libertad duradera. Objetivo: Opio. Irak (2003)Operación tormenta del desierto. Objetivo: petróleo. Libia (2011) Amanecer de odisea. Objetivo: agua y petróleo.
Cada vez que puede, el presidente Hugo Chávez advierte el tamaño de la responsabilidad que significa tener la biodiversidad, las reservas de agua y de petróleo en Venezuela, asumiendo la actitud de resguardo a lo que geoestratégicamente representa un beneficio y a la vez un peligro.
Mala distribución y escasez: cruenta combinación
Desde el comienzo de las civilizaciones, desde el mismo origen del mundo el agua ha jugado un papel preponderante en la evolución hacia la sociedad actual; desde el biológico, el político, el cultural, hasta el tecnológico, el desarrollo humano implica su relación con el líquido: consumo, agricultura, navegación, ciencia y comunicaciones, industria, prevención y mitigación de riesgos, entre otros usos.
El tener reservas hídricas en estos tiempos es relevante debido a la tan mentada escasez que se aproxima a mediado del siglo XXI.
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU) hay suficiente agua potable para abastecer a los 6 mil millones de personas en el planeta, sin embargo el capitalismo la depreda, contamina y despilfarra, generando una mala distribución y gestión de recurso avivando la problemática, sobre todo para los pobres del mundo, es decir más de la mitad de la población actual. (2)
Hoy, la multiplicación de las enfermedades producto de esta circunstancia arroja datos escalofriantes. Según la ONU, cada 3 segundos muere un niño a causa de diarrea por el consumo de aguas contaminadas. (3)
En los últimos años se corrió el rumor de que Estados Unidos enseñaba en los colegios a sus niños de sexto grado que el Amazonas suramericano les pertenecía. Sea o no cierto, esta información corrió a través de la opinión pública como un fantasma atemorizante y ante el acostumbrado accionar gringo a muchos se le erizo el cuerpo. (4)
Rodolfo Roa Delgado, Gerente General de Cuencas Hidrográficas del Ministerio del Ambiente en Venezuela, resalta que “una de las cuestiones que hace que EE.UU defienda el agua como derecho fundamental es el poder adueñarse de este recurso donde quiera y cuando quiera, aunque con Libia no lo necesitasen como excusa para invadirle”, es decir: si el agua es de todos, entonces también es mía y puedo tomarla: otra arma de doble filo.
El siglo XXI, según el sociólogo egipcio Samir Amin, estará signado por las guerras del agua. Casualmente, durante la invasión que practica la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Libia se descubrió al mundo que esta nación norafricana posee la segunda reserva mundial más importante de agua dulce y el The Man Made River, el río artificial más grande del mundo hecho por el hombre, a un costo aproximado de 25 mil millones de dólares (5).
Los imperios corrieron y mataron 2 pájaros de un solo tiro con su guerra por la paz: reservas hídricas y petróleo liviano. Ya lo predijo uno de los cruzados (6), Barack Obama, cuando recibió el Nobel de la paz en 2009: "A veces la guerra está justificada para conseguir la paz".
Según informaciones en la red, Venezuela se ubica en el séptimo puesto de los países con mayor reserva hídrica en el mundo (7). Además, cuenta con 16 cuencas hidrográficas distribuidas a lo largo y ancho del país. Comparte con 8 naciones suramericanas la Amazonía, el mayor pulmón vegetal del mundo. Sólo 53 mil km2 de esta reserva forestal pertenecen a la nación bolivariana.
Como si fuera poco este país caribeño cuenta con las mayores reservas de petróleo pesado del mundo y es una llaga en el trasero para el imperio norteamericano.
¿Es exagerado pensar que una invasión por agua y petróleo pudiese ocurrir en Venezuela? Hay demasiadas evidencias que lo anuncian. Una canta popular dice “al que lo mordió macagua bejuco le para el pelo”.
Para ampliar informaciones:
1. La elite porcina: http://www.kalvellido.net/page/2/
2. Escasez de agua: http://www.un.org/spanish/waterforlifedecade/issues_scarcity.html
3. Onu declara el acceso al agua como un derecho humano para la vida:http://www.nu.org.bo/NoticiasONU/Buscarnoticias/tabid/162/articleType/ArticleView/articleId/914/ONU-declara-acceso-al-agua-como-un-derecho-humano-para-la-vida.aspx
5. Lo que ignoras sobre Libia:
http://www.taringa.net/posts/info/9774601/Lo-que-ignoras-sobre-Libia---El-agua-subterranea.html
Los agresores codician el agua del Gran Río construido por Gadafi: http://www.avn.info.ve/node/51308
http://www.taringa.net/posts/info/9774601/Lo-que-ignoras-sobre-Libia---El-agua-subterranea.html
Los agresores codician el agua del Gran Río construido por Gadafi: http://www.avn.info.ve/node/51308
No hay comentarios:
Publicar un comentario