martes, 2 de junio de 2009

“Víctor Jara está más vivo que nunca”

Anna Karina Rosales

Todo hace suponer que la orden de detención de un ex conscripto reduce el camino a descubrir quiénes fueron los autores intelectuales del asesinato del cantautor chileno Víctor Jara. José Adolfo Paredes Márquez fue arrestado esta semana y es acusado de haber fusilado a Jara por órdenes de altos mandos del Ejército chileno, días después del golpe de estado encabezado por Augusto Pinochet en septiembre de 1973. Según los informes, el autor de ‘Te recuerdo Amanda' y de otras canciones de corte social, que lo convirtieron en referente internacional de la canción de protesta, fue torturado y asesinado en el antiguo ‘Estadio Chile' por fuerzas represoras de la dictadura de Pinochet. Treinta y seis años después de lo sucedido, su caso aún no está resuelto. Sin embargo, se trata de un paso que, según el abogado querellante, Nelson Caucoto, es considerado sustancial para avanzar hacia el esclarecimiento total de los hechos y, en específico, para identificar a los autores intelectuales. En entrevista a Radio Nederland, el también catedrático en Derecho y litigante ante organismos internacionales manifiesta que el caso Jara, a pesar delos 36 años transcurridos, es una demostración más del buen camino que está tomando la justicia chilena. Anna Karina Rosales.- Tuvieron que pasar 36 años para que por fin se detenga a quien habría fusilado a Víctor Jara. ¿Pudo haberse hecho esto en menos tiempo? Nelson Caucoto.- "Sin lugar a dudas. Pero yo creo que la información no es exacta en el sentido de que ya se había resuelto el tema de Víctor con la detención de un conscripto. Hemos dado un segundo paso sustancial para avanzar hacia el esclarecimiento total de los hechos y, entre ellos, la identificación de los autores. Es posible que este conscripto, que hoy día está detenido, tenga alguna responsabilidad. Así se fundamenta en el auto de procesamiento, pero no creo que sea la única persona responsable. Y lo hemos dicho aquí, internamente en el país, que nos interesa más el sujeto que dio la orden y que mandaba a los conscriptos, porque entendemos la situación particular de ellos. Ahora, lograr esto después de treinta y seis años, que ni siquiera es el término del juicio, es una verdad más grande que una ‘catedral'. Pero así ocurren las cosas en Chile. Porque, para que la gente lo sepa, en el caso de Víctor Jara no hemos tenido la ayuda necesaria como para avanzar. Tanto es así que el Ejército nunca nos ha concedido oficialmente información acerca de los militares que prestaron servicio en el estadio de Chile en septiembre del 73. Y si no hemos tenido aquello, cuánto más difícil es precisamente indagar a estos sujetos, cuya lista hemos ido reconstruyendo a pulso, artesanalmente, entre la acción de los jueces y la de los querellantes y los familiares, quienes se han ido prodigando hasta el nombre porque, después, detrás de la identificación de un conscripto, aparece otro y otro. Y así vamos llegando a conformar, no sé si el número exacto de militares que estuvieron en el estadio de Chile, pero al menos tenemos un número ya importante que nunca antes habíamos contado". A.K.R.- Antes de ser trasladado hasta la cárcel este ex conscripto se ha declarado "inocente". Entonces, ¿sea que se espera un juicio bastante prolongado? N.C.- "Por supuesto. Por eso creo que se ha abierto una veta interesante. Hay una compilación mayor de antecedentes que, al final de cuentas, uno tiene que asumirlo con optimismo. Yo creo que desde los conscriptos tiene que surgir la verdad, y pareciera ser que ya hay una verdad que se vislumbra con la detención de este ex conscripto". A.K.R.- Pero ¿se tiene una idea de quiénes fueron los autores intelectuales? N.C.- "No, es decir, las declaraciones de estos conscriptos aportan antecedentes respecto de los oficiales. Eso ya consta en el expediente, pero habrá que indagarlos también y verificar cuál es el grado de responsabilidad de todos ellos. Si usted me pregunta si hoy día tenemos una idea más clara acerca de los autores intelectuales, sí. Hoy día hay una idea más clara, pero todavía estamos empezando de una manera incipiente, entrando al fondo de la cuestión del crimen". A.K.R.- En todo caso, las penas que le aguarden a este ex conscripto no serán tan severas como las que se merecen los verdaderos autores. N.C.- "No. Incluso está en duda todavía si el ex conscripto va a ser sancionado. Porque lo importante es que, detrás de la acción de un conscripto, tiene que existir la orden de un superior. A nosotros nos interesa el superior". A.K.R.- Finalmente, ¿qué significa para los chilenos, y quizás para los latinoamericanos, que se esté haciendo justicia frente a este caso de una persona que contribuyó no sólo al arte y a la música sino también a la justicia social en el continente? N.C.- "Vuelvo a colocar las cosas en su realidad. Todavía no se ha hecho justicia para Víctor Jara. Estamos comenzando a hacerlo. Creo que nos enseña la necesidad de luchar por establecer la paz en todas las sociedades latinoamericanas, y nunca creer que el canto contestatario o el canto progresista pueda ser necesariamente una razón para morir. Cuando alguien es un icono popular y cultural, como lo fue Víctor Jara, uno ve con mayor crudeza la brutalidad que significa tener dictaduras y, a partir de eso, tenemos que empezar a construir una sociedad plasmada en los Derechos Humanos. Otra enseñanza que nos deja es que, para lograr éxito en estos temas, para lograr la resolución de estos crímenes y la pacificación de la sociedad, necesariamente hay que tener mucho tiempo. Hay que tener constancia, perseverancia, creer en la justicia, como que es un hecho utópico, pero que se puede construir a medida que uno pone esfuerzo en esa tarea. Yo creo que lo que pasa con Víctor Jara es un ejemplo para todas la sociedad latinoamericana, porque éste es un crimen que perfectamente pudo quedar impune, y ya estamos venciendo de alguna manera la impunidad, basándose en un trabajo del mundo de los derechos humanos, que en Chile ha sido muy persistente; y eso es una lección de futuro, una lección de humanidad, una lección de civilización y, vuelvo a insistir: Víctor Jara, creyeron que lo mataron, pero sigue más vivo que nunca".

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