sábado, 10 de enero de 2009

El microperiodismo de los medios impresos.

(*)Lolysabel Yánez


Escuché por primera vez el término “microperiodismo” en la voz del periodista venezolano Earle Herrera, quien sin desprenderse de su buen humor, hacía uso de una GRAN LUPA para poder leer las buenas noticias publicadas en algunos diarios de circulación nacional (me refiero a las “micronoticias” que reseñan los irrebatibles logros de nuestra revolución bolivariana).
Consciente de que el término es de vieja data, debo reconocer que jamás había analizado con profundidad este nuevo estilo de hacer periodismo, el cual siendo tan extremadamente discreto, tan mesurado, tan parco, nos hace sospechar que algo esconde. Claro, la cosa no es tan grave: sólo se oculta la verdad.
El microperiodismo más que un estilo, es una proeza practicada por los sicarios de la veracidad, quienes trabajan día a día por censurarla, tergiversarla u ocultarla. Esta tendencia –mediocremente- informativa, obedece a una línea editorial sesgada por los intereses más egoístas de la clase burguesa dominante. Con este tipo de periodismo algunos comunicadores sociales pueden ser capaces de transformar una noticia relevante, trascendental y con elevada prominencia social, en una micronoticia frívola, insulsa y carente de importancia. Las noticias del microperiodismo (redactadas en tres líneas) llevan la impronta de la desidia informativa y la subestimación de los lectores críticos capaces de condenar la violación flagrante de la verdad.
Existen noticias trascendentales para el pueblo venezolano que el microperiodismo intenta obviar y solapar. En esto son expertos El Universal, El Nacional y su larga lista de medios a afines. Sin embargo, el nivel de conciencia política que ha desarrollado el pueblo venezolano, aniquila cualquier posibilidad de engaño.
Por eso hoy, los medios alternativos, forjadores de sueños e impregnados de conciencia libertaria, se han convertido en la esperanza informativa y formativa de los pueblos de América Latina y del mundo. Estos medios perseverantes, al igual que Palestina, resisten con gallardía y dignidad, la hegemonía imperialista de los poderosos consorcios informativos (pregoneros del pesimismo, precursores de la ignominia y destructores de la verdad). Ellos no descansarán en su repudiable empeño por asesinar nuestra alegría y nuestra libertad. Pero a todos ellos le reiteramos nuestra consigna, y con vehemencia les decimos: ¡Más nunca volverán!
(*)Docente UBV-Barinas
lolysabelym@gmail.com

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