Osly Hernández
Venezuela se ha convertido en el epicentro del debate político mundial. Es en nuestro país donde desde hace 10 años nos hemos sometido a las discusiones más profundas sobre el destino de los pueblos en materia económica, política y social. Donde izquierda y derecha, en plena libertad, plantean y ejecutan sus propuestas (dependiendo del territorio políticamente ocupado por cualquiera de las tendencias) y es al pueblo a quien le toca reafirmar o rechazar cualquiera de los métodos implementados con el acto de libre ejercicio del voto.
Es por este motivo que las polémicas se intensifican en cada período electoral. Hoy, estamos a puertas de la posibilidad de enmendar algunos artículos de nuestra constitución, para permitir la reelección del Presidente, Gobernadores o Alcaldes, cuantas veces el pueblo así lo determine.
Los sectores de oposición elevan como argumento a favor una frase expresada por nuestro Libertador, Simón Bolívar, en el Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819:
“La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía”.
En 1819, la mayoría de las llamadas sociedades avanzadas se mantenía por la continuidad de regímenes aristócratas En Venezuela, un ciudadano no representa todo el Poder del Estado. Un ciudadano es la figura visible de un proyecto político, que responde al programa de las mayorías excluidas, y que se intenta ejecutar a través de las instituciones. En Venezuela se escucha, discute, decide a partir de la elección libre de la mayoría y las instituciones ejecutan. Esta es la realidad que las minorías políticas de nuestro país no terminan de asumir.
Bolívar planteó en su discurso un balance de la situación política del momento, un proyecto de Constitución para superar el marco legal copiado de Norte América y que lleva –entre otros factores- al fracaso de la primera República y a la conformación del Congreso de Angostura para que representantes del pueblo, de manera directa, compartieran el Ejercicio de gobierno Presidencial. Chávez, a su llegada, gritó las verdades que los pueblos exigían, elevó un proyecto político: la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y llamó al pueblo para su reafirmación e inmediata conformación de la Asamblea Nacional, con el fin de compartir con representantes del Pueblo el poder presidencial. Hoy nos llama de nuevo, como desde hace 10 años, a una nueva elección, a una “repetida elección” ¿Serán entonces Chávez y Bolívar tan diferentes? Si duda, ¡lea


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