Araña feminista | Viki y la importancia de nombrarnos

 

El día de 10 de noviembre de 2024 partió de este plano terrenal una de las feministas más trascendentales para el feminismo venezolano, Victoria Ferrara-Bardile, más conocida como Viki Ferrara. Fue una gran intelectual, militante feminista y luchadora por los derechos humanos de las niñas y mujeres. Profesora de la Universidad de Los Andes (ULA) y de la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde marcó la diferencia al colocar el enfoque de género y la perspectiva feminista como investigadora docente.

Viki Ferrara fue vicepresidenta de la Comisión de Redacción de Estilo de la Asamblea Nacional Constituyente del año 1999 y también fue coredactora de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Junto a otras valiosas compañeras militantes del feminismo, luchó porque nuestro pacto fundacional (CRBV) fuera redactado en su totalidad con lenguaje inclusivo y no sexista, haciendo uso gramatical del desdoblamiento léxico. Todo nuestro texto constitucional está redactado, desde el preámbulo hasta las disposiciones generales, de manera tal que las mujeres nos veamos visibilizadas como ciudadanas, sujetas políticas e históricas. Además, el texto está transversalizado con un enfoque de género que supone la comprensión de nuestro Estado de las desigualdades estructurales que atraviesan las vidas de las mujeres por motivo de sexo y de género.

Miriam Rodríguez nos aporta una hermosa mirada sobre esta gran pensadora y activista, cuando nos expresa que “nuestra querida Vicky fue un mar de conocimientos sobre todo en el área del lenguaje inclusivo, elaboró una guía al respecto que siempre utilizábamos para abordar el tema. Estuvo presente en las luchas feministas desde que la conocí en el Conamu, organismo anterior al Inamujer, donde colaborábamos Nora, Adicea, Argelia Laya y muchas otras feministas de derecha y de izquierda, que dábamos nuestro aporte en las comisiones de trabajo. Cuando se creó Inamujer, también estuvo presente en la mayoría de los eventos que se realizaban”.

Otras compañeras de lucha describen a Viki como una mujer cuyo temperamento era el de una guerrera que se enfrentó en la época más aguerrida a luchar por visibilizar a la mujer. Recordada en las reuniones de la Araña Feminista, donde militó siendo parte del Movimiento de Mujeres de Mérida (MMM) junto a feministas como Carmen Teresa García, una de sus más grandes amigas. Debemos recordar que Viki fue una de las cofundadoras de este movimiento. Estaba presta a corregir y dar su opinión certera, ante cualquier texto que se le presentará. Esa era nuestra amiga Viki, siempre alegre, a pesar de las adversidades que tuvo que enfrentar. Así la recuerda, Edith Silva.

Otras voces se sumaron para tejer un abrazo a Viki, “Recuerdo este día, marchamos desde el Foro Libertador hasta el CNE, fue una luchadora muy comprometida y coherente ¡Así la recordaré!”. Diana Ovalles.

"Viki era libre, rebelde, contestataria, transgresora. Ya te extrañamos querida hermana. ¡Lástima que no nos vimos por tanto tiempo!", expresa María Centeno (Waika).

Por otro lado, Alba Carosio recuerda a Victoria como una “rebelde que nunca abandono la utopía a lo largo de su vida”. Cómo no pensarla tan adelantada a su época y tan certera, cuando muy poco se hablaba en la región de lenguaje con enfoque de género, salvo por autoras como Alda Facio y algunas otras, que de manera puntual hicieron sus aportes. Sin embargo, Viki fue imparable, determinada y como señala Carosio, portadora del “fuego feminista en el Segundo Encuentro de Colectivos Feministas en 1979 en Mérida. Sus palabras críticas conmovían la solemnidad de la ULA y al patriarcado académico andino. Sus haceres abrieron espacios y reflexiones, impulsaron militancias en estudiantado y profesoras. Siempre acompañó todas las iniciativas, con sororidad concreta y presencia orientadora. Estuvo en todos los encuentros y redes durante casi 50 años. Nos enseñó a nombrarnos, porque allí en el lenguaje comienza nuestra visibilidad, y la recuerdo en una charla reciente en la tarde merideña sin claudicar nunca”.

Gracias por tanto, Victoria.