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Familiares no darán nombres hasta no confirmar la identidad
El terrorismo de Estado es un hecho que ni siquiera bajo cal y tierra se ha podido ocultar. Los informes forenses permitieron confirmar que los restos hallados recientemente en el batallón 14 de Toledo corresponden a un hombre de entre 43 y 57 años, que medía entre 1,75 y 1,85 metros de altura, y que está enterrado en “un cementerio clandestino”.
Así lo confirmaron durante una conferencia de prensa brindada el miércoles en la tarde, el fiscal especializado en delitos de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, junto a Alicia Lusiardo del Grupo de Investigación Antropología del Uruguay (Giaf), Graciela Montes de Oca (en representación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos), el director de la Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh) Wilder Tyler, y el ministro de Defensa Armando Castaingdebat.
En las primeras horas de la tarde del miércoles, la fiscalía de Perciballe abrió las puertas para recibir a la prensa y a la ciudadanía, que desde hace más de 50 años espera respuestas. “Como todos saben, el pasado 30 de julio se encontró un nuevo cuerpo, y a partir de eso se tomaron medidas desde la Fiscalía”, comenzó diciendo el letrado y acto seguido le cedió la palabra a Lusiardo, coordinadora del Giaf.
“La extracción de este cuerpo, y de la estructura que lo envolvía, insumió tres jornadas”, afirmó al inicio Lusiardo, que prosiguió a dar detalles sobre las dimensiones de la fosa excavada, la orientación del cuerpo y las medidas de la estructura, “la cual está compuesta de distintas capas, de distintos materiales. No es una estructura homogénea”. Según detalló, la primera capa en la fosa por debajo del cuerpo, fue de cal. Por encima del cuerpo fue esparcida una capa de cal y pedregullo; por encima de esta una capa de cal, arena, cemento y pedregullo; y finalmente una capa de cal y arena. Todo esto tapado por 50 centímetros de tierra. El volumen del material utilizado equivale estimativamente a siete carretillas de 70 litros de material, informó.
En relación al análisis de los restos, la antropóloga afirmó que “se trata de un individuo masculino, cuya altura se encontraba entre 1,75 y 1,85 metros, y con un rango etario que va de los 43 a los 57 años”. Más allá de estos datos, Lusiardo remarcó que “lo que va a dar la verdadera identidad va a ser la prueba genética”. En este sentido explicó que esta muestra será tomada el próximo 20 de agosto en presencia de personal de Fiscalía, para luego ser enviada a la ciudad de Córdoba en Argentina, donde el Equipo Argentino de Antropología Forense recibirá las muestras para su análisis.
“El cuerpo estaba muy completo, se midieron la pelvis y los huesos largos. La certeza del sexo del individuo es del 95%. Lo más difícil es determinar la edad”, afirmó Lusiardo. Al respecto, aclaró que observando los huesos y midiendo los dientes se puede determinar la edad biológica, que no es necesariamente la edad cronológica.
“Hay áreas del esqueleto que uno puede observar -dijo- y que se correlacionan con un rango de edad”, que es posible determinarlo a través de la búsqueda de determinadas características. En este caso, se usaron más de cinco métodos.
Consultados acerca de si el predio militar fue utilizado como centro clandestino, Perciballe, aclaró que “no hay evidencias que determinen que el batallón 14 haya sido un lugar de detención y tortura”. Sí está vinculado con La Tablada, “como lo comprueba el cuerpo de Amelia Sanjurjo” hallado el 6 de junio de 2023 e identificado exactamente un año después.
Respecto de los restos hallados en cuatro fosas clandestinas en el batallón 14, dos están ubicadas al sur del arroyo Meireles -el último hallado y el de Amelia Sanjurjo-. Los otros dos, que están al norte del afluente, estaban cubiertos únicamente con cal. En esa zona también encontraron dos bolsas de cal que fueron desechadas en el lugar.
Por su parte, Tyler dijo que hay un cambio de metodología en el rastrillaje de ese sector del batallón 14 “que está dando resultado”. Así mismo afirmó que “quienes saben dónde están (los desaparecidos), no lo dicen”.
Montes de Oca, respondiendo a las inquietudes de la prensa, afirmó que «no darán nombres hasta que no esté la muestra de ADN ni la confirmación de su identidad». En el mismo sentido se expresó el fiscal Perciballe: «Estos son temas muy sensibles y somos muy respetuosos con familiares y con la sociedad que está esperando esta noticia”.
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