Ni los saludos generosos recibidos y dados a fin de año, ni el asomo del 2024 entre brillos y fuegos artificiales han aliviado la angustia que me produce ser testigo -desde el patio trasero del fulano Occidente Global- del cruel y doloroso trance que atraviesa la inmensa mayoría de la humanidad en su transitar hacia una nueva civilización.
Civilización difícil de otear en un horizonte teñido de odio y sangre por los capos mafiosos que controlan el mundo. Quienes, ante el avance de la Crisis Ambiental Planetaria por ellos mismos provocada y la inviabilidad de migrar a corto plazo hacia otro planeta, han optado por darle un segundo aire a “su” sistema. Exterminando por distintas vías a la población mundial “sobrante” por obstaculizar o no contribuir a su acumulación de riqueza, con el fin de reducir los costos y agilizar el control, la expoliación y la explotación de los “otros”, aún imprescindibles.
Y en este complicado contexto, los venezolanos, además de solidarizarnos con las luchas de los pueblos hermanos por la vida y la dignidad, tenemos que elevar los ánimos y renovar nuestras fuerzas para enfrentar unidos tres importantes desafíos:
La defensa de nuestro Esequibo. Ineludible porque lamentablemente, las agresiones de las autoridades guyanesas de turno no son espontáneas sino provocadas por sus mandantes anglosajones. Para quienes la apropiación y explotación de las riquezas disponibles en nuestro estado Esequibo -además de incrementar los ataques contra nosotros los venezolanos y el proceso bolivariano- posibilitan la continuidad de sus enfrentamientos con otras naciones y contribuyen a morigerar sus conflictos internos.
Una elección presidencial que, independientemente de cualquier consideración secundaria, tenemos que Ganar y hacerlo con G mayúscula. El triunfo no solo es trascendental para nuestro futuro sino también para el de los pueblos latinocaribeñas víctimas de los avances de la derecha fascistoide entronizada por los capos para poner orden en “su” patio. Para impedir el retorno del progresismo antiimperialista así como la unión de los Pueblos latinocaribeños en una gran Nación Nuestroamericana.
El desmontaje sistemático de los elementos más cortoplacistas del aparato ideológico eurocéntrico-pitiyanqui, instalado entre nosotros, desde hace siglos. Inicialmente a través de la iglesia y administración y la educativos; más tarde, a través de las industrias publicitaria, comunicacional, del entretenimiento… Aparato ampliamente combatido por el Comandante Chávez pero cada vez más presente y peligroso gracias al gigantesco desarrollo de las TICS y sobre todo a la beligerancia permitida a ONGS al servicio de intereses ajenos y a evangelizadores de nuevo cuño quienes valiéndose de las necesidades de coterráneos incautos los impulsan a volverse en contra de los de sus intereses de clase, en procura de quimeras tanto terrenales como celestiales.
Viva Palestina Libre
Viva Venezuela
Venceremos
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