*JUAN MARTORANO
En el marco de nuestro retorno a actividades laborales y políticas en la capital de la República, hemos estado estudiando el tema de le economía que en estos últimos años se ha constituido en el principal dolor de cabeza de la familia venezolana. Y vaya que nos hemos topado con elementos bien interesantes.
Hemos topado con elementos y trabajos bien interesantes realizados por Franco Vielma y el portal web Misión Verdad. Así como leímos trabajos del portal de derecha Prodavinci del que rescato los análisis de Luis Zambrano Sequin y Tamara Herrera.
No soy economista ni pretendo serlo, no obstante, la información hallada y que de alguna manera trataré de sintetizar bosqueja un panorama que nos permitirá comprender el por qué el Presidente Nicolás Maduro en su reciente reunión con los movimientos que conforman el Congreso de la Nueva Época, ha señalado la importancia de cuidar la paz producto de una estabilidad política y económica que ha costado mucho esfuerzo construirla.
Para comprender esto, necesitamos concatenar esos datos. Consideramos esto importante, puesto que esto determinará el accionar de los actores políticos, económicos y sociales durante el devenir de este año 2024 que apenas inicia y que ya hemos transcurrido su ´primer mes.
Un primer elemento, tiene que ver con los rasgos distintivos con el que se movió la economía venezolana en el 2023 si lo comparamos con los años precedentes.
No puede obviarse a la hora de hacer los análisis en materia de nuestra actual coyuntura económica el tema del bloqueo y el asedio económico y financiero a nuestro país desde el 9 de marzo del año 2015.No obstante, aun y con esa condición objetiva, en el pasado año 2023 y lo que la prospectiva apunta para este 2024, año electoral en Venezuela y en un poco más de 70 países en el mundo, podría ser además de un año de sombras y luces, podría continuarse por la senda de victorias económicas que podrían delinear las tareas a seguir en el futuro próximo.
Esto se debe concatenar con lo expresado el año pasado durante la comparecencia de la Vicepresidenta Ejecutiva de la República y Ministra del Poder Popular para la Economía, Finanzas y Comercio Exterior, Dra. Delcy Rodríguez, lo expresado durante 5 horas por parte del Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, y los análisis económicos de los trabajos que hemos mencionado en el presente escrito.
Crecimiento del Producto Interno Bruto
Durante la presentación frente al parlamento nacional en el marco de la entrega del Plan de Presupuesto Anual y Endeudamiento por parte del Ejecutivo Nacional, la vicepresidenta Rodríguez anunció en ese momento que la economía nacional había crecido nueve trimestres su Producto Interno Bruto. En la actualización que hizo el Presidente Maduro el pasado 15 de enero, reveló que el PIB total de nuestra economía superó la cifra del 5%, colocando a nuestro país como el de mayor crecimiento de América latina y el Caribe para finales del año 2023.
Llevamos 10 trimestres de crecimiento ininterrumpido. Esto de acuerdo a las propias estadísticas del Banco Central de Venezuela (BCV) que han venido reflejando que desde el último trimestre del año 2021 nuestra economía ha seguido la senda del crecimiento luego de una dura y prolongada recesión.
Contrastan estas cifras con las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la actividad económica de Venezuela creció un 12% en 2022, lo que habría hecho de este país el de mayor crecimiento en Latinoamérica el año pasado.
Estas estimaciones reflejan o refieren a que la economía venezolana, aunque creció en 2023, se ha desacelerado si se le compara con el año 2022, situación que es perfectamente razonable dada la continuidad de bloqueo sobre las principales actividades económicas durante casi todo el año.
Sin embargo, un dato que destaca Franco Vielma en sus análisis tomando las cifras suministradas por el Presidente Maduro en su Mensaje Anual es que la inflación acumulada en Venezuela cerró el año en 189,8%, lo que representa una disminución de 44,2 puntos respecto a 2022, cuando alcanzó 234%.
Debemos tener claro que, pese al registro decreciente de la inflación, esta se ubica como la segunda más alta de la región, solo superada por Argentina (211%). Sin embargo, lo importante sobre el análisis del comportamiento inflacionario en Venezuela es su contexto: la economía venezolana sigue bajo medidas coercitivas extranjeras y en el año 2018, momento cúspide de la «máxima presión», dicho indicador superó 130 000%, no lo olvidemos.
El cuadro general en el que nos tocará transitar seguirá siendo complejo, y esto deben comprenderlo tanto los dogmáticos analistas económicos como algunos sectores que se definen como “oposición de izquierda” al Gobierno Bolivariano. Ya que estas estadísticas se refieren a la contención de ciertos marcadores interrelacionados y que tienen mucho que ver con la estabilización de la economía nacional, según la estrategia que viene implementando el Ejecutivo Nacional.
Categorías como Ingreso Mínimo Integral Indexado y la supuesta eliminación de la criptomoneda El Petro tienen que ver con lo que mi maestro el Comandante William Izarra cuando en nuestras sesiones sugería que nuestros indicadores deben ser distintos a los establecidos por la lógica del capital representado por el FMI, OIT, etc, en el marco de trascender en una línea discursiva que debe ser clara y que no se vinculen a la formalidad de los conceptos de la LOTTT o de la economía clásica. Pero de esto nos ocuparemos luego.
Las variables crecimiento e inflación están íntimamente ligadas a la política monetaria del gobierno central y su punto de partida ha sido la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios en el año 2018 por parte de la entonces Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y cuyos resultados se observan seis años después.
Y se observan seis años después, porque este hito significó un viraje en la política económica restrictiva del uso de divisas extranjeras en la economía real, fue resultado de la consecutiva desfiguración y destrucción de los Tipos de Cambio oficiales que hasta ese año fueron instrumentados por el gobierno nacional para regir el valor del bolívar frente a las divisas foráneas, especialmente mediante el uso de marcadores paralelos que exacerbaron la devaluación de manera alarmante.
Las circunstancias obligaron al Ejecutivo Nacional asumir pragmáticamente la realidad objetiva de su momento político y económico. En ese año se desplegaron las aristas en el desarrollo del bloqueo contra Venezuela, que venían orquestándose desde años anteriores, pero que tuvieron un énfasis muy grave desde agosto de 2017 cuando el presidente estadounidense Donald Trump aplicó medidas contra PDVSA y la estructura financiera nacional.
Desde entonces, la libre flotación de las divisas y una tolerancia de su circulación en la economía real han incidido en el comportamiento del Tipo de Cambio, hecho que redujo las presiones por devaluación y la incertidumbre. Proceso gradual y que ha tenido que esperarse un tiempo en su implementación y poco comprendido por los no conocedores del tema económico.
En el año 2019 fue creado el método de Mesas de Cambio, el cual comenzaría un despliegue superior en el año 2020 con la intención de que el sector privado y los actores particulares pudieran comprar y vender divisas extranjeras sin mayores restricciones en la banca pública y privada del país.
Uno de los elementos más significativos emanados de la política monetaria de los últimos tres años ha sido la consecución de una gobernanza en los sistemas de referencia de precio del Tipo de Cambio. El gobierno nacional y el BCV han logrado que, en la inmensa mayoría de los comercios formales, el precio de referencia para el Tipo de Cambio en las operaciones comerciales sea la tasa promedio ofrecida por el propio BCV.
En este sentido, el año 2023 registró un hito muy particular: el sistema de Mesas de Cambio experimentó la menor variación en el porcentaje acumulado de incremento de la divisa norteamericana, desde que existe dicho sistema cambiario, tal como se puede apreciar en la siguiente gráfica que tomamos del portal Misión Verdad y de Franco Vielma, acorde a datos publicados por el presidente Maduro.
De la observación de la misma, puede apreciarse como lo indica Vielma en su análisis, que en el año 2019 se mantenían fuertes inercias de devaluación en la variación del Tipo de Cambio, pues fue de 7 188%. Gran parte de esta inflexión alcista se debía principalmente al factor de carencia de gobernanza monetaria, pues entonces el Tipo de Cambio en la economía real era regido por el dólar paralelo, el cual trasladó tendencias y comportamientos en la puja por el precio de la divisa en el marco de la oferta y demanda.
En 2023 la variación acumulada del Tipo de Cambio fue de 205,6%, una baja significativa. Debe interpretarse ese dato como el aumento porcentual del precio del dólar en bolívares durante 2023.
En otras palabras, en los últimos 10 años, desde que en 2015 fuera publicada la primera Orden Ejecutiva coercitiva estadounidense, 2023 fue el año de menor devaluación del bolívar frente al dólar.
Es necesario apreciar que el contexto coercitivo contra Venezuela no ha cambiado. No existe el levantamiento del bloqueo. Lo que existe desde octubre del año 2023 es una relajación limitada, parcial y por tiempo determinado de algunas restricciones dirigidas a la economía venezolana, especialmente en el ámbito petrolero.
Por ejemplo, está la Licencia General 44 que regirá hasta el 18 de abril de 2024. Dicha licencia autoriza a que PDVSA pueda comercializar petróleo y gas siempre y cuando no se involucre a Rusia o a empresas rusas. Esto no constituye un levantamiento de la política de EEUU hacia Venezuela, pero sí un respiro. Y cuya renovación estará sujeta al cumplimiento de los Acuerdos de Barbados.
El país no ha producido y exportado crudo a niveles anteriores al bloqueo. Este aspecto es de atención pues Venezuela ha estado signada por un modelo rentista-petrolero que ha significado el sostenimiento del sistema cambiario gracias a los ingentes recursos en divisas que el ejecutivo nacional ha colocado.
Crecimiento de la actividad petrolera
En el año 2023 , y pese al contexto adverso impuesto por el bloqueo, la estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) logró estabilizar su producción de crudo y consolidó un aumento promedio desde 716 mil barriles por día al cierre de 2022 hasta los 801 mil barriles por día para el cierre del mes de noviembre de 2023, de acuerdo con datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) mediante comunicación directa.
Esto quiere decir que los ingresos por este concepto, si bien aumentaron respecto al año 2022, aún continúan siendo muy modestos. De acuerdo a las cifras señaladas por el Jefe de Estado venezolano, el año pasado ingresaron a las arcas del Estado por concepto de factura petrolera 6.230 millones de dólares, una cifra ostensiblemente baja si lo comparamos con la del año 2013, cuando nos ingresaba un poco más de 56 mil millones de dólares a la economía nacional por este concepto.
A falta de un ingente aporte de divisas del Estado venezolano, las que están alimentando el sistema cambiario provienen ahora fundamentalmente del sector privado, las personas naturales y jurídicas que están colocando divisas mediante las Mesas de Cambio.
Nuevamente apelamos a los gráficos de Vielma y del portal Misión Verdad, donde podemos constatar que durante el año 2023 el volumen de las divisas transadas en el sistema cambiario y que provienen del sector privado aumentó considerablemente, hasta alcanzar los 14 577 millones de dólares.
De acuerdo a las apreciaciones de Vielma, el dato es revelador porque implicaría el desmantelamiento de hecho del modelo rentista petrolero que ha predominado en el metabolismo cambiario y monetario del país en casi 100 años. Ello lleva implícito el significado de que, si el sector privado ayuda a sostener significativamente el sistema cambiario, se inhibe la fuga de divisas y entonces se degradan las presiones que implican devaluación.
Otro elemento de especial significado sobre este dato es que pierden absoluto sentido las afirmaciones de que el ejecutivo nacional está «quemando» divisas en el sistema cambiario mediante el método de intervenciones. Durante 2023 se alcanzó el monto de 4 789 millones de dólares en intervenciones cambiarias (colocación de divisas) por parte del BCV. Este monto no es ni de cerca la totalidad de divisas que se transan en el sistema cambiario.
Si bien el ejecutivo realiza estas intervenciones para ayudar a estabilizar el Tipo de Cambio, también es cierto que emplea la venta de divisas para cumplir con sus compromisos en bolívares, lo cual a su vez evita la emisión monetaria o financiamiento del presupuesto por vía de emisión de bolívares.
Seguramente sobre este punto volveremos más adelante.
En razón de tiempo y espacio, esta primera entrega la dejaremos hasta acá, pero atentos porque esto se tornará interesante.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas. , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.
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