*JUAN MARTORANO
Hay una expresión del apóstol José Martí que pienso está cargada de mucha realidad: “En política, muchas veces lo real es lo que no se ve”, y esta frase la trajo a la palestra el diputado y presidente del parlamento Jorge Rodríguez Gómez. Y en buena medida, lo contenido en este escrito viene a reflejar un poco la veracidad de este aserto.
Tal vez y como lo he señalado en escritos anteriores, tanto desde el momento en que comencé a hacer públicas mis apreciaciones, durante la época de los Diarios de una Cuarentena, que no imagine que calarían como lo hicieron y ahora en esta etapa post pandemia donde nació ahora esta columna que llega junto con esta a su edición 109, de decir cosas que pudieran parecer políticamente incorrectas, o no diplomáticas o por no alinearse a ciertas estrategias comunicacionales, y tal vez sea así. Pero es que Chávez me acostumbro a señalar verdades, aunque a veces no gusten o puedan resultar incomodas.
Confieso que no era mi deseo, porque pensaba escribir sobre otro tema que, aunque en estos momentos el tema de la Guayana Esequiba me ha ocupado sobremanera por razones que en ediciones anteriores y en comparecencias públicas he tenido las he explicado suficientemente ya son conocidas, iba a expresarme sobre otros tópicos, lo cual espero hacer durante los días que restan de este año 2023 y comienzos de 2024. Pero lo ocurrido ayer en Kingstown, capital de San Vicente y Las Granadinas, amerita que nos refiramos de ello y lo hare el día de hoy.
Más allá de la cobertura informativa, más allá del apretón de manos, de saludos, de declaraciones que van y declaraciones que vienen, de los esfuerzos plausibles por tratar de desescalar las tensiones que hay entre nuestros países (Guyana y Venezuela) sin embargo por los hechos, podemos inferir que los objetivos planteados en la reunión de ayer no fueron logrados, más allá de la declración final y los acuerdos leídos por los facilitadores.
Pero, antes de continuar, más allá de esta opinión que en mi caso de analista señalo en el presente escrito, no quiere decir esto que no reconozca que, en el caso del Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro no haya hecho lo que le correspondía en su caso, hacer en aras de desescalar el conflicto. De hecho y de acuerdo a las imágenes que pudimos observar de la cobertura en los medios, Maduro se mostró gigante, con total dominio de la situación, tranquilo y sereno revelando que los seis años y medio al frente de la cancillería de nada más y nada menos que del gigante Hugo Chávez no fueron en vano. Maduro se mueve como pez en el agua en el campo de la diplomacia, cosa que lamentablemente el presidente Alí de la República Cooperativa de Guyana no mostró en el día de ayer.
Vista pues desde esa arista, evidentemente que por el lado nuestro, de los venezolanos y venezolanas que sentimos a la Patria desde las vísceras como lo diría Augusto Mijares y citado por Chávez en su última alocución del 8 de diciembre de 2012, podemos expresar que la reunión en San Vicente y Las Granadinas no solo fue un triunfo para Maduro sino para la Diplomacia Bolivariana de Paz.
Para algunos analistas serios y analistas serias, era evidente que la reunión de ayer no iba a resolver de la noche a la mañana un tema tan complejo como éste, y en eso coincidimos con Alejandro Fleming, nuestro ex ministro de turismo y ex viceministro de relaciones exteriores. Sin embargo, y en esto también coincidimos con Fleming, Venezuela aprovechó esta oportunidad para lo siguiente:
1.- Desmontar la campaña de desprestigio de Guyana. Esto porque la idea de que Venezuela es un “país guerrerista y expansionista” se ha posicionado a nivel internacional y en párrafos más adelante explicaremos los por qué.
2.- Reiterar que el Esequibo es venezolano y que poseemos los títulos que lo confirman. Guyana evidentemente insistirá en la válidez del Laudo del 3 de octubre de 1899 y pedirá que demostremos la nulidad del mismo ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
3.- Privilegiar la negociación diplomática directa como mecanismo para delimitar la frontera entre ambas naciones. Los guyaneses seguramente responderán que no existe ninguna delimitación pendiente y que la frontera fue establecida en 1899 (Laudo írrito).
4.- Exigir el respeto al Acuerdo de Ginebra y el cese inmediato de las concesiones en el Esequibo. Guyana seguramente indicó que honra el acuerdo ya que en el mismo se prevé el acuerdo judicial (CIJ) y que tienen la posesión del territorio (usurpación).
Estas posturas han permanecido inmutables desde la década de los 60 del siglo pasado y resultaría totalmente ingenuo pensar que las mismas cambiarían en la reunión de ayer.
Sin embargo, la reunión de ayer mostró a la comunidad internacional que las partes no han cerrado las puertas al diálogo, a pesar de tener posiciones diametralmente opuestas, y a todas luces, irreconciliables.
Esto porque evidentemente los diferendos territoriales generan tensiones entre los países en disputa y es lógico pensar que se intensifiquen. Solamente que debe evitarse que la escalada conduzca a una confrontación armada, lo cual sería catastrófico para las partes.
Importante es reiterar y que quede muy claro de que la República Bolivariana de Venezuela no ambiciona ni un centímetro de territorio guyanés, ya que el Esequibo siempre ha sido venezolano.
Asimismo, la República Cooperativa de Guyana sabe muy bien que usurpa un territorio que no le pertenece, dado que la sentencia arbitral de 1899 es nula e irrita.
Debe quedar muy clara la postura de que, en esta controversia, el único país expansionista es el Reino Unido y la Guyana independiente convalidó la anexión. Ambos actuaron al margen del Derecho Internacional, y esto debe quedar claro.
Será muy interesante, escuchar al Presidente Maduro en una bien preparada comparecencia pública ante medios nacionales e internacionales, bien preparada y elaborada y en respeto a los acuerdos y a la diplomacia, escuchar su versión de los hechos. No es fácil estar en la posición del hoy Jefe de Estado, que ha manejado impecablemente este asunto de la controversia territorial con nuestros vecinos de la margen oriental del río Esequibo.
Sin embargo, indiqué el principio del presente escrito referirme a lo que no se vio de esta reunión. Y pienso, con todo respeto, y entendiendo las razones de Estado y diplomáticas del Presidente de no referirse a ciertos detalles de la reunión de ayer, pero lo ocurrido con periodistas venezolanos y periodistas venezolanas amerita una defensa muy firme de nuestro Jefe de Estado en consonancia con la protección de nuestros connacionales, cualquiera que fuese el escenario.
Las campañas que ha promovido Guyana han incentivado un odio terrible en contra de los venezolanos. Es lamentable, que la reunión de ayer en Kingstown, San Vicente y las Granadinas se haya visto empañada debido a los momentos de tensión vividos en la tarde de ayer en el Aeropuerto Internacional de Argyle, cuando personal militar de ese país despachó a periodistas venezolanos que cubrían esta reunión Guyana-Venezuela.
Incluso de manera tendenciosa corrieron la especie de que los periodistas venezolanos allí presentes estaban ocasionando toda clase de problemas en el aeropuerto. Según las informaciones a las que tuve acceso, fueron encerrados en un cuarto todo el día mientras que a los periodistas guyaneses se les permitió trabajar con toda libertad.
Quiero a través de estas líneas expresar toda mi solidaridad con todos ellos y ellas. No los menciono porque no vaya a ser que en tres meses cuando les corresponda cubrir la nueva reunión que debería darse entre Nicolás Maduro y Mohamed Irfaan Alí en ese país, les nieguen la visa. Pero si expresó mi solidaridad con Isbemar Jiménez, excelente periodista, presidenta del circuito Radio Nacional de Venezuela (RNV) y vieministra del Poder Popular de Comunicación e Información, quien recibió amenazas del jefe de seguridad de dicho aeropuerto, quien sufrió las peores agresiones de este funcionario granadino, quien entre otras perlas dijo que iba a “patear y sacar de aquí” a nuestros periodistas.
Creo que nuestro gobierno de manera muy diplomática debe llamar la atención y tomar debida nota de esto que ocurrió con comunicadores nuestros.
De igual manera, quiero llamar la atención porque el tema semiótico tampoco pasa por debajo de la mesa en este caso. Y me refiero al backing empleado en el sitio donde se leyó la declaración final de esta reunión, donde no declararon los presidentes Alí ni Maduro. La imagen es muy elocuente y la compartimos en este escrito.
Obsérvese que, en la imagen, el Primer Ministro Ralph Gonçalves le da la espada al presidente Nicolás Maduro y está enfrente de Alí. ¿Casualidad? La semiótica expresa mucho y hasta más que las palabras habladas o escritas.
¿Sabían por ejemplo que ese aeropuerto de Argyle en San Vicente y Las Granadinas fue construido a los aportes de PetroCaribe y que en su momento el hoy Presidente y en ese entonces canciller Nicolás Maduro inspeccionó personalmente las obras en el mismo?
¿Cómo entender que periodistas venezolanos tengan que cubrir este evento y lo hagan a oscuras porque autoridades granadinas les cortaron la electricidad?
¿Se justifica que autoridades de San Vicente y Las Granadinas hayan cortado un pase en vivo del canal Telesur durante la cobertura de la reunión Guyana-Venezuela?
Hay que ver que EEUU no sólo nos hizo daño cuando el 9 de marzo de 2015 nos impuso la Orden Ejecutiva 13.692 coloquialmente conocida como el “Decreto Obama”. No solamente la llegada de David Granger pateo el Acuerdo de Ginebra y ha llevado la controversia territorial a una escalada que pretende llevarnos a un conflicto que nadie desea. El sabotaje y desactivación del mecanismo de PetroCaribe producto de las agresiones económicas bajo el eufemismo de sanciones nos han impuesto. Hay que ver como Mohamed Irfan Alí, quien ayer se vió incómodo, descolocado, molesto, sólo por sentirse como decimos en Venezuela “guapo y apoyao”, pretende llevarnos a una guerra que no queremos y de impredecibles consecuencias para el continente.
¿Cómo entender la postura de “aliados” o “hermanos” caribeños tienen ante estas circunstancias y ante este conflicto que apostamos se dirima por las vías de la diplomacia, del diálogo? ¿Olvidaron de manera tan pronta que fue Venezuela el primer país que envió ayuda humanitaria producto de huracanes, y otros embates de la naturaleza?
Ya estamos viendo los efectos del referendo de hace casi dos semanas, donde votamos casi 11 millones de un padrón de 20,5 millones y sin descontar casi 5 millones que están fuera de nuestras fronteras, y de los cuales por lo menos 100 mil estaríamos dispuestos a defender nuestro territorio, los ha puesto a pensar mucho. Por eso brillante jugada estratégica la del Alto Mando Político y Militar de la Revolución, y en este caso del Presidente Nicolás Maduro en este caso de la controversia territorial con la Guayana Esequiba.
Me disculpan lo extenso del escrito, pero tenía que expresar estas verdades y creo que cumplí con el cometido planteado.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas. , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.
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