Maryclen Stelling.- A escasos días del 23/E no son pocos los análisis, narrativas, pronunciamientos, apoyos, agresiones y deslindes políticos sobre la situación del país. Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo, está en el centro del interés geopolítico mundial.
La confrontación ha saltado a una delicada fase de violencia, tanto por razones internas como por la injerencia externa. En tan graves momentos, nadie puede ser indiferente, ni practicar la indignación pasiva desde una superioridad crítica, ni evadir o negar su responsabilidad política, al igual que las consecuencias de sus actos.
Es muy grave la estrategia de sectores políticos de oposición que se acogen a la máxima de «no hay alternativa», apostando irresponsablemente a salidas violentas promovidas desde el exterior; avalando un golpe de estado, promoviendo una guerra civil o anhelando una invasión. Es igualmente peligroso cobijarse cómodamente en la cultura de la indiferencia en relación a lo público, suerte de posición política que equivale a “ver los toros desde la barrera”. Igualmente, hacer de la banalización de la política una ley de vida o de sobrevivencia, basada en el desprecio al otro y a los supuestos “perdedores”. No hay enemigo pequeño.
El enemigo no es necesariamente externo o se resume al adversario político. El enemigo también está en casa y ello ha producido un desgaste en la legitimidad, la credibilidad, la esperanza y en la confianza; situación que hemos venido denunciando desde estos espacios. Ante la profunda crisis de carácter multidimensional, se ha impuesto la lógica económica y la muy invasiva lógica transmedia que ha colonizado el espacio público. La crisis traspasa intencionalmente los límites nacionales y alcanza dimensiones geopolíticas, complejizando la situación interna y la solución de la misma, aparentemente en manos de potencias extranjeras.
Vivimos tiempos de incertidumbre pero también de indignación ante lo sucedido. A pesar de los llamados e intentos de diálogo, en el corto plazo luce derrotada esa estrategia, a nuestro juicio la más pertinente, por la que hemos apostado y seguimos apoyando.
Apostamos a la democracia, a la paz, al diálogo y a la construcción de consenso con la participación de diversos factores políticos. Condenamos el golpe de estado, apostamos a la no injerencia y a nuestro derecho a resolver los problemas internos.
Maryclen Stelling
@maryclens
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