*JUAN MARTORANO.
En el artículo que antecede a este, explicamos sobre una de las razones por las que el actual Jefe de Estado viajó a la federación rusa, y una de las aristas del plan de intervención contra nuestro país. Y como es un hecho público, notorio y comunicacional, el Primer Mandatario Nacional convocó a una rueda de prensa con medios nacionales e internacionales, para suministrar detalles sobre el mismo.
No es mi intención repetir lo que el mismo Presidente de la República expresó en la referida comparecencia, ni de la gravedad que tales detalles implican para la soberanía, para la estabilidad, pero sobre todo para la paz del país y de la región. Pero trataré en estas líneas, de expresar las implicaciones de las revelaciones del Presidente y las reacciones a través de eventos y algunas declaraciones, que confirman sobre la existencia y ejecución del plan.
En uso de mi derecho a la libertad de expresión, opino con total libertad y obedeciendo a los dictados de mí conciencia. Esto evidentemente gusta a algunos y a otros no, pero los debates políticos son así, de asumir posiciones. Y más allá de mis subjetividades, que evidentemente las tengo como cuadro militante del proceso revolucionario legado por Hugo Chávez (el cual no niego), las circunstancias me han llevado a tener un papel como analista que me obliga a generar opiniones basadas en investigaciones y análisis de mayor profundidad, y no en meras especulaciones y superficialidades, como lamentablemente está ocurriendo actualmente.
Es en ese sentido, y en uso de esa libertad de expresión, pero a la vez buscando los elementos, y con cabeza fría, tratar de comprender los fenómenos muy por encima de la mera percepción que pueda tener. La realidad es mucho más de como la vemos o la percibimos, ya que para comprender el todo hay que sumar todas las partes, sino no pudiéramos comprender en toda su dimensión el entorno y los fenómenos que lo componen.
Es por ello, que en las oportunidades que he asumido la formulación de las críticas de la gestión y ejecutorias del Presidente Nicolás Maduro, como en su momento las hice con el propio Chávez, las asumo y las seguiré asumiendo sin ningún tipo de complejos, pero cuando Nicolás Maduro tenga aciertos o le asista la razón, también se le debe reconocer, sin mezquindades de ningún tipo.
En lo personal, me pareció bien oportuna su comparecencia y declaraciones sobre el plan injerencista de cara al 10 de enero de 2019, fecha constitucional de su investidura para el sexenio 2019-2025. Evidentemente, nadie por estas fechas de navidad pretende afectar la tranquilidad de la familia venezolana, y más en un contexto complejo como en el que actualmente vivimos. Pero mucho peor hubiese sido callar ante lo que es un “secreto a voces”, lo que muchos analistas políticos serios intuimos y hemos venido advirtiendo por diversas vías. No en contra de un gobierno constitucional, sino la estrategia para destruir el Estado-Nación como lo es la República Bolivariana de Venezuela.
Las alertas formuladas por el presidente Maduro, evidentemente no detienen el plan que ya está en marcha, pero si los afectan y golpean de manera importante. Ya el pueblo venezolano y la opinión pública mundial están más que advertidos que en el caso de que la agresión contra nuestra Patria llegue a concretarse, bien sea a través del asesinato del Presidente de la República, la posibilidad de que un comando mercenario proceda a su secuestro, como los casos de Jean Bertrand Aristide en Haití o de José Manuel “Mel” ZeLaya en Honduras, por solo citar dos ejemplos relativamente cercanos; un Golpe Militar, una Guerra Civil o la intervención militar directa, o la combinación de todos los escenarios anteriores, nos corresponderá a los venezolanos y venezolanas que nos consideramos patriotas, defender este sagrado territorio y hacerlo inexpugnable.
Aunque duela y les arda, a mi juicio, creo que en los cinco años de gestión de Nicolás Maduro, ayer como nunca antes, habló como un Jefe de Estado en toda la extensión que este término implica. La mano firme de la que nos habló Chávez en su última alocución el 8 de diciembre de 2012 estuvo presente en esa rueda de prensa del día de ayer.
El propio José de San Martín, prócer de la independencia argentina lo expresó con claridad: “Cuando la patria está en peligro, está permitido todo excepto no defenderla”. Y ante las amenazas reales contra la Patria y la contradicción principal en estos momentos que es en contra del imperialismo estadounidense, se impone una unidad de mando y de acción, y en este momento hay que obedecer los lineamientos que emita el Presidente de la República y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Nicolás Maduro Moros, y el Alto Mando Político y Militar de la Revolución.
Ahora, es obvio que muchos detalles sobre los planes injerencistas en marcha no podía suministrarlos Maduro para que las acciones tendientes a neutralizar los mismos por parte de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana conjuntamente con los cuerpos de seguridad e inteligencia. No obstante, posterior a esta comparecencia, hay que formular algunas consideraciones, y destacar algunas reacciones tempranas por parte de algunos actores políticos tuvieron producto de las declaraciones del ciudadano Presidente de la República, además de la ocurrencia de algunos eventos, que si bien pudieran no tener conexión con estas denuncias, por lo menos exigen una seria investigación al respecto.
Sin duda que uno de los primeros actores en responder las denuncias de Nicolás Maduro fue la Cancillería colombiana, la cual emitió un escueto comunicado donde rechazaron categóricamente las mismas, además de exigir “respeto” al mandatario de ese país, Iván Duque y a la institucionalidad colombiana. Sin embargo, de manera cínica, este ministerio reitera que continuará a través de la implementación de mecanismos “diplomáticos” y articulado con el denominado “Grupo de Lima” trabajando por la “restitución del régimen democrático de Venezuela”.
Asimismo, Robert Palladino, vocero del Departamento de Estado de EEUU indicó luego de las declaraciones del presidente Maduro, que se encuentran “monitoreando la situación en Venezuela”, así como la de otros países, sobre actividades que puedan indicar “un patrón de apoyo para actos de terrorismo internacional”. Parte de la estrategia es la de vincular al Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia con el Gobierno Bolivariano, con el fin de mantener la presión internacional de cerco diplomático y propiciar un escenario político favorable a la imposición de nuevas medidas coercitivas unilaterales y la intervención militar de tipo “humanitario” sobre Venezuela.
De ahí que la reciente cadena de eventos que se vienen suscitando en el estado Bolívar, y específicamente lo ocurrido en el Parque Nacional Canaima, con el saldo de un fallecido y varios integrantes de la comunidad indígenas pemón que resultaron heridos ante una acción armada de un grupo irregular armado, no se trataría de una simple disputa violenta entre mafias enquistadas en el denominado Arco Minero del Orinoco con las comunidades indígenas y los componentes militares que hacen vida en el mismo, sino que formaría parte de la generación de “falsos positivos” y de preparación de una operación de “falsa bandera” para activar de una vez la intervención militar. Mi tesis sería que, lo ocurrido recientemente en el Parque Nacional Canaima (municipio Gran Sabana del estado Bolívar) conjuntamente con lo ocurrido hace un mes, si la memoria no me falla, en el estado Amazonas, constituirían “globos de ensayo” para evaluar nuestra capacidad de reacción y respuesta ante una eventual acción armada contra nuestro país.
En este orden de ideas, posterior a las declaraciones del Presidente Nicolás Maduro, el denominado Consejo de Caciques de la comunidad pemòn en el estado Bolívar emitieron un comunicado donde desmintieron el enfrentamiento ocurrido en el Parque Nacional Canaima, y lo tildaron de agresión por parte de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) contra las comunidades indígenas de la zona. Además de ello calificaron de mentiroso al ministro del poder popular para la Defensa y vicepresidente sectorial de política, soberanía, seguridad y paz, G/J Vladimir Padrino López, así como declararon como persona no grata al ministro del poder popular para la energía eléctrica, M/G Luis Motta Domìnguez. Es evidente la infiltración dentro de esas comunidades indígenas, de factores externos a las mismas, interesadas en el desmembramiento de la República. Declaraciones dadas en su momento por el General de Brigada en situación de reserva activa, Roberto González Cárdenas, sobre la constitución de una nación independiente pemona en los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro.
Asimismo, el retiro de la empresa Good Year de Venezuela de manera intempestiva, forma parte de acciones de boicot en el marco de la estrategia de cerco y asfixia económica y financiera contra Venezuela. No conforme con ello, sino que el sindicalista de la referida empresa, Luis Lovera ya indicó que el sistema de transporte público nacional “podría resultar afectado por el cese de operaciones de Good Year en Venezuela y la posible escasez de cauchos”. ¿Profecía autocumplida?
Curioso resulta por demás que, hace un par de meses cuando en la región central se registraron inconvenientes con la distribución de combustibles, los gremios de transportistas, aprovecharon esta coyuntura para violentar los precios “acordados” de las tarifas del transporte, llevándolas de 1 bolívar soberano a 10 bolívares soberanos. Ahora con la ida de la transnacional estadounidense, me reportan que en el estado Bolívar, municipio Caroní, los transportistas de esa zona están cobrando 30 bolívares soberanos la tarifa de transporte, cuando la misma está regulada en 10 bolívares soberanos, si no me dan mal las cuentas.
También llama poderosamente la atención el incendio de una empresa de pegamento (Pegas Hércules) en la carretera Ocumare del Tuy- San Francisco de Yare, en el estado Miranda. No podemos obviar que en dicha entidad federal se convirtió en uno de los epicentros del paramilitarismo que nos fue infiltrado desde Colombia por la colaboración de los entonces gobernadores Enrique Mendoza y Henrique Capriles Radonski durante sus más de diecisiete años de gestión (sumando ambas). Por ello, sin caer en las teorías de la conspiración ni mucho menos, sería bien interesante investigar y determinar con precisión las reales causas de ese siniestro.
Asimismo, el fallecimiento en el Hospital Militar de Caracas de Nelson Martínez ( ex presidente de Cirgo y PDVSA), y en la que la periodista Sebastiana Barraez, señala de manera mal intencionada y tendenciosa que estando detenido Martínez, el gobierno no habría permitido que éste no se realizara chequeos médicos luego de la realización de una operación de corazón, por lo que se le contaminó la válvula que le colocaron en dicho órgano, sufriendo una septicemia con falla renal, hepática, cardiaca, cerebral y circulatoria. Según el relato de Barraez, los médicos habrían informado a los familiares que no sobreviviría porque estaba “muy complicado”.
Lo cierto el caso es que esta periodista busca establecer ante la opinión pública nacional e internacional que Martínez, quien fue detenido en noviembre de 2017 por sus implicaciones de corrupción y coimas dentro de PDVSA, habría pasado un año sin que fuese imputado ni iniciado su juicio por corrupción, y que habría muerto sin saber que delitos se le “iban a imputar”. En pocas palabras, busca atribuir la muerte de Martínez a Nicolás Maduro, y reforzar el cuadro perceptivo de supuesta violación de Derechos Humanos y de Estado Fallido, que legitime un eventual cambio de gobierno en Venezuela.
De momento, y por razones de espacio y tiempo, dejaremos la cadena de eventos hasta aquí, pero quiero permitirme el cierre de estas líneas con lo siguiente.
No dejemos que el Presidente Nicolás Maduro enfrente estas amenazas contra nuestra Patria solo. Acá se puede adversar y criticar su gestión gubernamental en un ejercicio democrático, pero cuando la patria está amenazada, todos los venezolanos y las venezolanas, independientemente del signo ideológico que profesemos, tenemos que unirnos para defenderla.
Nuestra historia nos muestra ejemplos. El propio José Manuel Hernández, popularmente conocido como “El Mocho”, adverso militarmente a Joaquín Crespo y a Cipriano Castro. No obstante, cuando Alemania, Inglaterra e Italia amenazaban con una guerra a comienzos del siglo XX nuestro país bajo el argumento de cobro de deudas, y Castro libero a los políticos presos de aquel entonces, “El Mocho” fue uno de los primeros en alistarse para defender la Nación, dejando de momento a un lado su rivalidad con Castro.
Igualmente está el ejemplo del Siervo de Dios, José Gregorio Hernández Cisneros, a quien se le conoce sus dotes de gran médico, bacteriólogo, profesor de la UCV y como un ejemplo de santidad. Lo que muy pocos destacan es que en el mismo episodio que se relató en el párrafo anterior, fue el primero en ponerse a la orden de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, para defender al país.
Se impone el decreto de la movilización y organización permanente, con el fin de neutralizar y derrotar la conspiración contra la Patria de Bolívar y de Chávez. La Patria de los Libertadores de América.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado,Activista por los Der
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