Lorena Mavárez Lameda
No quiere decir que tenga mis ojos cerrados para no ver la realidad, para no ver las listas de los altos precios de los productos exhibidos en los mercados, supermercados, en los almacenes, las tiendas de ropas, al contrario, por tener los ojos bien abiertos y conocer a mis compatriotas, esos que aman de verdad al país, es que concluyo sin temor a equivocarme, que a nosotros no nos quitan las navidades quien quiere sino quien puede.
Tampoco es arrogancia, pero es muy difícil que alguien pueda, por cuanto esas celebraciones tienen que ver con la disposición y el amor que la gente alberga en el corazón. Y los venezolanos tenemos amor hasta para exportar.
De todos modos, como sé que corro el riesgo de que muchos digan que, aun viendo estoy ciega, me remito entre muchos casos, a la realidad de Maracaibo, estado Zulia, donde recientemente se celebró la Feria Internacional de La Chinita.
En la tierra de Udón Pérez las Navidades llegan con los eventos relacionados a esas religiosas celebraciones. Y déjenme decirles, quizás para sorpresa de muchos, que aun con esta crisis, se hizo la Feria de Nuestra Reina Morena y la gente acudió masivamente como siempre a disfrutar del glorioso evento.
Más allá de los precios en alza constante, la gente fue al encuentro de nuestra China Amada, motivados por ese amor del cual les hablo, por ese fervor, por esa disposición que caracteriza a los zulianos y zulianas, a los venezolanos y venezolanas en general.
En Maracaibo se llenaron los eventos más tradicionales y emblemáticos de la Feria, las calles se vieron nuevamente transitadas y hasta congestionadas. La gente bailó las mejores gaitas, nadie les arrebató su alegría.
Es que si analizamos algo tan sencillo como un cumpleaños en Venezuela, nos damos cuenta del alto precio del azúcar, la harina, los huevos, la mantequilla, la leche, la vainilla, la levadura, y ni hablar del precio de una torta ya elaborada, y a pesar de esta tragedia en que nos metió la oposición con su guerra económica, la gente no se detiene en un día tan especial, y así la vemos con la misma alegría soplando de pronto una vela en un ponquecito, en una galleta, en un pan, en un vasito de helado, en cualquier dulce, pero celebra.
Se le desborda ese amor que tiene en el pecho. No se deja dominar por la tristeza. Y el evento casi seguro es publicitado orgullosamente en Facebook, Instagram con el audio del clásico Cumpleaños Feliz desentonado, así es como a nosotros nos gusta y gozamos, porque además nos encanta compartir las alegrías, la diversión, los momentos gratos en familia, incluyendo al perrito, al gatico. Esa es la realidad. Y una oposición obcecada en la desestabilización no nos va a cambiar nuestro particular estado de ánimo.
Por eso, un reducido grupo en su afán conspirativo, podrán privar a este pueblo de cualquier cosa material; nunca del amor que le nace del corazón, de su disposición a ser feliz, de disfrutar de los nuestro, de la vida, de lo que Dios y La Chinita nos proporciona cada vez que sale el sol.
No somos conformistas, solo nos negamos a la infelicidad, a que esas personas dominadas por el rencor, nos quieran condenar al odio, a la amargura, al desaliento, a la desesperanza. Me decía una amiga jovencita ya con su pelo totalmente sometido por las canas. "Mientras el alma esté en el cuerpo, hay que hacer por ella". Así somos los venezolanos y las venezolanas. Nos gusta ser felices. Eso no cuesta nada, para eso solo se requiere disposición.
Otro aspecto es que nosotros tenemos un espíritu combativo, más cuando nos amenazan, nos retan, nos intentan acorralar; sabemos que los opositores ponen todo su empeño en quitarnos las Navidades, y no lo permitiremos. Nos negamos a esas pretensiones.
Apoyados en el presidente de la paz, Nicolás Maduro Moros, el único líder de verdad que trabaja en función del beneficio de la gente, sortearemos esta otra maniobra de los enemigos del pueblo, para disfrutar en paz con mucha alegría de las festividades del 24 y 31 de diciembre, y de cualquier otro evento festivo, deportivo, cultural y de entretenimiento, que se realicen como se están realizando en el país.
Tampoco es arrogancia, pero es muy difícil que alguien pueda, por cuanto esas celebraciones tienen que ver con la disposición y el amor que la gente alberga en el corazón. Y los venezolanos tenemos amor hasta para exportar.
De todos modos, como sé que corro el riesgo de que muchos digan que, aun viendo estoy ciega, me remito entre muchos casos, a la realidad de Maracaibo, estado Zulia, donde recientemente se celebró la Feria Internacional de La Chinita.
En la tierra de Udón Pérez las Navidades llegan con los eventos relacionados a esas religiosas celebraciones. Y déjenme decirles, quizás para sorpresa de muchos, que aun con esta crisis, se hizo la Feria de Nuestra Reina Morena y la gente acudió masivamente como siempre a disfrutar del glorioso evento.
Más allá de los precios en alza constante, la gente fue al encuentro de nuestra China Amada, motivados por ese amor del cual les hablo, por ese fervor, por esa disposición que caracteriza a los zulianos y zulianas, a los venezolanos y venezolanas en general.
En Maracaibo se llenaron los eventos más tradicionales y emblemáticos de la Feria, las calles se vieron nuevamente transitadas y hasta congestionadas. La gente bailó las mejores gaitas, nadie les arrebató su alegría.
Es que si analizamos algo tan sencillo como un cumpleaños en Venezuela, nos damos cuenta del alto precio del azúcar, la harina, los huevos, la mantequilla, la leche, la vainilla, la levadura, y ni hablar del precio de una torta ya elaborada, y a pesar de esta tragedia en que nos metió la oposición con su guerra económica, la gente no se detiene en un día tan especial, y así la vemos con la misma alegría soplando de pronto una vela en un ponquecito, en una galleta, en un pan, en un vasito de helado, en cualquier dulce, pero celebra.
Se le desborda ese amor que tiene en el pecho. No se deja dominar por la tristeza. Y el evento casi seguro es publicitado orgullosamente en Facebook, Instagram con el audio del clásico Cumpleaños Feliz desentonado, así es como a nosotros nos gusta y gozamos, porque además nos encanta compartir las alegrías, la diversión, los momentos gratos en familia, incluyendo al perrito, al gatico. Esa es la realidad. Y una oposición obcecada en la desestabilización no nos va a cambiar nuestro particular estado de ánimo.
Por eso, un reducido grupo en su afán conspirativo, podrán privar a este pueblo de cualquier cosa material; nunca del amor que le nace del corazón, de su disposición a ser feliz, de disfrutar de los nuestro, de la vida, de lo que Dios y La Chinita nos proporciona cada vez que sale el sol.
No somos conformistas, solo nos negamos a la infelicidad, a que esas personas dominadas por el rencor, nos quieran condenar al odio, a la amargura, al desaliento, a la desesperanza. Me decía una amiga jovencita ya con su pelo totalmente sometido por las canas. "Mientras el alma esté en el cuerpo, hay que hacer por ella". Así somos los venezolanos y las venezolanas. Nos gusta ser felices. Eso no cuesta nada, para eso solo se requiere disposición.
Otro aspecto es que nosotros tenemos un espíritu combativo, más cuando nos amenazan, nos retan, nos intentan acorralar; sabemos que los opositores ponen todo su empeño en quitarnos las Navidades, y no lo permitiremos. Nos negamos a esas pretensiones.
Apoyados en el presidente de la paz, Nicolás Maduro Moros, el único líder de verdad que trabaja en función del beneficio de la gente, sortearemos esta otra maniobra de los enemigos del pueblo, para disfrutar en paz con mucha alegría de las festividades del 24 y 31 de diciembre, y de cualquier otro evento festivo, deportivo, cultural y de entretenimiento, que se realicen como se están realizando en el país.
lorenamavarez@gmail.com
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