Camarada Llamarada
Por: Carolina Escarrá G.
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El fin de semana se llevaron a cabo dos reuniones multilaterales muy importantes desde el punto de vista de lo que es la reconfiguración del sistema político mundial, como lo son la reunión del G7 en Canadá y la reunión de la Organización de Cooperación de Shangái en China, donde queda cada vez más claro que hay dos propuestas muy diferentes para pensar el futuro del mundo.
Una de ellas, liderada por China y Rusia, que incluye a los países de Asia Central ricos en petróleo y gas, además de países como India e Irán entre otros, que con una estrategia de cooperación y no de conflicto, actúa como una plataforma de seguridad de la ruta de la seda que busca impulsar un proceso de desarrollo compartido del sistema mundial, teniendo como ejes de la reunión el terrorismo, el fanatismo religioso y el separatismo, especialmente de Afganistán, que podrían afectar el proceso de desarrollo de la infraestructura y creación de la plataforma de cooperación y de integración económica, pensada en el marco de la iniciativa de la ruta de la seda que ya lleva tres años, y donde se han invertido más de 80.000 millones de dólares en trenes y ferrocarriles que se proyectan desde China hacia Europa occidental y que atraviesan Eurasia, además de Francia, Alemania y Gran Bretaña.
La otra, tiene que ver con la reunión de los siete países occidentales más industrializados del mundo, vinculados al Foro de Davos, y que normalmente se reúnen para establecer unilateralmente líneas de acción para el resto del planeta, en términos de comercio, economía, finanzas, seguridad y medio ambiente, con la idea de mantener el status quo, pero que en esta oportunidad hicieron aflorar nuevamente las contradicciones entre esa visión globalizada y de libre mercado que promulgan, en contradicción con la visión proteccionista desarrollada por Trump que no solo ha dado al traste con las organizaciones y pactos multilaterales, sino que ha desatado una guerra comercial con todos los países del G7, que incluso llegaron a plantearse un G6 sin Trump en la ecuación, en especial después que decidió no firmar el documento final que suele resultar de ese tipo de reuniones.
De acuerdo con algunos analistas, Trump solo está tratando de fijar nuevas reglas de juego para el comercio y las inversiones mundiales, que le aseguren colocar “America first” con sus intereses primero, además de la reelección, con una visión de conflicto en el sistema mundial en el que enfrenta y compite por el poder con las denominadas potencias emergentes, sobre todo China en materia económica y Rusia en materia militar, para regresar a la época de hegemonía de EEUU.
Mientras tanto, EEUU y Trump siguen perdiendo terreno en su lucha por imponer su visión del mundo en cualquier lado del planeta, incluyendo América Latina, a pesar de sus títeres y lacayos regionales.
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