Maryclen Stelling.- A sólo escasos días de las elecciones votantes y abstencionistas están a la expectativa de soluciones inmediatas a la crisis política, económica y moral que aqueja al país. Interesante escenario político donde coexisten las renovadas esperanzas de los partidarios con la reacción política y emocional de la oposición derrotada.
Con posterioridad al 20-M se nos han acercado personas de diferente condición social, que apostaron a la reelección de Maduro. En ese espacio se mezclan el voto militante, el convencido y el resteado con el voto utilitario-clientelar, el voto con reservas, y el “último chance”. Independientemente de la razón para votar, se resalta que el triunfo no debe interpretarse como un cheque en blanco.
Expresan una alta preocupación por la crítica situación actual, a la vez que esperan una salida “rápida” que, curiosamente, convive con fuertes dudas sobre la capacidad del Gobierno para atender las ingentes demandas de la ciudadanía. Suerte de diagnóstico popular que dibuja un “país devastado” que duele y afecta la vida, la sobrevivencia, la convivencia, los valores y la fe.
Señala el diagnostico popular, que las instituciones han dejado de ser eficientes en cuanto a dar respuesta a las demandas sociales y ello redunda en una crisis de legitimidad. Se destaca como uno de los grandes retos la lucha frontal contra la corrupción, que ha “minado la confianza en la gestión de gobierno”. Se exigen nuevas caras y ello requiere erradicar aquel funcionariado circular y rotativo incrustado en el poder.
Demanda cambios en la gestión económica y denuncia el “abandono” del interés colectivo y del bienestar general. Se reconoce la intención del Gobierno de paliar la situación con bonos y una serie de medidas contingenciales; mas hay conciencia de la relación clientelar que se establece y de sus efectos sobre la participación política devenida en lealtad clientelar y pérdida de la autonomía.
Evaluación que, curiosamente, aloja el desencanto sobre la gestión y el encanto de un milagro que emana de los resultados y las promesas electorales. El país se mueve en un terreno movedizo e imprevisible donde dialogan el encanto con el desencanto, la certeza con la duda y en el que, hasta el momento, las acciones han ido a la zaga de las palabras y las promesas…
Para cerrar citaremos una expresión que expresa la positiva emocionalidad del diagnóstico popular: “queremos salir de este túnel y ver luz”.
@maryclens
Maryclen Stelling
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