Rosa Natalia.
“…Este modelo de racionamiento ha estado
presente en Cuba desde hace más de 50 años…Nicolás Maduro y su comitiva busca
replicarlo en Venezuela aniquilando la producción nacional. No podemos permitir
que esta humillación…Quiénes son los que están en Miraflores para decirle a
usted que solo puede comprar 2 kg de harina de maíz o de arroz? Desde Voluntad
Popular* continuaremos informando que esta imposición es un modelo cubano que
no genera ni progreso, ni futuro, ni desarrollo….no nos merecemos esta
tarjeta de racionamiento, que aunque no existe físicamente nos la aplican
cada día, lo cual es un atropello a la libertad…”1
Estas declaraciones fueron dadas por
el alcalde de un municipio capitalino, hace casi un año. Los discursos y matrices de opinión de la oposición no han cambiado mucho en el tiempo transcurrido. Declaraciones falsas y de doble
intencionalidad, pues durante el año y medio de guerra económica el
gobierno ha sido particularmente generoso en la venta de alimentos y enseres de
uso personal en ese municipio -el hatillo- , por ser una población sensible a
la manipulación mediática. El gobierno ha intentado con todas sus fuerzas, no darle
motivos para el descontento material a la clase media y alta, pero como vemos
la táctica de bajarles hasta el cielo no funciona. La mirada altiva de
desprecio de la burguesía es para todo el gobierno chavista.
El gobierno ha alertado acerca de la
puesta en marcha de una guerra económica. Las guerras en términos militares,
tiene sus características y cuando se está en presencia de convulsiones
históricas, cuando el pacto político se ha roto y las fuerzas económicas
inician la pugna por el poder, los gobiernos solo tienen dos alternativas: o se
defienden o entregan. Valientemente el presidente Maduro ha decido no renunciar
y su equipo de gobierno lo respalda.
Solo por nombrar a la ficha militar
más alta, la Ministra de Defensa Carmen Meléndez ha dicho: “…Pueblo y Fuerza Armada, unidos
más que nunca para defender esta guerra económica que tenemos en puertas. Que
el pueblo se sienta tranquilo que su Fuerza Armada está atenta a cualquier cosa
que suceda de ahorita en adelante como ha estado siempre…Estamos para defender
a nuestra patria ante cualquier agresión, ante cualquier enemigo interno o
externo. Estamos listos para dar la batalla y vencer…” (2)
A través de la Vicepresidencia
Económica y del Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria, el
gobierno muestra musculo de respaldo del gabinete hacia el Presidente Maduro. Eso
es una excelente señal.
Creemos que a año y medio de guerra contra el flagelo de tres cabeza -contrabando , acaparamiento y especulación- aun falta explicar a
la población lo que significa una guerra económica. En términos militares
básicos, la economía que se aplica en tiempos de guerra busca, tiene como fines
principales: abastecer y controlar la economía nacional desde el Estado, sobre
todo cuando el enemigo imperial que nos ataca tiene agentes internos: la
burguesía (llámese amarilla o de otro color).
Los países que han aplicado economía
de guerra por el derecho legítimo a la defensa, han tomado medidas generales
similares: control minucioso de la política monetaria para evitar procesos de
hiperinflación, medidas de ahorro del consumo energético, cambios en la
política agrícola que dirigen los cultivos y la industria transformadora hacia
la producción de grano y establecimiento de racionamiento del consumo.
En Venezuela, voceros de la oposición,
nos han hecho creer que el racionamiento es una medida comunista en sí misma.
En el mismo hilo irracional de pensamiento, dicen el comunismo es pobreza porque
no nos permite consumir sin límite. Si construimos la sentencia completa ellos alegan:
el comunismo es malo porque raciona.
Esta matriz de opinión debe ser
desmontada. Desmontada, no para seguir atiborrando los puertos y los
supermercados sifrinos del Hatillo y de las zonas de clase media y alta del
país. No. Desmontada para explicar que el racionamiento, tiene su razón de ser
y que es una medida tan válida para países capitalistas en guerra como para
países socialistas en guerra.
¿Sabía usted que Inglaterra aplicó
racionamiento de alimentos durante la segunda guerra mundial? Le podemos
asegurar que Churchill y el imperio británico no tenían la más mínima intención
de dirigirse hacia el comunismo.
Habría que peguntarle a Smolansky**,
el candidato opositor a la alcaldía del Hatillo ¿Usted cree que el Rey Jorge VI
era comunista cuando aplicaron el racionamiento de alimentos junto a Churchill?
O será que el racionamiento es una medida de defensa del gobierno para proteger
a la población del hambre?
Al comienzo de la Segunda Guerra
Mundial el Reino Unido importó cerca de 55 millones de toneladas de alimentos
por año, incluyendo más del 50% de la carne, 70% del queso y azúcar, cerca del
80% de las frutas y casi el 90% de los cereales y grasas.
Ahora bien, ¿cuales palabras usó
Churchill para convencer a su pueblo de que debía aceptar estas medidas de
economía de guerra? A escasas horas de haber asumido el poder y ante la
proximidad de días difíciles, se dirigió a la Cámara de los Comunes (no había
un solo socialista) y al pueblo y les dijo:
“…Debemos recordar que
estamos en las fases preliminares de una de las grandes batallas de la
historia… En esta crisis, espero que me perdonen si no me extiendo mucho y por
la falta total de ceremonia con la que me ha sido necesario actuar. Espero que
cualquiera de mis amigos y colegas, o antiguos colegas, que están preocupados
por la reconstrucción política, se hagan cargo plenamente. Yo diría a la
Cámara, como dije a todos los que se han incorporado a este Gobierno: No tengo
nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor. Tenemos ante nosotros una prueba de la más penosa naturaleza. Tenemos
ante nosotros muchos, muchos, largos meses de combate y sufrimiento…Me
preguntáis: ¿Cuál es nuestra aspiración? Puedo responder con una palabra: Victoria, victoria a toda costa, victoria a
pesar de todo el terror; victoria por largo y duro que pueda ser su camino;
porque, sin victoria, no hay supervivencia… Pero yo asumo mi tarea con ánimo y
esperanza. Estoy seguro de que no se tolerará que nuestra causa se malogre
en medio de los hombres. En este tiempo me siento autorizado para reclamar la
ayuda de todas las personas y decir: Vengan pues, y vayamos juntos adelante con
nuestras fuerzas unidas...”(3)
A pocos días de iniciada la guerra,
Churchill no podía ofrecer villas y castillos a nadie. No podía ofrecer inundar los anaqueles, ni apartamentos
equipados a todos, ni tarjetas de crédito a los mayores de 15 años. Al
contrario, solo ofreció en un brevísimo discurso, su sangre, su sudor y sus lágrimas.
Advertía a todos que asumía el cargo a sabiendas de que venían días difíciles,
pero irradió el ánimo y la esperanza que el gobierno y la población necesitaban
para ganar la guerra contra el fascismo alemán. Fue así que el pueblo ingles
aceptó la siguiente tarjeta de ración por persona y por mes:
2 kilos de carne, 400 gramos de jamón, 100
gramos de queso, una bolsa de leche, 250 gr de mantequilla, 200 gramos de tocino,
4 huevos, 250 gramos de azúcar y 1 kilo de cebollas, 500 gramos de jabón. (4)
Pero el fascismo alemán arreciaba y parecía
victorioso, así que Churchill debió dar un par de discursos más para que la
opinión pública aceptara el sacrificio y deseara triunfar. Tres semanas después
se dirigió de nuevo al pueblo:
“…unidos en nuestra causa y en nuestras
necesidades, defenderemos hasta la muerte nuestra tierra natal, ayudándonos
unos a otros como buenos camaradas hasta el límite de nuestras fuerzas. A pesar
de que grandes extensiones de Europa y muchos han caído o pueden caer en las
garras de la Gestapo y bajo el aparato odioso del gobierno nazi, no vamos a
rendirnos. Vamos a ir hasta el final, lucharemos en Francia, lucharemos en los
mares y océanos, lucharemos con creciente confianza y creciente fuerza en el
aire, defenderemos nuestra isla, cualquiera que sea el costo, ¿de acuerdo?
Lucharemos en las playas, lucharemos en los campos de aterrizaje, lucharemos en
los campos y en las calles, lucharemos en las colinas; nunca nos rendiremos…”(5)
Su discurso dejaba claro que la rendición no era una opción en el tablero político y que no habría requiso donde no se daría la pelea. Podríamos decirle a nuestro fascismo criollo, lo mismo: nunca nos rendiremos. Y parafraseando un tercer discurso dado un mes después, debemos advertir también a la masa chavista lo siguiente: “…de esta batalla depende nuestra supervivencia, si fracasamos, el mundo se hundirá en un abismo, en una edad oscura, más siniestra, más prolongada. Asumamos nuestros deberes, este es nuestro mejor momento…” (5).
Otro ejemplo contemporáneo al de
Churchill, con el mismo enemigo –el fascismo alemán- pero diferente en cuanto
al ordenamiento social interno, es Stalin en la Unión Soviética. El
racionamiento de alimentos fue mucho más severo, pues los enemigos sitiaron el
paso de los alimentos de ciudades como Leningrado y Moscú. En las épocas más
cruentas de la guerra, cada persona debía sobrevivir con sólo 300 gramos de pan
diario como único alimento, y luego menos que eso. Un día antes de iniciarse el
asedio, Stalin se dirigió a su pueblo:
“…Camaradas,
hoy celebramos el vigésimo cuarto aniversario de la Revolución de Octubre en
condiciones difíciles… el enemigo está a las puertas de Leningrado y Moscú. El
enemigo calcula que desde el primer disparo se dispersara nuestro ejército y será
paralizado nuestro país. Pero el enemigo ha hecho un enorme error de cálculo…
Había días en que nuestro país estaba en una situación aún peor. Recordemos
1918, cuando celebramos el primer aniversario de la Revolución de Octubre. Tres
cuartas partes de nuestro país estaban entonces en manos de los invasores
extranjeros. No teníamos aliados, acaba de comenzar la formación del Ejército
Rojo, el grano que faltaba, faltaban los brazos, y los equipos. El espíritu del
gran Lenin nos ha inspirado desde aquellos tiempos. La situación actual de
nuestro país es incomparablemente mejor que hace 23 años. Ahora contamos con
aliados, tenemos la simpatía y el apoyo de todos los pueblos de Europa que han
caído bajo el yugo de la tiranía nazi. Ahora tenemos un gran ejército y la
marina que defienden su libertad e independencia, pechos magníficos de nuestra
patria. Nuestras reservas humanas son inagotables. ¡Camaradas soldados y
marinos rojos, jefes y colaboradores políticos, guerrilleros y guerrilleras!
Todo el mundo ve en vosotros la fuerza capaz de aniquilar a las hordas de
invasores alemanes. Los pueblos esclavizados de Europa, caídos bajo el yugo de
los invasores alemanes, los miran a ustedes como a sus libertadores. Les ha
tocado cumplir una gran misión libertadora. ¡Sed dignos de esta misión! La
guerra que sostenéis es una guerra de liberación, una guerra justa. ¡Que os
inspiren en esta guerra las viriles figuras de nuestros grandes antepasados!
¡Que flamee sobre vosotros la bandera victoriosa del gran Lenin! ¡Por la
completa derrota a los invasores alemanes! ¡Viva nuestra gloriosa Patria, su
libertad y su independencia! ¡Bajo la bandera de Lenin, adelante, hacia la
victoria!...”7
Durante 900 días resistieron los rusos
en el espíritu de sus ancestros políticos y de su organización social-militar
del ejército rojo. Hitler sometió a las penurias más terribles a la URSS, pero
al final fue derrotado.
Después de indagar en estos dos
ejemplos: un país capitalista y otro comunista, ambos aplicaron racionamiento
para proteger a su población ante la llegada de la guerra. Sus líderes forjaron
la opinión pública a su favor para resistir y vencer. Nunca se rindieron. Nunca
ofrecieron recompensas materiales, solo la convicción de que había que vencer
un enemigo bien definido.
Nosotros los Bolivarianos, en
condiciones inmejorables, donde al comparar la magnitud de nuestro
racionamiento con el de las grandes potencias como Inglaterra y la URSS durante
la segunda guerra mundial, nos damos cuenta que somos un país privilegiado. Sin
embargo si aun fuese necesario un ajuste en el consumo, tendríamos suficientes
reservas morales en nuestros ancestros, Bolívar y Chávez para convocar al
pueblo a acompañar a Maduro. Salgamos al paso, respondamos, expliquemos sin
complejos nuestras limitaciones, definamos nuestros enemigos, no nos rindamos
haciéndoles concesiones innecesarias. Recordemos que ningún racionamiento
venció a los pueblos forjados en causas justas y nosotros no seremos la
excepción.
Fuentes y pie de página:
1
Smolansky:
Rechazamos el racionamiento de alimentos a los venezolanos. Noticias 24,
18/10/2013(http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/201083/voluntad-popular-rechazo-tarjeta-de-racionamiento-que-impone-gobierno-de-maduro/)
*Voluntad Popular:
partido político de derecha con ideario socialdemócrata. Fundado hace diez años
como un ala de Primero Justicia. Su función particular es accionar movimientos
de calle violentos con militantes a los que denominan “jóvenes combativos”. Su coordinador
nacional Leopoldo López está inhabilitado políticamente, por el manejo ilícito
de recursos del Estado a través de tráfico de influencias en PDVSA y desvío de
fondos de la alcaldía de Chacao.
** David Smolansky: ex-dirigente
estudiantil de la UCAB, licenciado en comunicación social, dirigente Juvenil
Nacional del partido Voluntad Popular, miembro de la comunidad
judío-venezolana, miembro de la Mesa de Unidad democrática (MUD) y Alcalde del Municipio capitalino El Hatillo .
2
http://www.vtv.gob.ve/articulos/2013/10/19/ministra-de-defensa-de-venezuela-fuerza-armada-esta-atenta-frente-la-guerra-economica-455.html
3 Discurso de
Churchill a la Cámara de los Comunes 13 de mayo de 1940
(http://www.youtube.com/watch?v=8TlkN-dcDCk)
4http://es.wikipedia.org/wiki/Racionamiento_en_Reino_Unido_durante_la_Segunda_Guerra_Mundial
5 Discurso de
Churchill a la Cámara de los Comunes
(http://www.youtube.com/watch?v=-Jyl4jD6r6s)
6 Discurso de Churchill Londres, 18 de junio
1940 (http://www.youtube.com/watch?v=mT1zhWI7fFA)
7 Discurso Stalin en la
Plaza Roja 7 de noviembre de 1941(http://www.youtube.com/watch?v=KZc1ErBpoJ4)
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