Luz Furiasse Maldonado.
Mis pies, mi canto y mi llanto
Vuela bajo
vuela,
vuela
vuela alto,
pájaro libre;
andante de caminos ardidos,
paracaidista de pueblos lejanos,
vuela,
vuela
y mira cuán rojo está el horizonte,
que mañana amaneceremos
bañados en rojo
en ríos de Los Andes
en una África ardiente
en tu Palestina querida
Vuela cerca de pies heridos,
de pies bailarines,
acaricia esos pies
que te buscan
te representan
te extrañan.
Dicen que estuviste en el Arauca
allí, allicito nomás
y dicen que tenías dos niños sobre
tus rodillas.
Ah…¿que no eras tú?
no hermano, no te creo.
Eras…yo se que eras,
que cumpliste tu sueño
y después te vi en la cordillera
imponente mirando a tus hermanos
mapuches
y a hombres con caras gringas
hombres negros y blancos…
sí, te vi en la cordillera,
junto a San Martín
que rabeaba con la altura
y hubo nieves
y cóndores buenos
que los acompañaban.
Te vi ascendiendo al San Agustín
¿o era El Conde, El Tanque?
y le diste la mano
y no hubo lluvias
ni gobernadores muertos en los ríos
y hubo un dulce de alcayota,
perdón,
de cabello de ángel
esperándote en una mesa familiar;
y hubieron carreras limpias,
pelotero bravo,
en los aires de luna,
acompañándote redonda,
iluminando noches oscuras
de asesinos siempre al acecho…
¿Sabes Comandante?
cuando los ejércitos populares
marchen por las calles,
cuando los poetas te recuerden en cada
letra
y los poderosos se arrodillen,
tú volverás al Arauca
y explorarás cañadas y cañadones
y llamarás a Simón
y Sucre, siempre presto,
te estará esperando.
No le falles,
el café estará caliente
y los pobres de la tierra
compartirán uno cada vez que tú lo
quieras,
siempre esperando y agradeciendo
Hermano, cuando quieras,
un mate te espera;
la tierra de Evita te seguirá
hasta donde vayas…
No te fallaremos Comandante…
y yo se que vos, militante de los pies
heridos,
estarás en lo pies de todos los
guerreros,
toditos, Comandante,
toditos!
Vuela camarada-compañero,
vuela y camina en el cañadón;
construye casas,
libera mentes;
siembra desde la tierra;
manda miles de discursos,
que acá los transmitiremos
con altavoces festivos en todos los
pueblos
y te esperaremos con mate o café
en el barro del barrio,
marrón, marrón,
como decía la negra;
pero bueno…ahí los barrios tendrán
asfalto
y no habrá casas deslizadas…
y no habrán chapas
ni camas convertidas en fuego
ni niños matando…
Siéntate con esos niños benditos,
esos que tú bendijiste
que te lo mereces guerrero;
juega y enséñales a jugar,
que nosotros caminaremos,
caminaremos,
caminaremos
y haremos dulce de alcayota,
que la vida será DULCE,
MUY DULCE,
después de tantas BATALLAS…
¡Hasta la victoria siempre, mi querido
Comandante de los pies heridos y batalladores y el canto claro!
Estrella Furiasse (14/03/13) Argentina*
*Escrito en forma manuscrita y luego en
una computadora, llena de lágrimas…
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