miércoles, 13 de noviembre de 2013

Niñas objeto.



Cecilia Lavalle*

Cimacnoticias Sorprende, pero no lo suficiente como para escandalizarnos. Incomoda, pero no lo bastante como para una reflexión colectiva. De hecho se acomoda en nuestra sociedad en silencio, como los venenos administrados en pequeñas dosis. Me refiero a la hipersexualización de las niñas.

“Hipersexualización” es un concepto acuñado por la sexóloga canadiense Jocelyne Robert, y hace referencia a la erotización de posturas, vestimenta y expresiones en las menores de edad. Es la exacerbación de una precoz sexualidad cargada de erotismo.

Y si bien los niños no están exentos de este fenómeno, lo cierto es que en su abrumadora mayoría son niñas las afectadas. Así que particularmente hablamos de la exaltación de la sexualidad de niñas, que son presentadas como miniadultas sexualmente excitantes.

Pasamos de los concursos de belleza de mujeres adultas a los concursos de belleza de niñas menores de ocho años. Pasamos de mirar pasarelas con modelos esqueléticas, a pasarelas de niñas disfrazadas de adultas.

¿Qué pasa? Pasa que el mensaje de que las mujeres somos objetos sexuales para el placer de los hombres ahora se transmite desde una edad más temprana.

Pasa que ahora se entrena a las niñas para que valoren su físico por encima de todo. Pasa que se ha llegado a la perversidad de querer que las niñas parezcan adultas, que las adultas parezcan jóvenes y que las jóvenes parezcan niñas.

Pasa que hacer de las mujeres cosas, objetos de placer, es inhumano y exacerba y justifica la violencia contra las mujeres y las niñas.

Por fortuna las alertas se han prendido. No, aún, en México. En Francia.

En diciembre de 2010, la famosa revista Vogue publicó fotografías de varias niñas en poses sensuales y provocativas. Todas lucieron con una gran cantidad de maquillaje, vestidos ajustados, tacones, joyas.

Este hecho, además de costarle el cargo a la directora de la revista, Carine Roitfeld, movió conciencias a mayor nivel.

La senadora Chantal Jouanno trabajó en un informe que publicó en 2012 titulado “En contra de la hipersexualización: una nueva lucha por la igualdad”.

Y, entre otras cosas, señaló que 37 por ciento de niñas menores de 11 años aseguraba estar a dieta. Afirmó asimismo que “se disfraza a las niñas como golosinas sexuales en una carrera por la apariencia, la belleza, la seducción”.

En países de habla hispana, psicólogas y terapeutas son quienes han alertado de los riesgos de la hipersexualización de las niñas e incluso han relacionado este fenómeno con la anorexia y bulimia en la adolescencia.

Pero en Francia ya comenzaron a tomar cartas en el asunto. La semana pasada el Senado aprobó por aplastante mayoría la iniciativa presentada por la senadora Jouanno.

La iniciativa prohíbe los concursos de belleza para niñas y la ropa de adultos en tamaño para niñas, incluidos brasieres con relleno y zapatos de tacón alto para niñas.

Esta propuesta aún deberá ser aprobada por la Asamblea Nacional, y ya se anticipa un ríspido debate, en especial por los intereses de marcas comerciales (e, intuyó, por más de uno encantado con este asunto).

No se ha dicho la última palabra, pero, al menos, ya comenzaron a decirse palabras en voz muy alta. Espero que pronto ese ejemplo cunda en México.

Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com.

*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, e integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.

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