miércoles, 21 de agosto de 2013

Paraguay: pobreza y desigualdad.



Por Mercedes López San Miguel
Paraguay viene creciendo a ritmo sostenido desde hace diez años, pero la pobreza extrema se mantiene en los mismos niveles (20 por ciento) y un puñado de familias siguen siendo los dueños de la tierra. Hace poco más de un año, la ocupación de una hacienda en Curuguaty por parte de unos campesinos terminó con la muerte de once campesinos y seis policías. También con la presidencia de Fernando Lugo, destituido mediante un juicio político exprés impulsado por liberales y colorados, quienes lo responsabilizaron por la matanza en la finca. Abrupto final para un gobierno que puso el acento en la política social dirigida a los sectores más vulnerables.
“Le declaro la guerra a la pobreza”, promete el empresario y nuevo presidente colorado Horacio Cartes, pobreza que alcanza el 49 por ciento de una población de 6,2 millones de habitantes, según datos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal). Pero el hombre a quien Cartes designó para el área económica, Germán Rojas, anticipó que estarán flojos de caja. “Nos espera un país rico, pero con poca plata.” En línea con el discurso de Cartes, Rojas señaló a Página/12 que uno de los principales desafíos de su gestión será reducir la pobreza extrema. ¿Cómo? “Fundamentalmente generando empleo. Necesitamos atraer inversiones extranjeras para crear empleo en el ámbito privado y también desarrollar obras de infraestructura”, respondió de forma genérica.
Una gran mayoría de los paraguayos no percibe que su país lleve una década de buena salud. El crecimiento del Producto Bruto Interno (cuatro por ciento) no tiene un efecto en la extrema pobreza. Tampoco contribuye a una mejor distribución del ingreso. El economista Fernando Masi, que se desempeñó como asesor del gobierno de Lugo, señaló a este diario algunos problemas en el modelo paraguayo. “El propio modelo se basa en dos pilares: la agricultura empresarial –producción de commodities– y el comercio de reexportación o triangulación, es decir, la compra de bienes de consumo suntuario del sudeste asiático en forma legal y a precios muy bajos y su reventa al Mercosur, principalmente a Brasil.”
El experto explicó por qué ambos pilares tienen poco efecto derrame sobre la economía. “La agricultura empresarial (soja y otros granos y ganadería) no emplea casi mano de obra y al ser extensivo en tierra, expulsa mano de obra del sector rural, que todavía constituye el 40 por ciento de la población total del país. Esta expulsión ha provocado una rápida urbanización pero con empleo muy precario por el todavía escaso nivel de industrialización del país para absorber mano de obra y calificarla. A su vez, el comercio de triangulación se concentra sólo en zonas fronterizas, crea empleo de mala calidad y produce concentración de ingresos que no se vuelven a invertir en el país.”
Para Germán Rojas, la evasión y la baja carga tributaria aportan al desajuste económico. Por eso el nuevo gobierno apuntará a revertir este asunto. “En el Congreso se discute actualmente una ley de generalización del IVA; hay que incorporar a sectores y extender la base de contribución. El sector agropecuario es el que menos aporta, debemos incorporarlo y mejorar el sistema de recaudación.” Con respecto a los evasores, advirtió que serán castigados.
En los cuatro años que gobernó Lugo hasta que fue destituido, en junio de 2012, se aplicaron políticas en favor de los sectores más necesitados, como ser el Programa de Transferencias de Ingresos Condicionados –una asistencia a las madres si presentan la libreta de vacunación y la inscripción de su hijo en la escuela– y el programa Tekoporá (vivir bien), que apunta a garantizar alimentos, salud y educación a la población pobre de la ciudad y de las zonas rurales. La política social fue un baluarte del gobierno de la Alianza Patriótica para el Cambio, y algunos expertos han señalado que Cartes no tiene previsto poner en marcha programas para luchar contra la desigualdad y que, por el contrario, privilegiará la lógica del mercado. ¿Habrá recortes a los planes sociales? Rojas dijo que en principio van a darles una “mejor coordinación” y se centrarán en combatir la pobreza extrema.
La concentración de la tierra en Paraguay es histórica y uno de los factores que explican la brecha entre ricos y pobres, así como la falta de oportunidades en el sector rural, donde se registra la mayor cantidad de pobres extremos en el país. Lamentablemente, Lugo no pudo avanzar con una reforma agraria. Cartes debería prestar atención a este serio problema, porque no basta con crecer.

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