Esta conmemoración es un recordatorio de muchos años de las luchas de millones de mujeres de servicio doméstico para mejorar su situación, pero en América Latina y el Caribe las condiciones no han cambiado mucho.
Por: Teresa Sosa - Palabra de Mujer
Esta fecha conmemorativa tiene una historia y un camino marcado por el trabajo denodado de mujeres que en 1926 inician los primeros intentos para la conformación en 1988 de lo que es hoy la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar (CONLACTRAHO); Chile, Brasil, Perú y México fueron los países pioneros, entre 1950 y 1970 se suman Colombia y Paraguay.
El 30 de marzo de 1988 se lleva a cabo el primer Congreso Latinoamericano de Trabajadoras del Hogar en Bogotá (Colombia) en el que participan 11 países de América Latina y el Caribe, México, Venezuela, República Dominicana, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Perú, Colombia, Chile y Argentina. Se aprobaron dos acuerdos importantes: unir a todos los países allí representados en una Confederación como base del Movimiento Latinoamericano de Trabajadoras de Hogar y establecer el 30 de Marzo como día Internacional de las Trabajadoras del Hogar.
Esta Confederación surge con los objetivos hacer visible y pública la situación de discriminación, explotación y violación a los derechos humanos que sufren las trabajadoras o empleadas domésticas, crear conciencia a la trabajadora de la situación que vive, respaldar las reivindicaciones de las organizaciones de los diferentes países teniendo en cuenta la diversidad y especificidad social, cultural y económica de Latinoamérica y el Caribe.
En este proceso organizativo la Confederación recibe apoyo de otros grupos como el movimiento de Juventud Obrero Católica de Bélgica; en 1990 comenzaron las primeras relaciones con otras organizaciones, se realizaron estudios de investigación sobre la situación y las condiciones de trabajo de las mujeres en servicio doméstico en los distintos países.
Situación laboral
Las mujeres representan por lo menos el 20 por ciento de la fuerza de trabajo remunerado en Latinoamérica y el Caribe, según los censos y las encuestas de la fuerza laboral de los países de la región.
Según el Informe de 1982 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se indica que en la mayoría de los países, la proporción de mujeres en el servicio doméstico, varia entre una quinta parte y una tercera parte de la fuerza total laboral femenina dependiendo del país.
Este alto porcentaje se debe principalmente a dos razones: la idea falsa de que el trabajo doméstico es característico de la condición femenina, y la dificultad que enfrentan las mujeres para emplearse como asalariadas en los empleos formales de la economía.
Este trabajo, al igual que las mujeres que lo realizan, se vuelve invisible, aunque es la principal ocupación de las latinoamericanas. En gran parte esta invisibilidad parte de la idea tradicional de que es un trabajo “natural” de las mujeres y ellas lo asumen como tal y entonces socialmente no tienen un valor.
En la sociedad caribeña según la investigación de Patricia Mohammed “Trabajadoras domésticas en el Caribe”, muchas mujeres se ven obligadas a pedir trabajo en la única área para la cual han sido “entrenadas”: la del servicio doméstico.
En un punto convergente en todos los países es que este tipo de trabajadoras tiene edades que fluctúan de 18 y 25 años. Su necesidad de encontrar empleo y de retenerlo, las coloca a estas mujeres en posiciones muy vulnerables.
El maltrato, común en el trabajo doméstico, con frecuencia va más allá de los insultos y se convierte en abuso físico. Así también el acoso sexual es parte de las constantes denuncias que hacen las mujeres trabajadoras del servicio doméstico.
Las relaciones patrones-trabajadoras siguen estando permeadas por la inequidad, la humillación y la violencia
Fuentes: Cimac, Isis Internacional y otros servicios de información por Internet.
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