martes, 10 de julio de 2012

México en la encrucijada.



El domingo 1° de julio de 2012, México elige presidente para el periodo 2012-2018. Incluso cambia el Congreso de la Unión, 500 diputados (300 de mayoría relativa y 200 de representación proporcional), 64 senadores (32 de primera minoría y 32 de representación popular). Habrá también 15 elecciones locales y dos extraordinarias que llaman a comicios para siete Gobernadores, 15 congresos estatales y el 72 por ciento de los municipios. Cambian de gobernador los estados de Chiapas, Distrito Federal (jefe de gobierno), Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco y Yucatán.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), lavándose la cara mediáticamente y aceitando sus maniobras históricas, pretende arrasar comenzando con ganar la presidencia de la República, imponer su mayoría en el Congreso de la Unión y en los estados en contienda electoral. Juegan con el silogismo de marketing que para ganar simpatías diciendo que, “luego de perder dos periodos electorales consecutivos, han aprendido de sus errores y gobernarán mejor” que en cualquiera de las 8 décadas como maquinaria gobernante única. Su candidato, Enrique Peña Nieto, a la sombra de Carlos Salinas de Gortari, se cuece en un caldo de cultivo televisivo oligarca, del monopolio TELEVISA, que le vende una imagen hija de contratos suficientemente gordos como para esconderle su historial de corrupción, represión y arrogancia junior. El contubernio TELEVISA-Peña Nieto, es un escándalo, The Guardian publicó documentos de 2005 que dicen, contiene pruebas sobre la venta de operaciones multi-mediáticas para descalificar a Andrés Manuel López Obrador el principal oponente.
El PRI se creyó dueño absoluto de unas elecciones con un electorado aterrorizado, bañado en sangre por la delincuencia organizada y acostumbrado a un abstencionismo serial. El abstencionismo rondará, frecuentemente, el 40% del electorado. Sólo que en el escenario idílico del neoliberalismo prosperó MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional) liderado por López Obrador; prosperó la unidad de la izquierda y prosperó un movimiento de Jóvenes con MORENA más tarde engrosado por el que se llama #yo soy 132.
En el otro extremo del episodio electoral, un pueblo harto de corrupción y violencia, harto del saqueo y de la explotación inclementes, impulsa una salida del neoliberalismo con el programa de MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional) El pueblo repudia el discurso de los “jefes”, de la alianza, directa e indirecta, del PRI y el PAN. Son ellos quienes fabrican fraudes con sus aliados inversionistas multinacionales y sus lebreles funcionarios. Mafias, inclusos, que se adueñan del gobierno para vomitar odio y violencia ayudados de “fuerzas armadas” contra los pueblos… El PRI y el PAN, enemigos de la voluntad democrática del pueblo, masacraron, por ejemplo, al pueblo de Atenco; a los obreros de la industria minera; a los campesinos, a los estudiantes… Para los oligarcas de esa “Política” el pueblo es sólo una cifra que se mira tan linda en la tele, y en las películas, en los discursos encendidos con fuegos de demagogia.
México acude a un escenario crucial en el que por la vía de los votos se decidirá continuar con el modelo Neoliberal y avanzar hacia un proyecto económico, político, cultural… obediente a las necesidades y a las aspiraciones de los más castigados por el capitalismo. En México el pueblo lucha contra un imperialismo disfrazado de “nacionalismo” burgués mexicano que imita rituales más ambiguos del ceremonial populachero, la palabrería tradicionalista y el santoral capitalista para imponerlos contra el proletariado.
Sobre el escenario electoral veremos a la clase hegemónica disfrazada de “demócrata” pero amenazando siempre con fraudes como es histórico hasta el hartazgo. Es el Neoliberalismo con inspiración fascista y perfume de chequeras para borrar de la memoria de los funcionarios la pérdida de los territorios (más de la mitad del país)…el saqueo vía TLC. Es la confrontación electoral entre la claridad de mirada que el pueblo de México ha desarrollado contra los sordos y mudos intereses burgueses que hablan de “política” mientras cobran fortunas impunemente.
En México se enfrenta el modelo neoliberal, con sus planes para eternizarse, y la lucha que emerge consistentemente contra un viejo modo oligarca de hacer “Política” para unos cuantos, entreguista y prostibularia, que ha sido capaz de convertir la deuda privada de los empresarios en “deuda pública” impagable… entre retóricas “nacionalistas” esquizofrénicas de grandes “patriotas” yanquis envueltos en la bandera mexicana. Es la lucha del pueblo que se organiza con MORENA contra ese “Nacionalismo” burgués, neo-fascista, que gusta de producir focos de obsesión chovinista para agitar febrilmente la bandera nacional. El pueblo de México no resiste más y estas elecciones son una oportunidad de oro. Oportunidad para, por ejemplo, defender los recursos naturales y la mano de obra rematada a precios ridículos.
Esta vez encontrarán las elecciones la plaza llena, con las calles tomadas, con una movilización magnífica contra el fraude, serán éstas unas elecciones testigo de una lucha contra la traición burguesa televisada, contra el saqueo y contra la explotación… una lucha que es mundial. Será un clamor desde abajo contra el terrorismo burgués y sus armas de destrucción mass media.
Esta vez las elecciones serán expresión de la claridad ganada por el pueblo mexicano frente a sus enemigos añejos. Será la hora de comenzar a derrotar al TLC y a todas las amarguras que nos ha impuesto. Hay ahora en todo el país una movilización preparándose para su independencia verdadera, un México de raíces profundas, el que hace vivir su memoria de lucha a flor de piel, el que tanto odian los patrones y sus aliados, se trata de ese México que la “Historia Oficial” no registra, simplemente, porque lo ve como enemigo de clase. México Revolucionario acude a sus elecciones, vivito y coleando, en rumbo, ojalá muy pronto, hacia a el Socialismo. Para verlo hay que apagar la “tele” de los ricos.
T/ Fernando Buen Abad

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