MARÍA GONZÁLEZ REYES, MARTA GONZÁLEZ REYES Y
PALOMA PASTOR VÁZQUEZ
La crisis nos afecta a todos, pero toca con más fuerza a los sectores más desfavorecidos, y entre estos se encuentra la población migrante. Aunque cada
día pa seamos por las mismas calles, compartimos el viaje en autobús o convivimos en los colegios personas migrantes y autóctonas, lo cierto es que estas
relaciones están marcadas, en demasiadas ocasiones, por el desconocimiento
y la desconfianza basados en los estereotipos y mitos que se crean y sostienen
socialmente sobre la población migrante. Los centros educativos juegan un
papel fundamental a la hora de tejer redes entre distintos sectores sociales:
madres, padres, alumnos, profesoras, movimientos sociales, para lograr cambiar esta situación. En este artículo presentaremos una propuesta educativa
cuyo objetivo es tratar de romper algunos muros y aprender a construir ventanas en ellos.
Estamos en crisis, nos dicen los distintos medios de comunicación. La cosa
va mal, hay que apretarse el cinturón. Y el cinturón se aprieta y se aprieta
cada vez más, pero no sobre las barrigas resultado de la opulencia (que de
hecho son las que más precisarían de esta prenda) sino sobre las cinturas de
aquellos a los que en el reparto de los recursos les tocó la menor parte. «Para
nosotros eso de la crisis no es algo nuevo», cuenta Adama, inmigrante senegalés que vive en España sin papeles desde hace 3 años: «vivimos en crisis
desde hace años, cuando la pesca se acabó porque todos los peces se los
llevaban los grandes barcos».
Si bien este escenario no es nuevo en el panorama mundial, sí que supone una novedad en el contexto español. En un momento en el que el paro afecta a más del 20% de la población y en el sector juvenil alcanza casi el 40%, los
discursos racistas y xenófobos comienzan a replicarse y extenderse a lo largo
y ancho del territorio: «Los inmigrantes nos quitan el poco trabajo que hay»,
«se llevan todas las ayudas y a los españoles no nos queda nada», «yo no soy
racista pero lo cierto es que la mayoría son delincuentes», «aquí ya no cabe
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más gente». Y, aunque el sentido común dicta que la mejor manera de solucionar el problema sería quitar más a los que más tienen, parece que concentrar la rabia y la ira en el eslabón que tenemos inmediatamente por debajo es la tendencia que socialmente se está
poniendo en práctica. Y este sector está formado, en gran parte, por población migrante.
Hablar de crisis económica requiere, necesariamente, hablar de otras dos crisis más globales: la crisis social y la crisis ambiental. Vivimos en un planeta de recursos finitos que
explotamos de manera ilimitada, como si no se agotasen nunca y que, además, están repartidos de manera muy desigual a escala mundial. Suponiendo que tuviésemos sólo 100 manzanas para distribuir entre 100 habitantes, resultaría que solamente 20 personas (la mayoría hombres) se quedarían con 80. Esos 20 vivirían en el Norte económico y blindarían sus
fronteras a la entrada de personas (que no de recursos) procedentes del Sur.
1
Como cuenta Naomi Klein en su libro La doctrina del shock,
2
las reformas neoliberales
más salvajes se han producido siempre en momentos en los que la población estaba en
estado de shock, ya sea por una dictadura como la chilena o por un desastre natural como
el huracán Katrina en EE UU. Y parece que vamos por ese camino. «Que la crisis la paguen
los que la crearon», dicen algunas voces que en los últimos meses parecen cobrar más fuerza. Mientras, los de abajo van sufriendo cada día más los drásticos recortes sociales. Y
entre los desfavorecidos están los que pierden derechos que ni siquiera les fueron concedidos por ser considerados como ciudadanos de segunda: los migrantes.
Algunos mitos sobre las migraciones: Norte-Sur, ricos-pobres
Una serie de mitos que conducen a un análisis erróneo de los movimientos migratorios
empeora la situación de gran vulnerabilidad a la que está sometida la población migrante.
Veamos tres de ellos:
El primero se basa en la creencia de que «cada vez hay más migrantes internacionales». Si nos preguntásemos si durante los últimos 50 años ha subido o bajado la proporción
de los migrantes que viven en un país distinto al que nacieron, seguramente la mayoría responderíamos que ha aumentado. Sin embargo, durante seis décadas la proporción de
migrantes internacionales ha permanecido casi sin cambios: es aproximadamente el 3% de
la población mundial.
3
En el caso español, como consecuencia de la crisis, durante los primeros meses del 2011 se registraron más emigrantes que inmigrantes.
1
La denominación de países del Norte se refiere a los países del Norte económico o países centrales. Países del Sur se usa
en referencia a los países periféricos.
2
N. Klein, La doctrina del shock, Paidós, Barcelona, 2007.
3
PNUD. Informe sobre Desarrollo humano 2009. Superando barreras: Movilidad y desarrollo humanos, 2009.
PAPELES-116_PAPELES-94 13/01/12 10:45 Página 146El segundo mito consiste en pensar que «las migraciones se dan mayoritariamente de paí-
ses del Sur hacia países del Norte». Sin embargo, de los 190 millones de migrantes que hay
en la actualidad, el 60% son personas que se han movido entre países con niveles de de -
sarrollo similares; el 37% (1% de la población mundial) ha emigrado de un país del Sur a
uno del Norte y el 3% restante se ha movido en sentido contrario, del Norte al Sur.
4
Y el tercer mito se basa en la convicción de que «las personas que emigran lo hacen por
necesidad, por lo tanto son las más pobres de los países más pobres». Pero, cuando se
analiza la relación entre el nivel de renta de un país y su tasa de emigración, se observa que
los países más pobres tienen tasas de emigración muy bajas y que la emigración aumenta
con mayores niveles de renta hasta un punto después del cual vuelve a bajar. Este patrón
se repite cuando se analiza en relación a las personas: los más pobres y los más ricos emigran menos que los grupos intermedios. Por lo tanto, puede afirmarse que gran parte de la
población migrante está formada por personas jóvenes, emprendedoras y preparadas, lo
que denota que la experiencia migratoria es muy costosa en la mayoría de las ocasiones.
El patrón que define las migraciones es complejo y en él influyen muchos otros factores
además de los económicos. Con el desigual reparto de recursos que existe a nivel mundial
y la publicidad que se hace de las bondades del sistema económico capitalista, cabría preguntarse, no tanto por qué hay tanta migración sino por qué no hay muchísima más.
Situación de la migración en España: se cierran las fronteras
A menudo aparece en los medios de comunicación la cuestión de la inmigración en España:
cayucos que llegan a la costa con decenas de personas a bordo, inmigrantes que intentan
saltar la valla de Ceuta, preadolescentes que viajan colgados de los bajos de los camiones… Pero raras veces aparece un análisis que vaya un poco más allá de todo esto y muy
pocas veces se le da la palabra a los migrantes.
Aunque el viaje migratorio es complicado y largo –desde que salen de sus países de origen hasta que consiguen llegar a España pueden pasar hasta años–, no anuncia lo que la
mayoría de los migrantes encuentran cuando llegan: dificultades para conseguir los papeles, trabajos sumamente precarizados o imposibilidad para conseguir uno, restricciones de
movilidad, miedo a los controles policiales que pueden marcar el camino de regreso o el
ingreso en un CIE (Centro de Internamiento para Extranjeros). «La policía nos pide los papeles todo el rato» cuenta Daouda, inmigrante senegalés que forma parte de la Asociación de
Sin Papeles de Madrid, «son controles selectivos, por el color de la piel. No tener papeles
no es un delito, es una falta administrativa y no es legal que hagan esto».
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4
Ibidem.
PAPELES-116_PAPELES-94 13/01/12 10:45 Página 147Naciones Unidas estima que hay más de 190 millones de migrantes internacionales,
pero con el panorama actual de crisis socioambiental se prevé que esta cifra sea cada vez
mayor y que esté marcada por un nuevo tipo de migrantes: los que viajan por causas
ambientales.
5
Aunque, como veíamos, la cifra de migrantes no es muy superior a la de principios del
siglo pasado, lo que sí supone una novedad es el cierre de fronteras, que hace que las
corrientes migratorias se desvíen por rutas en las que cada vez se pone más en riesgo la
vida de los migrantes.
Sin embargo, este cierre no opera de la misma manera para todas las personas, haciendo de la frontera una herramienta de control selectivo de la movilidad. El principal condicionante va ligado a lo estrictamente laboral, seleccionando a las personas según su capacitación profesional. La reforma de la Ley de Extranjería de diciembre de 2009 da la máxima
preferencia a «la ordenación de los flujos migratorios laborales» e incluye una «tarjeta azul»
destinada a «profesionales altamente cualificados». Las personas que no cumplen estos
requisitos se topan con una Europa “fortaleza”, de la que los muros de Ceuta y Melilla son
un claro ejemplo. Según los datos publicados por el Ministerio del Interior en 2010 se repatriaron 30.163 personas.
6
A pesar de que el PNUD reconoce como un derecho humano universal el derecho a salir de un país, los países de acogida no tienen obligación de dejar
entrar a nadie y, por lo tanto, ¿cuál es el valor del derecho a salir de un país si al mismo
tiempo no hay derecho a entrar en otro?
Se trata, pues, de una Europa que impide el libre tránsito de personas de los países del
Sur, y que a su vez se encarga de exportar un modelo de globalización económica que se
basa en el “cuanto más mejor” y que genera una imagen distorsionada en el Sur sobre la
realidad del Norte: un modelo homogeneizador y depredador de los recursos naturales, causante de la grave crisis socioambiental en la que estamos inmersos.
Este modelo de globalización capitalista es cada vez menos permeable a la libre circulación de las personas, pero permite, cada vez más, el libre movimiento de los capitales. Las
aves migratorias, la madera, el petróleo, los ordenadores y el dinero tienen más derechos de
movilidad que los seres humanos. Así, el hecho de conseguir cruzar una frontera tiene más
que ver con el dinero que con cualquier otra cosa: en la práctica, los ricos y altamente cualificados se mueven por el mundo con mucha más facilidad que los pobres no cualificados.
En este escenario tiene gran importancia la deslocalización productiva: la cadena de producción, distribución y consumo atraviesa distintos países y continentes, y permite obtener
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Le Monde Diplomatique, Atlas de las migraciones. 2010, p. 80.
6 Ministerio del Interior, Lucha contra la inmigración ilegal. Balance 2010 [www.mir.es].
PAPELES-116_PAPELES-94 13/01/12 10:45 Página 148más beneficios a base de contratar mano de obra barata y obviar la regulación ambiental.
De este modo, las empresas trasnacionales migran hacia los países del Sur, lo que les permite seguir con la lógica de la acumulación propia del modelo económico de los países del
Norte. Y todo este modelo de producción y consumo globalizado tiene un efecto determinante en los flujos migratorios.
Así las cosas, las corrientes migratorias se han convertido en una preocupación importante para la Unión Europea y EE UU. En este sentido, España tiene una situación particular respecto a la inmigración debido a su ubicación geográfica, al desarrollo económico que
ha experimentado y a que tuvo muchas colonias en épocas anteriores. Todo ello hace que,
en términos relativos, sea uno de los países del mundo en los que más se ha incrementado la población inmigrante.
7
Y esta llegada de personas de otros países no está exenta de conflictos que, según
se analice, pueden verse como una oportunidad o como un riesgo. Como un riesgo, porque ante un panorama de crisis económica como la actual, es mucho más fácil que a los
discursos racistas y xenófobos se sumen más adeptos. Y es que los miedos acentúan
los prejuicios y mitos que generan rechazo ante lo desconocido, ante el extranjero. Un
panorama que viene acompañado de unas políticas gubernamentales que se basan en la
expulsión y no en la integración, como muestra la reforma de la Ley de extranjería y
la Directiva europea de Retorno, que suponen un retroceso en cuanto a los derechos
y libertades de las personas migrantes. Pero, a la vez, se trata también de una oportunidad, porque nos permite crear una sociedad menos homogénea y, por lo tanto, más diversa. La vida es un producto de la diversidad: al igual que ocurre en un monocultivo, en el
que una sencilla enfermedad puede acabar en poco tiempo con toda una cosecha, sin
diversidad cultural y humana estamos reduciendo el abanico de nuestros aprendizajes,
nuestra capacidad de adaptación a situaciones cambiantes y las posibilidades de reconstruir lo dañado.
Es importante poner en práctica proyectos
educativos que nos permitan comprender
nuestra realidad cotidiana y la de personas que
vienen de lejos para compartir con nosotros y
nosotras el mismo espacio
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CIP-Ecosocial/FUHEM, «Migraciones. Desafíos y preguntas», Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, n.º 104,
2008-2009.
PAPELES-116_PAPELES-94 13/01/12 10:45 Página 149Ante este panorama… no hay tiempo para el desánimo
Si bien parte del deterioro causado por este modelo económico depredador de recursos y
de personas ya es irrecuperable, aún existen muchas cosas que se pueden hacer. No es el
momento de la desesperanza, sino el tiempo de buscar maneras de construir los pilares
sobre los que se sustente una sociedad distinta. Mirar a esas otras culturas que todavía perviven en el Sur y que han vivido en más armonía con el planeta puede ayudarnos a encontrar algunas claves de cómo crear caminos hacia una sociedad más justa social y ecológicamente. Un buen comienzo sería repensar la supervivencia basándonos en los intercambios con la naturaleza y no en los intercambios monetarios.
La crisis no se va a resolver con más crecimiento económico: precisamente, lo que las
sociedades del Norte tenemos que comenzar a plantearnos es un cambio de paradigma, en el
cual el decrecimiento sea la línea conductora. Tenemos que recortar drásticamente el consumo
de recursos y la producción de residuos hasta acoplarlos a la capacidad de producción y reciclaje de la naturaleza. A la vez, tendríamos que decrecer en el gasto global de energía y materiales, en la producción y el consumo de materiales, en la velocidad de vida en las grandes ciudades, en las distancias que recorremos y hacemos recorrer a los productos que consumimos,
en la complejidad de nuestra tecnología, en las agrupaciones sociales (la democracia requiere
sociedades más pequeñas), en las horas de trabajos productivos (que no en las de cuidados).
Decrecer a la fuerza significa poner las bases para que unos pocos acaparen y controlen los recursos (si analizamos la situación internacional, parece que esta vía ya está en
marcha) y para que las relaciones de desigualdad entre distintas partes del globo se incrementen. Decrecer con criterios colectivos, por el contrario, implica una reconversión de la
economía global en una economía local, lenta, solar y de ciclos cerrados, que satisfaga las
necesidades humanas reales, no las creadas: decrecer significa tratar de avanzar hacia la
equidad con solidaridad.
Por eso, pensamos que ante este contexto de crisis socioecológica resulta fundamental
comenzar a tejer redes entre los movimientos sociales y las instituciones educativas, así
como empezar a promover otra mirada de la migración y de los migrantes que viven en
España. En esta línea, pensamos que una buena manera de hacerlo es crear espacios de
intercambio en los que se encuentren migrantes y autóctonos para charlar y mirarse más
allá de los estereotipos construidos socialmente, de modo que se puedan dar las condiciones para crear redes que nos permitan pensar, sentir y experimentar alternativas ante el
contexto de crisis actual.
Creemos que ya es hora de comenzar a dar voz a los sin voz, a los y las que llegan,
para escuchar todo lo que nos tienen que contar, para construir, a través de la palabra, un
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vínculo fuerte que nos dé las claves para trazar un camino firme hacia una sociedad intercultural. Una sociedad que tenga como principio la justicia social.
Aunque en la escuela enseñamos que todos somos iguales –las mujeres y los hombres,
los negros y los blancos– nuestra cotidianeidad nos demuestra que la realidad no funciona
así. De ahí la importancia de poner en práctica proyectos educativos que nos permitan disponer de más elementos para comprender nuestra realidad cotidiana y la de aquellas personas que vienen de lejos para compartir con nosotros y nosotras el mismo espacio. Para
conocer los muros que existen y nos impiden ver y disfrutar de todo lo que hay en el otro
lado y, sobre todo, para saber cómo construir ventanas en ellos.
Los centros educativos: una realidad cada vez más diversa
La diversidad no es un concepto nuevo, ya que convivimos en una misma ciudad personas
procedentes de diferentes zonas geográficas. Actualmente nos encontramos con un proceso de diversificación de la población, producida por la movilidad tanto de los extranjeros que
vienen como inmigrantes, como de la propia población española. En este contexto creemos
que la educación tiene un papel muy importante dentro del proceso de socialización y que
favorece el pluralismo y la cohesión social al adaptarse a la presencia de alumnos con ideas,
concepciones y planteamientos educativos muy distintos.
Aunque la realidad educativa española recoge cada vez más a alumnas y alumnos de
distintas nacionalidades, lo cierto es que nuestro sistema educativo, en la inmensa mayoría
de los casos, ofrece a estos alumnos parámetros culturales que no tienen mucho que ver
con sus referentes y asume la integración como un sinónimo de asimilación cultural, lo que
genera, en muchas ocasiones, desinterés e inadaptación.
La política educativa basada en dejar los centros públicos como reducto para la población migrante y la que tiene más posibilidades de exclusión social empeora esta situación.
Aunque la ley de admisión de alumnos es la misma para los centros concertados, lo cierto
es que depende, en muchos casos, de la voluntad del centro educativo el que los alumnos
llegados de otras tierras puedan acceder a estos colegios con los mismos derechos que el
Nuestro sistema educativo ofrece a estos alumnos
parámetros culturales que no tienen mucho que ver
con sus referentes y asume la integración como un sinónimo de
asimilación cultural, lo que genera desinterés e inadaptación
PAPELES-116_PAPELES-94 13/01/12 10:45 Página 151resto del alumnado. Y lejos de integrar lo que se consigue son actuaciones “de cara a la
galería” pero que no suponen un esfuerzo colectivo por lograr una verdadera integración.
Hoy en día, la educación debe enfocarse hacia la consecución de una sociedad pluricultural, en la cual toda la población se conciencia de la importancia que tiene el conocimiento de los demás, mediante el desarrollo de proyectos cuyo objetivo sea elaborar estrategias y actividades que permitan utilizar las diferencias como un recurso pedagógico.
En las escuelas, además de términos como convivencia, respeto, solidaridad, etc., debemos trabajar la interculturalidad reconociendo que la diversidad cultural puede aportar una
gran riqueza social a toda la comunidad educativa. De ahí la importancia de poner en práctica un proyecto que nos permita conocer nuestra realidad cotidiana y la de aquellas personas que vienen de lejos para compartir con nosotros el mismo espacio.
Los profesores como reproductores del modelo
Desde nuestro punto de vista ser profesor en el siglo XXI requiere de algo más que del conocimiento específico de una materia. Y más en los colegios de la Fundación Hogar del
Empleado. Nuestros Proyectos educativos, con sus particularidades propias del contexto,
tienen en común la formación integral de las alumnas y alumnos, trabajar su capacidad crí-
tica, la autonomía, y la sensibilidad hacia el entorno inmediato y más lejano. En definitiva, la
formación de ciudadanos y ciudadanas con una actitud de cooperación y sensibles hacia las
diversas miradas que ofrece el mundo de hoy.
Pero no hay que olvidar que muchas veces lo que se manifiesta en las clases es un reflejo de lo que los profesores y profesoras piensan: los adolescentes latinos están en bandas
y no les interesa aprender, los chinos no se integran, los marroquíes son conflictivos, los
rumanos aprenden muy rápido el idioma pero les cuesta mantener relaciones pacíficas con
los demás. Desmontar estereotipos es un trabajo importante.
La escuela tradicional occidental en la que participamos nos lleva, a veces por inercia y,
en muchos casos, por presión social, a trabajar desde la escuela de un modo cerrado –con
conocimientos formales decididos, parcelados y que excluyen muchas miradas y muchos
planteamientos. Esta escuela cerrada –real y metafóricamente hablando– convierte nuestro
trabajo en una simulación de la realidad que, pese a la mejor de las voluntades, deja fuera
una realidad repleta de conflictos sociales, ecológicos y personales.
El proyecto que presentamos significa una actitud firme de abrir ventanas a realidades
significativas y profundas de nuestro mundo. Significa ofrecer a nuestros alumnos y alumNº 116 2011/12, pp. 145-157
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nas otras voces que escuchar y otras visiones del mundo sobre las que reflexionar. Y todo
ello a partir de experiencias de personas que viven realidades diferentes a las nuestras. A
través de la experiencia joven de antiguos alumnos que pueden plantear sus visiones. A través de trabajos entre alumnos de diferentes etapas educativas. Y a través, en todos los
casos, del análisis riguroso, la reflexión, la cooperación y el deseo de aprender con el otro.
Pensamos que nos faltan espacios de reflexión y de formación sobre muchos de los
temas que entroncan directamente con estos principios, no sólo a nosotras, sino al equipo
de profesores y padres y madres, de ahí que algunas actividades que proponemos estén
abiertas al resto de la comunidad educativa. Creemos que la puesta en práctica de proyectos como este, que permite tener espacios de acción y reflexión, nos encamina a buscar
estrategias para aplicar en nuestra actividad docente estos principios. Se trata, en definitiva, de buscar maneras que nos faciliten alcanzar ese objetivo que marca nuestra práctica
cotidiana: las ganas de crear una sociedad más justa, solidaria y que viva en paz con el planeta.
Relaciones entre organizaciones sociales y escuela
Por otro lado, esta escuela cerrada al exterior no sólo afecta a la población migrante, nos
afecta a todos los que formamos parte del escenario educativo. La soledad del profesor en
el aula, un clásico de la literatura educativa, ya hace mucho tiempo que dejó de tener sentido, si es que alguna vez lo tuvo. En este momento es necesario hacer proyectos que engloben a otras entidades sociales que trabajen estos temas, como los colectivos en los que
migrantes y autóctonos desarrollan su labor conjuntamente para conseguir derechos para
todos y todas y una sociedad intercultural. La acción sinérgica es fundamental en la educación actual ya que todos somos sujetos ciudadanos por encima de todo, también en la
escuela, y es necesario unir fuerzas, tejer redes y colaborar para conseguir objetivos destinados a una ciudadanía fuerte, activa, comprometida y bien preparada para tomar decisiones individuales y colectivas.
Nuestra experiencia educativa
Durante el curso pasado, 2009-2010, desarrollamos en dos centros educativos de FUHEM
(Santa Cristina y Loyola) un proyecto, «Rompiendo muros, abriendo ventanas», acerca de
las migraciones. Dicho proyecto está integrado en nuestro Proyecto Educativo desde el que
entendemos que integrar la diversidad es favorecer la convivencia de realidades plurales,
de necesidades diferentes, que enriquezcan la dinámica del aula y del Centro, y supone sustituir la cultura del individualismo por la del trabajo compartido, al desarrollar actividades que
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generen autoestima, faciliten la inserción socioeducativa y contribuyan a la formación de
individuos responsables, críticos y solidarios.
A lo largo de este trabajo, analizamos con los alumnos y alumnas el fenómeno migratorio y la política de fronteras. Comenzamos analizando el pasado de emigración de la población española. Nos pusimos en el lugar de quienes se ven obligados a emigrar, para así
reflexionar acerca de las causas de las migraciones y conocer más acerca de los lugares de
origen de quienes ahora conviven en nuestra sociedad. Analizamos el tratamiento que se da
desde los medios de comunicación al fenómeno migratorio. Trabajamos acerca de los estereotipos y prejuicios construidos socialmente hacia las personas migrantes. Analizamos el
concepto de frontera como control selectivo de la movilidad de las personas, y reflexionamos acerca de las fronteras tanto externas como internas que existen en nuestro entorno,
para conocer los obstáculos que encuentran las personas migrantes desde que salen de su
país hasta que llegan a España, así como los derechos humanos que se vulneran a lo largo
de ese viaje y en su vida en nuestro país por su condición de personas en situación irregular. Y por último, buscamos alternativas de lucha para la defensa de los derechos humanos
y reflexionamos acerca de la necesidad de una convivencia basada en el mestizaje, la tolerancia y el apoyo mutuo.
Metodología
La simple transferencia de información no produce aprendizaje y este surge (cuando surge)
como resultado de un complejo proceso en el que intervienen las capacidades de los alumnos y alumnas condicionadas en su desarrollo por elementos culturales, psicológicos y
sociales del entorno. Además, entendemos que el aprendizaje de cualquier ser humano es
un proceso permanentemente inacabado, por lo que resulta más eficaz desarrollar actitudes, capacidades y herramientas para que el sujeto sea capaz de mantener él mismo y
durante toda su vida ese proceso de crecimiento personal (aprender), y no sólo reproducir
información, sin sentido crítico, que le han dado otros.
La importancia del trabajo interdisciplinar
La mayor parte de las actividades educativas que se realizan en la mayoría de los colegios
tienden a parcelar la realidad, lo que dificulta el desarrollo de un conocimiento integrado. En
muchas ocasiones dejamos a la intuición y a las posibilidades espontáneas de los alumnos
la más difícil de las operaciones del aprendizaje: la de articular los conocimientos que reciben por separado, integrarlos, relacionar áreas, poner en juego diferentes disciplinas para
la comprensión de diferentes fenómenos…; todo ello requiere unas destrezas y un esfuerPAPELES-116_PAPELES-94 13/01/12 10:45 Página 154zo que habrían de ser explícitamente cuidados y apoyados desde los equipos docentes.
Una visión rigurosa del medio ambiente y sus conflictos asociados no podrá alcanzarse sin
una metodología distinta a la que usamos habitualmente. Por ello, integrar equipos multidisciplinares permite plantear el trabajo más sobre problemas o centros de interés ambientales, que sobre disciplinas aisladas.
Además, la aportación de diferentes perspectivas de análisis adquiere su verdadero sentido cuando todos los enfoques interaccionan, cuando están articulados, cuando la comprensión del tema se produce en el campo en que estas visiones se entrecruzan. Ahí es
cuando adquiere su verdadero valor y se convierte en aprendizaje vital.
Principios metodológicos
«Los muros son el límite de nuestros sueños»
(Yonatan, 2º de ESO, Colegio Santa Cristina, FUHEM)
Partiendo del principio de que el medio es el mensaje, la metodología que planteamos tiene
como objetivos: ser motivadora, participativa, activa, globalizadota, crítica, lúdica, afectiva,
con armonía entre razón y emoción, analítica, intuitiva e imaginativa.
Como ya hemos comentado, pusimos en marcha este proyecto en dos colegios de la
Fundación Hogar del Empleado. En el Centro Loyola, el proyecto se realiza con chicos y chicas que están cursando Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI). Se trata de
un alumnado que ha tenido dificultades para cursar de modo ordinario la Educación
Secundaria Obligatoria (ESO) y que ha salido del circuito escolar ordinario para seguir su
formación en este nuevo ámbito semiprofesional. En el Centro Santa Cristina, los alumnos
y alumnas participantes son de 2º de ESO, principalmente, aunque varias actividades se
plantean para otros cursos de ESO y Bachillerato. También se realiza con un curso de
Educación Primaria (3º de EP).
Ya desde el inicio intuimos que desarrollar este proyecto con alumnos tan diferentes y
contextos tan diversos sería enormemente enriquecedor, como así fue.
El proyecto se desarrolló durante seis meses y de forma paralela en los dos colegios,
aunque no igual. El centro Loyola, al ser un centro más pequeño y con un equipo educativo muy cohesionado e implicado en su actividad educativa, lo incorporó de forma permanente a su actividad cotidiana: en el área de formación básica, en los talleres profesionales,
en las tutorías y como actividades especiales en las que participa todo el centro al mismo
tiempo. En Santa Cristina el proyecto se realiza utilizando de forma permanente una de las
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PAPELES-116_PAPELES-94 13/01/12 10:45 Página 155dos horas de tutoría adscritas a los dos grupos de 2º de ESO, más otros tiempos tomados
de horas lectivas ordinarias. Aunque de manera diferente, en ambos se sigue el mismo proceso de trabajo en nuestro objetivo común de abrir ventanas al mundo.
Actividades
Dentro de cada uno de los bloques de contenidos («Recordar para convivir», «La imagen
del otro», «Paradojas y consecuencias del régimen de fronteras. Los muros reales y los
irrea les», y «¿Qué podemos hacer?») se programaron actividades de desarrollo en las
aulas
En torno a estos bloques de contenidos desarrollamos más de cuarenta actividades para
realizar con los grupos de alumnos y alumnas. Uno de los elementos más constructivos del
proyecto ha sido descubrir cómo los propios grupos lideran una dinámica de trabajo, y cómo
cada grupo de alumnos lleva el proyecto por caminos diferentes: incidiendo en algún bloque
de contenidos más que en otro, manifestando diversos intereses en relación a lo que planteamos las dinamizadoras o proponiendo nuevas vías de trabajo.
Como sería imposible exponer las actividades realizadas en un artículo de estas características, os remitimos a la página web del colegio Santa Cristina (http://www.fuhem.es/cipecosocial/Default.aspx?v=437) donde se encuentra el proyecto completo, que incluye el
desglose detallado y secuenciado de actividades.
Evaluación y consideraciones finales
La evaluación permite siempre ver si se han producido desviaciones en la consecución de
los objetivos, si las actividades están bien diseñadas o si responden a las expectativas y
necesidades de los protagonistas. Por tanto, es un aspecto fundamental de todo proyecto,
y también de este.
Realizamos evaluaciones después de cada actividad y también al final del proceso.
Como dato anecdótico, aunque no por ello menos relevante, algunas de las evaluaciones
de los alumnos del Centro Loyola se transformaron en canciones de ritmo hiphopero y, en
el caso del Centro Santa Cristina, en un colorido muro, pintado en el patio del colegio, con
una ventana abierta al exterior y con consignas que los propios alumnos seleccionaron.
La experiencia de desarrollo y puesta en marcha de este proyecto ha sido fascinante
tanto por los resultados obtenidos como por el proceso en sí, por la profundidad de análisis
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PAPELES-116_PAPELES-94 13/01/12 10:45 Página 156que han desarrollado los alumnos y alumnas acerca de un tema tan complejo como las
migraciones y por la capacidad de empatía que han manifestado. Un proceso de aprendizaje y reflexión que se ha desarrollado en el alumnado, pero también, y de forma paralela,
en el equipo de docentes y que nos ha permitido ampliar nuestra mirada, aprender a ver en
otros ojos y no olvidarnos de que debemos mantenerlos siempre bien abiertos.
Por último, desearíamos transmitir a través de este artículo que los proyectos como este
no finalizan al terminar el curso escolar. Las experiencias vividas, las discusiones, la presencia de personas ajenas al rutinario mundo escolar –como fue la presencia en los colegios de Daouda, un inmigrante senegalés que vino a contar al alumnado su experiencia, su
viaje migratorio, y que tuvo una acogida impresionante por parte de los chicos y chicas–
constituyen aprendizajes significativos y que se incorporan a las maletas personales de
cada una de nosotras y nosotros.
«Un centro sin fronteras sería aquel en el que podría estar cualquier tipo de persona sin importarle la raza, el color o de dónde sea. Tendríamos todas las costumbres. Un centro sin fronteras
sería como el Loyola.»
(Violeta, alumna de Restaurante y Bar de PCPI).
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