lunes, 5 de enero de 2009

MI AMIGO, MI HERMANO, CHAVEZ!.

Ilbania García

De ti, hermano han escrito mucho, de ti, mi amigo, han dicho muchas cosas, desde tu infancia hasta tu madurez, hemos conocido diferentes relatos y versiones, unas más, unas menos, unas que se acercan a lo cierto, otras que van cargadas de veneno, pero lo que no han podido discernir, desde tu profundidad, es que eres tú o representas esa fuerza espiritual y galopante que venía in crescendo desde muchas décadas atrás, que fue sometida por un determinado tiempo, por grupos de truhanes que perteneciendo a una raza para ellos superior, por su apellido, su dinero, su posición, impusieron su modus vivendi, degenerando la conciencia de la nación, sus sentimientos y acrecentando sus necesidades como comunidad, como seres humanos. Fuerza espiritual que arrastra a muchos que desean que TODO sea de muchos y no de pocos, que consideran a todos humanos e iguales, que se entristecen al ver como nuestro pueblo vive en ranchos de lata y pisos de tierra, que escuchan la ignorancia enterrada en la mente de nuestra gente, que han tocado la frustración al ver sus sueños y aspiraciones pisoteadas sin un aliento de esperanza, que han palpado el dolor que se siente en las entrañas cuando un bocado de comida no aparece para alimentarlos y cuando cargamos en nuestros hombros los ataúdes de los miles de niños que han muerto de miseria ante la mirada incólume de estos adultos, y todo esto sin necesidad, pues las herramientas indispensables para crecer y crecer y llegar al éxito como País, Dios y la providencia no las puso en nuestra tierra, con el único pedido de que fuera para todos.
Si hermano, tu saboreaste todo esto, con una única diferencia, tu progreso espiritual, el cual ha permitido que se incruste en tu alma y en tu juicio la mayor sabiduría, la del hombre, que nos dejó Dios como legajo y que el mismo hombre ha destruido con sus aspiraciones materiales de ser mejor, pero mejor para él y no para todos, mejor para su enriquecimiento y no la dotación de la mayoría, mejor en la obtención de su poder y someter y no de enseñar al individuo a ser libre y consciente; tu éxito y tu fracaso es de todos, de todos los que confiamos en la esencia del ser y la prioridad absoluta de su existencia, y como tú dices, la conciencia lo hace a uno libre, hasta en las mayores dificultades.

16/Enero/1999.
chavezparasiempre@gmail.com

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