Publicado: 30/09/2024 05:34 PM
Tal y como lo explicamos en el artículo anterior, con respecto a la emergente aristocracia financiera y tecnológica que viene dando pasos certeros en Latinoamérica, la vinculación de los neofascistas regionales con éstos personajes, no es nueva: desde julio de 2019, Elon Musk y Jair Bolsonaro comenzaron sus vínculos luego de una visita del magnate a Brasil, mientras el presidente argentino Milei realiza visitas mensuales a EEUU con una nutrida agenda de acuerdos con empresarios tecnológicos.
De acuerdo a las órdenes emanadas por la Agencia Internacional de Inteligencia (CIA), en Venezuela, con el apoyo explícito de Musk, que opera como un actor central, se desplegó una artillería de desinformación y noticias falsas en las redes sociales, junto con los “Comanditos” de María Corina Machado que activaron focos de violencia, como parte de la estrategia de desconocer resultados del proceso electoral ocurrido el 28J.
Musk, desde su cuenta personal, en línea con la oposición radical venezolana, desconoció la autoridad del Consejo Nacional Electoral (CNE), promulgó la victoria del candidato impuesto por Machado, difundió la página web de conteo paralelo, instigó la violencia contra el presidente Nicolás Maduro, llamó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a sublevarse, compartió un pedido de captura de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra el mandatario y el ofrecimiento de una recompensa millonaria por información que sirviera para apresarlo.
¿Qué busca Musk en Venezuela?
Nada es casual, en el caso venezolano la importancia radica en que tiene claro que el país posee una enorme reserva de litio y de coltán, el denominado “oro azul”, demandado por las industrias tecnológicas para la fabricación de chips, baterías, teléfonos inteligentes, computadoras y demás dispositivos electrónicos.
También es la sexta reserva de gas natural mundial, la décima en diamantes, la mayor reserva de oro en todo el continente americano, además posee grandes reservas de agua, biodiversidad, así como hierro y otros recursos minerales. La posesión de los recursos naturales explica la razón por la que el imperio estadounidense coordina una desestabilización en el país.
Ahora, el arma más letal para apoderarse de dichos recursos es la manipulación de las mentes como blanco de guerra, esta estrategia ha pasado a ser un elemento decisivo que se complementa con golpes de Estado en los que participan fuerzas irregulares, sumando la manipulación de mecanismos judiciales, constitucionales y electorales.
Actualmente, los gobiernos autoritarios han comprendido que controlar la narrativa en internet es clave para consolidar su poder. Plataformas como WhatsApp, X, Tik Tok y Facebook son utilizadas para la manipulación masiva de la opinión pública. Llamó la atención que el presidente Nicolás Maduro públicamente se retirara de WhatsApp como forma de identificar y denunciar su poder y su injerencia; al conocerse que esa plataforma, al mejor estilo nazi, liberó el número telefónico de miles de militantes chavistas. La acción soberana, recalcó la necesidad de evidenciar la influencia que tiene la comunicación digital y la resistencia contra la dominación extranjera.
La guerra cognitiva, la ciberguerra y la utilización de los nuevos medios de elaboración de sentido común que son las redes sociales, se han puesto al servicio de los llamados golpes blandos o institucionales, y un ejemplo de ello fueron las guarimbas dirigidas por la oposición venezolana en las que éstas funcionaron como herramientas de organización, a través de cuentas como Anonymous Venezuela desde donde enviaban las coordenadas para que los manifestantes generaran caos y violencia.
En la investigación realizada por los expertos Paula Giménez y Matías Caciabue llamada “Neofascismos en la región: el territorio virtual como ámbito de construcción de poder” se explica que "todo se articula en los conocidos entramados de la ultraderecha en la región, que incluye empresas trasnacionales, Think Tanks, fundaciones, mandatarios y exmandatarios, ONG, medios de comunicación, redes sociales y cárteles del narcotráfico, todos estos direccionados por la CIA".
El ataque psicológico permanente a través de una campaña comunicacional global liderada por Elon Musk sumado al protagonismo del bloque regional de gobiernos neofascistas como el de Argentina, Paraguay, Ecuador, Perú, Panamá, Uruguay, Chile, Costa Rica y Guatemala, dispuestos a intervenir junto con Luis Almagro y la OEA, dan cuenta del funcionamiento de una Internacional Fascista, ya no ocupada por desplegar tanques y ejércitos regulares, sino apuntando directamente a destruir la capacidad humana de discernir críticamente entre lo que acontece en la realidad y lo que los grandes centros de reproducción ideológica relatan.
AMELYREN BASABE/REDACCIÓN MAZO
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