martes, 22 de octubre de 2024

Política económica y tipo de cambio

 ELIO CÓRDOVA

El pensamiento dominante promueve el estudio de la ciencia económica estableciendo una segmentación entre lo social, económico y lo político. Despolitizar la economía mediante un análisis economicista sobre la base de supuestos y modelos matemáticos ha sido, y aún continúa siendo, el accionar durante décadas en este campo del saber.

En razón de ello, la gran mayoría de los análisis en la materia dejan por fuera el contexto donde se gesta el hecho económico objeto de estudio. ¿Cómo podemos reducir el diferencial cambiario de la actual coyuntura económica en Venezuela a un problema de oferta y demanda?

Según datos del Banco Central de Venezuela, la actividad económica registra trece trimestres de crecimiento. Es lógico que, en un proceso de expansión y crecimiento, los requerimientos de la economía nacional aumenten. Lo que se traduce en una mayor demanda de divisas por parte de los agentes económicos, privados y públicos, para poder llevar a cabo el acto productivo.

Reducir el análisis hasta este punto es una verdad a medias. La incertidumbre política incide directamente sobre el tipo de cambio presionándolo hacia el alza. Indudablemente, algunos factores de poder exacerban premeditadamente las contradicciones inherentes en torno al tipo de cambio con el fin de crear una crisis económica y social. A este punto, las instituciones competentes juegan un papel de medular importancia para contrarrestar este tipo de manipulaciones en una economía.

No menos importante el especial recordatorio conforme a la principal fuente para generar ingresos en divisas significativamente limitada por las medidas coercitivas unilaterales —al igual que toda la economía—, hecho que se traduce en una ralentización con serias repercusiones en las variables macroeconómicas, entre ellas las reservas internacionales, lo que impide que el BCV pueda atacar de forma más contundente la especulación cambiaria como lo podría hacer cualquier economía que no esté bajo los efectos de esta política de agresión.

¿Qué hacer en defensa de los equilibrios alcanzados? Ajustarnos a cada etapa del proceso. Una política económica flexible y dinámica que permanentemente debe reinventarse, ajustada al contexto para dar respuesta a los desafíos de cada coyuntura sin perder de vista al ser humano en la formulación de los equilibrios necesarios para recuperar la economía.


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