*JUAN MARTORANO
El pasado
viernes 18 de octubre, mi buen amigo y hermano de luchas y caminos, Luis Salazar, luego de la lectura
de una de mis columnas, me formuló una invitación que se le hizo a su vez a
otro gran mentor comunicacional y excelente periodista, ser humano,
revolucionario y después comprobé buen bolerista, Diógenes Carrillo, para ir a
visitar el municipio Acevedo en el estado bolivariano de Miranda, a una feria
de emprendedores que allí había.
Inicialmente
pensaba y así era la invitación, que visitaríamos la famosa localidad de
Capaya, donde sus habitantes dicen que fue donde realmente nació Simón Bolívar.
No solo lo creen los que allí habitan, no solo lo creyó nuestro inolvidable
Comandante Chávez, sino que también lo creo yo. Pero sobre este punto
volveremos un poco más adelante.
Ya para el martes 22 de
octubre se confirma el viaje para el jueves 24 de octubre a las 7:30 am, con
toda la logística provista por el ciudadano alcalde José Oliveros. Pero el
viaje no sería a Capaya sino a su pueblo primo, Panaquire. Y como el transporte
que nos trasladaría a esa localidad pasaría muy cerca del sitio donde resido
actualmente, inmediatamente y sin dudar procedí a confirmar mi presencia en dicho
viaje y aceptar la maravillosa invitación de Luis y Diógenes.
En el día de ayer pensaba
sobre un posible tema y esta edición de esta columna debió haber salido ayer. Solo
que los vericuetos del destino tenían previsto otra cosa, y por eso la edición
250 sale hoy y con este tema, porque así debía ser.
Entonces nos trasladamos unas 25
personas e iniciamos nuestro viaje. Una de las
cosas que realicé, siguiendo el ejemplo de Hugo Chávez y ahora de Nicolás
Maduro es indagar algunos datos sobre la localidad a la que visitaríamos, y que está a una hora y media de Caracas, la
capital. Lo extraordinario del viaje empezó en Guarenas cuando buscamos al
Director de Prensa de la Alcaldía de Acevedo, Héctor Delgado, y él como buen
barloventeño orgulloso de su gentilicio, hizo las veces de guía turístico y a
explicarnos toda la vía y la ruta del cacao, nos habló incluso de la diplomacia
del cacao, además de recordarnos que en Panaquire fue el asiento del primer
movimiento independentista liderado por el Capitán Juan Francisco De León en
1749.
Lo primero que nos explico Delgado fue que el
municipio Acevedo es el más extenso territorialmente del estado bolivariano de
Miranda con una superficie de 1.879 kilómetros cuadrados. Que posee el parque nacional Guatopo que colinda con el estado Guárico
al sur y con el parque nacional Waraira Repano, al norte. Tiene una población
de 87.731 habitantes y su capital es Caucagua.
Como para llegar a Panaquire hay que
atravesar la troncal 9 que une a la capital con el oriente del país. Al
comienzo de la exposición de Héctor, no me ubicaba, pero al atravesar un
inmenso galpón verde que en los viajes que hacía años atrás frecuentemente
hacia Guayana, no le había prestado mucha atención. Pero luego Héctor nos
informa que ese galpón es la sede de la Pepsi Cola donde se envasan desde los
refrescos, jugos Yukery, valga la cuña, alimentos, pero con la inmensa
contradicción de que los que menos trabajan allí son los habitantes de
Barlovento. Ya allí el viaje comienza a ser y a que los que allí íbamos conociéramos
y pudiéramos constatar experiencias de resistencia cultural y de situaciones de
esa región de ese querido estado.
Les confieso que
le comenté al enterarme de eso, a mi colega Oneida Acevedo con la que venía
conversando, que en mis próximas vacaciones en las que espero poder ir a mi
amada Guayana, irme vía terrestre porque ya no veré de manera igual mí
transitar por esa vía. Además de que allí está un símbolo de la lucha cultural
de nuestro país no solo por ese galpón de la Pepsi Cola, sino por los repiques
de tambores, los cumbes, la resistencia cultural, y la fuerza del Padre de la
Patria Grande, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte
Palacios Blanco.
Me impactó pasar
por la planta de producción de la empresa socialista Cacao Oderí, aun
operativa, porque nuestro inolvidable comandante Chávez estuvo varias veces en
ese municipio, y como una de las demandas de los pobladores era el darle el
valor agregado al cacao, Chávez en el año 2006 como parte de sus legados dejó
esa planta.
Un poco antes de
llegar al pueblo de Panaquire y de ver esa planta, nos detuvimos en una casa de
uno de los cultores de ese pueblo, artesano, trabajador de madera y cuero, y en
su morada lo vimos con cantidad de tambores, maracas, que muchos de los que
allí íbamos las vimos, algunos compraron, grabamos algunos videos que esperamos
subirlos a algunas plataformas tecnológicas para registrar ese hermoso momento.
Otro dato de los
tantos que nos suministró el compañero Héctor Delgado fue el referido al tema
de la seguridad. Acevedo era uno de los municipios más inseguros del estado
bolivariano de Miranda. En esas montañas hubo fuerte presencia paramilitar
durante la gestión de Henrique Capriles Radonski como gobernador de la referida
entidad federal. Muchos de los pobladores de esa zona bastante que denunciaron
familiares secuetrados y ejecutados por esas fuerzas mercenarias. Pero ahí cabe
destacar el esfuerzo realizado cuando la Revolución recupera en el año 2017 la
gobernación de Miranda de la mano de Héctor Rodríguez, y en el caso de la
localidad que visitamos ayer, Panaquire, del alcalde José Oliveros, un hombre
proveniente de fuerzas policiales y que por un fuerte trabajo realizado allí
desde 2021, se ha recuperado la seguridad en esa zona.
Ya al llegar al
pueblo de Panaquire, en lo personal el calor del mismo no me pegó mucho por mis
estadías en mi querida Guayana. De hecho, el calor barloventeño es tolerable
para mí porque o por lo menos ayer, no lo sentí como el “calor húmedo” de
Guayana, donde sientes el cuerpo empegostado. Pero aquí es donde empieza lo
verdaderamente extraordinario de este viaje de instrucción si así lo podemos
catalogar, porque Panaquire hace honor a su nombre.
Panaquire es un
vocablo indígena compuesto. “Pana”, como conocemos en Venezuela, significa
amigo, y “quire” significa hombre, por lo que el nombre del pueblo es nuestro
idioma sería “hombre amigo”.
Me faltó expresar
que dentro de las 25 personas que fuimos a este viaje fue un equipo reporteril
de Venezolana de Televisión que grabó imágenes de las haciendas cacaoteras y de
varios lugares en Panaquire que saldrán próximamente.
Con el pretexto
del programa “El ADN en la Noticia” que hicimos Diógenes Carrillo, Luis
Salazar, Roberto Garcés, Daniel Retamal, la poetisa Shirley Rincón, el cantor
del pueblo Edgar Parra, este servidor y otros tantos que de momento se me
escapan sus nombres, al inicio del programa intervino el profesor Alejandro
Espinoza, habitante del pueblo quien nos dio una cátedra de historia del pueblo.
Uno de los datos
que desconocía era que el capitán Juan Francisco De León, líder de la primera
rebelión contra la primera transnacional que hubo en nuestro país como la Compañía
Guipuzcoana, murió al igual que nuestro Francisco de Miranda, en la prisión de
La Carraca en España.
También
escuchamos del profesor Espinoza lo del nacimiento de Simón Bolívar en Capaya. Porque
es importante que entendamos que al referirse la historia del nacimiento de
Bolívar en Caracas, no debemos entenderla como la que conocemos hoy en día. La
provincia de Caracas iba mucho más allá de lo que hoy es el municipio
bolivariano Libertador, abarcando territorios de Chacao, El Hatillo, Sucre,
Baruta, lo que hoy es Miranda, incluso territorios de Aragua, Carabobo,
Cojedes, Yaracuy y hasta Guárico. Es algo similar con la provincia de Guayana
conformada por los territorios de los estados Bolívar, Amazonas, Delta Amacuro
y el ahora estado Guayana Esequiba.
El municipio
Acevedo como integrante de la subregión de Barlovento viven muchos
afrodescendientes. Cuando llegué a Panaquire inmediatamente se me vino a la
mente ese tema inmortalizado en la voz de Ismael Rivera “Las Caras Lindas de mi
gente negra”. Además de lo lindas de las mujeres del pueblo por esa condición,
las atenciones de los emprendedores y emprendedoras de allí fueron
extraordinarias.
También además del
repique de los tambores pese al calor, y de los quitiplás, si algo lamento del
viaje fue no llevar una libreta y un lápiz porque lo que recibí de los
habitantes de Panaquire fue una cátedra, una clase de historia, de cultura, de
economía comunal, de muchas cosas. Por ejemplo cuando Héctor Delgado nos mencionó
más no explicó lo de la diplomacia del Cacao, y cuando hablamos de la
oligarquía venezolana el apodo de “grandes cacaos” no es gratuito tiene que ver
no solo por la variedad, por la genética, sino que el cacao tiene unas
propiedades y de ahí los intereses y el potencial económico.
Por ejemplo una
mujer que creo respondía al nombre de Edith, explicaba que el Cacao tiene
propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, reduce el colesterol malo, puede
prevenir el deterioro cognitivo, ayuda a dormir, relaja y activa el
neurotransmisor de la serotonina (me consta), mejora la recuperación producto
del ejercicio físico que realizamos y favorece la salud del corazón. Es decir,
nuestro cacao no solo es un alimento sabroso y con tantas propiedades (apenas
mencionamos algunas) tiene tantas potencialidades y propiedades que por eso es
uno de los más codiciados del planeta.
Bueno y ni hablar
de las experiencias de resistencia que he mencionado en este escrito como las
del Capitán Juan Francisco de León, experiencias de cumbes como las de Mango de
Ocoita y de Guillermo Ribas, negro cimarrón que fue esclavo de Marcos Ribas,
padre de José Félix Ribas, héroe de nuestra independencia y tío político de
Simón Bolívar. Guillermo Ribas fue el creador del Cumbe Mango de Ocoita y por
no ajustarse a los caprichos del conquistador español se rebela en 1768. Este
cimarrón sufrió una difamación al catalogársele como bandolero, violador de
mujeres, y todo lo que hoy en día se hace a través de las redes sociales o
plataformas tecnológicas.
El 10 de
noviembre de 1771, Guillermo Ribas es finalmente capturado y posteriormente
decapitado y le cortaron una mano. Tanto su cabeza como la mano fueron colgadas
en la entrada del pueblo de Panaquire para que sirviera de escarmiento a los
negros con intenciones libertarias. No obstante lo que logró el colonizador
español con una acción como ésta fue aumentar el cimarronaje en Barlovento.
Luego del
almuerzo, consistente en un arroz con pollo muy sabroso, además de tomar el
café producido en esas tierras mágicas, fuimos al río “Panaquirito”. Soy más de
hombre de mar y hasta de piscina que de rio, tal vez por no superar un trauma
de mi niñez donde por una travesura de mis hermanos menores en el río Amana, en
el estado Monagas, caí en un remolino que me haló y casi me ahogo. Sin embargo
ayer en “Panaquirito” me quité los zapatos, me recogí los ruedos de mis
pantalones y me mojé los pies e hice contacto directo con la naturaleza junto a
algunos de mis compañeros y algunas de mis compañeras de este viaje y conversábamos.
Les confieso que por un instante casi me dieron ganas de quitarme la ropa y
echarme el chapuzón en ese río que parecía más bien riachuelo, pero que el agua
estaba calma y no muy fría, porque así me lo expresaron mis pies. Será para la próxima
oportunidad que vuelva a ese pueblo.
Pero la idea de
hacer este relato y reflexiones de este viaje que me cargó de muchas energías que
se siente en esos poblados es la siguiente. Panaquire es un pueblo pequeño de
apenas 6.289 habitantes, pero además de lo linda y amigable de su gente, de su
cultura, de su gastronomía, es a mi juicio un epicentro del pensamiento y una
experiencia decolonial que debe ser más conocida por nosotros y nosotras.
Porque no estoy
renunciando a los marcos teóricos y definiciones conceptuales de la
descolonización que debemos hacer. Todo lo contrario, busco promoverla, pero
tal vez como además de escribir las experiencias fundamentales que uno va
teniendo es con gente humilde es muy importante que en nuestra comunicación,
tal y como lo hizo el inolvidable comandante Hugo Chávez, manejemos los códigos
populares para hacer esto comprensible a nuestra gente y que ellos no vean que la
decolonialidad del poder es algo alejado y ajeno a ellos y a ellas.
Señalé al inicio
de la edición de esta columna que debió haber salido ayer y tal vez con el
análisis sobre “el no ingreso” o veto por parte de Brasil a Venezuela como
miembro pleno a los Brics (de eso nos referiremos en la próxima edición de esta
columna, Dios Mediante). Pero por lo maravilloso y sentido del viaje a Panaquire
y por todo lo compartido tanto con mis compañeros y compañeras como a la gente
de Panaquire, donde un pedazo de mi corazón se quedó allá con la esperanza de
volver pronto. Más allá de los fríos análisis cargados de datos que muchas
veces no se comprenden, no es malo de cuando en cuando liberar los sentimientos
y nuestra subjetividad, porque antes que profesionales o militantes de una
causa, somos seres humanos. Y en Revolución y en Socialismo el alfa y el omega son
los seres humano, hombre o mujer, en su género masculino o femenino. Y nos
quedan a algunos y a algunas incluso ganas de visitar Capaya y una vez que el
alcalde Oliveros que anda en esa tarea, recupere la casa donde dicen los
habitantes de ese pueblo fue donde realmente nació Simón Bolívar, pues tener
ese honor de poderla visitar, palpar la huella del Padre de la Patria Grande y
cargarnos de su fuerza y energía.
Cuando escuchando
los tambores culo e puya de Barlovento que me recuerdan también al bumbac de El
Callao de mi amada Guayana, me cargo de la energía de los cumbes, de esa gente,
de esa experiencia de resistencia que aún persiste en nuestros tiempos y que
pese a todos los obstáculos y dificultades que podamos afrontar. ¡Nosotros y nosotras
Venceremos!.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
*Abogado,
Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de
Tuiteros y Tuiteras Socialistas (RENTSOC). jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com, juan.martorano@yandex.com. Cuenta tuiter e instagram:
@juanmartorano, cuenta en Facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram:
El Canal de Martorano
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