*JUAN MARTORANO
Desde mi retorno a Caracas, he tomado la costumbre de subir el Waraira Repano. Estoy como ese ejemplo del “Ché”, quien por testimonio de Fidel, decía que Guevara siendo asmático, siempre trataba de subir el volcán Popocatepélt. No lo lograba por su condición de asmático, pero lo intentaba y cada vez llegaba más y más alto.
En mi caso no soy asmático pero si acrofóbico desde pequeño, y la subida por Sabas Nieves, por lo menos hasta el puesto de guardaparques II a 1.300 metros tiene partes bien empinadas y exigentes que un 16 de noviembre en la tarde logré llegar en mi primer intento hasta el descanso 4. Obviamente la imponente vista de Caracas a esa altura y mis condiciones físicas no me permitieron llegar más arriba. Pero ahora voy en un proceso gradual en el que espero no solo llegar nuevamente a ese lugar sino más arriba, obviamente con las precauciones del caso.
Pero no son de mis aventuras en el Waraira Repano a lo que quiero referirme en el presente escrito, aunque la exigencia física que tuve hoy me inspiro a plantear en la columna de hoy un tema un poco más ligero que el tratado en las ediciones anteriores, pero no por ello menos importante. Me refiero a la visibilización de otro héroe de nuestras luchas por el territorio Esequibo como lo fue el Conde Luciano Antonio Gastón Cattaneo Quirín.
Así como perseveramos en el empeño de sacar del anonimato a Domingo Sifontes, hasta el punto que nuestro Presidente Nicolás Maduro y la Asamblea Nacional le concedieron los honores del Panteón Nacional. Pues nuevamente asumo la tarea como a del año 2015 de sacar del anonimato a otro héroe de nuestra Guayana Esequiba y de nuestro país: Me refiero al Conde Luciano Antonio Gastón Cattaneo Quirin.
Este ilustre personaje nació en Pavia, Italia, el 23 de enero de 1880 y tuvo el título de Conde de Sedrano. Fueron sus padres dos nobles: El Conde Giovanni María Cattaneo di Sedruno y la condesa María Teresa Coly de Nicorvo.
No fue Cattaneo hombre del montón, sino que fue bien formado. Se graduó en el Colegio Real Carlos Alberto Moncalieri, en Turín, obteniendo el título de bachiller en Filosofía y Letras, y que en la actualidad este título equivale a una licenciatura. Más tarde obtuvo borlas académicas en Ciencias Político-Sociales en el Instituto Florencia. Ingresó inmediatamente, el mismo año, como cadete en la Academia Militar de Módena donde cursó la carrera militar hasta obtener el grado de Subteniente de Caballería, en 1898.
Un día de 1907 se debió detener, en un viaje a Italia, en Puerto Cabello. Allí conoció al presidente Cipriano Castro (1858-1924). Allí se inició su peripecia venezolana. En nuestro país vivió los siguientes sesenta y tres años, hasta su deceso en Caracas ( 30 de Junio de 1970). Castro nombró a Cattaneo Jefe de Artillería de la goleta Libertador y le dio la misión de ratificar los relieves de la costa entre Punta de Paria y Tucacas. Cumplida esta tarea fue nombrado jefe del Cuerpo Expedicionario de reocupación del territorio del Cabo de la Vela en la Goajira, el cual estaba invadido entonces por habitantes colombianos. Más tarde, fue Jefe Adjunto del batallón de Artillería del cuartel San Mauricio, en Caracas ( 3 de Agosto de 1908). En Caracas fue Instructor de la recién creada Academia Militar ( 4 de Julio de 1903), así participó Cattaneo en la renovación y adaptación de los locales de la Escuela de la Planicie. La Escuela Militar había sido creada como consecuencia del fin de las contiendas civiles, de la derrota de la Revolución Libertadora (1901-1903), fue fundada por Castro pero no llegó a entrar en funcionamiento hasta 1910 cuando la puso a andar (5 de Julio) el presidente Juan Vicente Gómez(1857-1935), verdadero fundador de nuestras Fuerzas Armadas, pilar de su dictadura y, desde luego, de la institucionalización del ejército venezolano.
Fue entonces cuando se instaló, en 1910, en la región guayanesa del Yuruari en la que se dedicó a empresas agrícolas y balatateras.
En esta etapa, Cattaneo Quirin conoce al General Domingo Antonio Sifontes, y entabló amistad con él.
El 9 de enero de 1912, en la hacienda Buen Retiro, el Conde Cattaneo Quirín fue testigo de excepción del fallecimiento del “Terror de los ingleses” en compañía de los familiares de este gran hombre. De acuerdo a lo expresado por el cronista de la ciudad de Tumeremo, Rafael Antonio Velásquez citando al Dr. Lui Felipe Vargas Pizano, en las exequias de Sifontes; Cattaneo Quirin tocaba el fonógrafo interpretando la pieza “Gaia de Tosca” que era una de las predilectas del General Sifontes, y luego al terminar su participación, de pronto se dio cuenta de la partida a la otra vida de este gran hombre recientemente reivindicado por la Revolución Bolivariana.
.Pero no es precisamente por ser amigo del General Sifontes por el que fue conocido el Conde Cattaneo, sino por lo que a continuación vamos a relatar.
Hay que indicar que fue hacia 1887 cuando se inició la búsqueda del oro en la región de Guayana, de tal manera que cuando Cattaneo llegó a esa región las búsquedas estaban en pleno auge.
El mismo participó en ello pero uniendo su interés por conocer y explorar el territorio y señalar exactamente la verdad de las posibilidades económicas que tenía el país. Por otra parte incursionó en nuestras fronteras y las defendió hasta el punto que en este aspecto la nación le debe verdaderos servicios.
Cattaneo logró una auténtica visión de conjunto del sur de Venezuela y rápidamente se dio cuenta por qué la fama de El Callao “se extendió tan poderosamente que despertó la ambición de Inglaterra… quien incluyó la zona en sus afanes de conquista”.
A los pocos meses se internó en la Guayana y recorrió nuestro territorio hasta llegar a Brasil. Este viaje del Conde tuvo la importancia ya que Cattaneo logró recorrer con detalle toda la zona. Logró puntualizar errores y destruyó muchas leyendas. Logró así desterrar el miedo: si él había recorrido la zona otros también lo podrían hacer.
Su actuación como funcionario fue amplia: “Inspector General de la Fronteras orientales y meridionales del Estado Bolívar con la Guayana Inglesa y Brasil” (1914-1921). En esa posición hizo una revisión completa de la línea fronteriza procediendo a desalojar las colonias ilegales de extranjeros establecidas en la Gran Sabana, entre cuyos descubridores se contó.
Contuvo la inmigración y cuidó nuestras fronteras. La actividad de Cattaneo continuó teniendo tanta importancia que se le nombró “Inspector General de las fronteras orientales” como ya lo hemos anotado. Fue implacable a la hora de obligar a los habitantes de la Guayana Esequiba de dejar nuestro territorio y volver al suyo.
En 1936 el presidente López Contreras admitió el proyecto de Cattaneo para la formación de una Guardia Nacional Fronteras, lo que dio lugar al nacimiento de las Fuerzas Armadas de Cooperación.
En definitiva, El Conde Cattaneo es otro de los héroes no solo de nuestro Esequibo sino de nuestro país que siguió la senda de Bolívar, de Zamora, de Piar, de Sifontes. Y eso que no nació en territorio venezolano pero lo defendió como si hubiese nacido en él.
Y como un tributo a su memoria, así como hicimos con el General Sifontes, hoy no solo hacemos esta semblanza del Conde Cattaneo, sino que además mostramos algunas de sus imágenes.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas. , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.
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