viernes, 23 de febrero de 2024

Ahora los pueblos | Polarización, hiperpolarización tóxica y... Bukelización. Parte II

 El pueblo salvadoreño

tiene el cielo por sombrero,
tan alta es su dignidad,
en la búsqueda del tiempo
en que florezca la tierra
por los que han ido cayendo.

Alí Primera

 


Conflictos de baja intensidad en Centroamérica, la Guerra Fría y la "doctrina Reagan"

Las naciones centroamericanas se vieron envueltas en conflictos armados durante la segunda mitad del siglo XX: Nicaragua (1961-1990), El Salvador (1981-1992) y Guatemala (1960-1996). Sus orígenes se encuentran en las aspiraciones sin resolver de las grandes mayorías desde las independencias. Los Estados Unidos participaron en estos enfrentamientos internos en el marco de la Guerra Fría y la llamada "doctrina Reagan".

Los conflictos de baja intensidad constituyen la nueva denominación asignada a la contrainsurgencia, que caracteriza a un conjunto de actuaciones político-estratégicas diferentes de las guerras clásicas o convencionales, mediante operaciones militares encubiertas o bajo la fachada de grupos armados de clara orientación derechista. Su fin es lograr resultados acordes a los intereses de las élites locales alineadas con los Estados Unidos. Estas prácticas neocolonialistas fueron aplicadas en América Latina bajo el modelo del orden mundial bipolar establecido durante la Guerra Fría.

 

Injerencia estadounidense contra la Revolución Popular Sandinista

En Nicaragua, la Revolución Popular Sandinista logra sacar del poder a la dinastía Somoza el 19 de julio de 1979. La lucha comenzó en 1961, pero la avanzada se intensificó en 1979. Durante ese año el descontento popular se agrupó en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). En marzo firmaron el acuerdo de unidad por parte de los representantes de las tres fracciones sandinistas (socialdemócrata, socialista y marxista-leninista, con una gran influencia de la teología de la liberación). Para junio, se hace el llamado a la "ofensiva final" y a la huelga general. En julio las columnas guerrilleras del FSLN entran en Managua con un amplio respaldo popular, consumando el fin de la dictadura que se mantenía en el poder desde 1934 y estableciendo un gobierno popular, que en poco tiempo logró avances significativos en materias como salud, educación y reparto de tierras a las familias campesinas. Estos logros del Estado nicaragüense obtuvieron el reconocimiento internacional.

Los contras o contrarrevolucionarios, autodenominados Resistencia Nicaragüense —grupos de oposición armados, entrenados, organizados y financiados por Estados Unidos—, hundieron al país en una guerra civil y produjeron una presión social que saboteó la economía y los programas sociales. Atacaron escuelas y centros de salud, destruyeron cultivos y quemaron fábricas, llevando a Nicaragua a una crisis insostenible. Asimismo, implementaron una campaña de propaganda a través de la cual lograron imponer, en las elecciones de febrero de 1990, a Violeta Chamorro, candidata de la coalición, denominada Unión Nacional Opositora, logrando así poner fin al periodo revolucionario. A los contras, que alcanzaron los 100 mil combatientes, se les atribuye un gran número de violaciones a los derechos humanos en más de 1.300 ataques terroristas.

La Corte Internacional de Justicia condenó a los Estados Unidos en 1984, revelando que el gobierno presidido por Ronald Reagan entrenaba, armaba, financiaba y abastecía a los contras, a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Ello a raíz del escándalo Irán-Contra, que develó la venta de armas de forma ilegal a Irán para financiar a grupos paramilitares en Nicaragua. Algunas investigaciones apuntan al narcotráfico como otra fuente de financiamiento para los contras desde los Estados Unidos.

 

Injerencia estadounidense en la guerra civil salvadoreña

La guerra civil salvadoreña se desarrolló entre 1981 y 1992. Los historiadores aún debaten las cifras de muertos, que van desde 7 mil hasta 30 mil personas. El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) debe su nombre al dirigente Agustín Farabundo Martí, fusilado por la Policía Nacional por liderar el levantamiento campesino de 1932. El FMLN fue creado el 10 de octubre de 1980 como un organismo de coordinación de las cinco organizaciones político-guerrilleras de izquierda que participaban en la insurgencia armada salvadoreña: Fuerzas Populares de Liberación, el Ejército Revolucionario del Pueblo, la Resistencia Nacional, el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos y el Partido Comunista Salvadoreño. Dicha unión se forjó durante un período convulso en la historia salvadoreña, marcada por la persecución política.

El 10 de enero de 1981, el FMLN lanza una ofensiva final en conjunto con la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM) en contra del gobierno salvadoreño, la cual no logró sus objetivos, entre ellos la conformación de gobierno democrático revolucionario de corte socialista. Uno de los primeros golpes que recibió el FMLN fue el asesinato de Enrique Álvarez junto a todos los miembros del Comité Ejecutivo, quienes fueron secuestrados, torturados y asesinados.

La guerra civil estuvo caracterizada por la continua intervención de los Estados Unidos al financiar a los escuadrones de la muerte. Al mismo tiempo, financiaban la modernización de los equipos y armamentos, así como el entrenamiento en lucha contrainsurgente de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES), en el marco de la cooperación con el gobierno de Ronald Reagan (1981-1989). Sus resultados se pudieron apreciar con un apresto mejoramiento operacional en las capacidades para la guerra irregular y la creación de unidades tácticas especializadas. También en la ampliación de su potencia de fuego y su capacidad logística para operar a lo largo del país, impidiendo que la insurgencia alcanzara sus objetivos políticos. Toda esta cooperación del gobierno estadounidense se realizó bajo la narrativa de neutralizar la intervención soviética en el conflicto, la cual nunca fue demostrada. El importante peso de los militares en el gobierno de unidad nacional explica la persistente negativa de negociar una salida de paz a la guerra civil, debido al no reconocimiento del conflicto armado por parte del régimen, que se vio en la obligación de sentarse en la mesa de negociaciones una vez que la comunidad internacional reconoció al FMLN como una fuerza militar y política de gran peso en el país.

 

Acuerdos de Paz de Chapultepec

El proceso que culminó con los Acuerdos de Paz de 1992, firmados en el castillo de Chapultepec, México, fue iniciado por el FMLN con una propuesta de negociación del fin de la guerra en septiembre de 1989 en Washington. Sin embargo, hasta la firma del Acuerdo de Ginebra, en abril de 1990, en presencia del secretario general de las Naciones Unidas Javier Pérez de Cuéllar, fue cuando se programó entre las partes una agenda y calendario para el desmontaje completo de la estructura militar que imperó desde la presidencia de 1933. Según la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas, las fuerzas gubernamentales y los paramilitares fueron responsables del 85% de los asesinatos de civiles durante el conflicto.

 

Anabel Díaz Aché

 

Fuente consultada:

Selser, G. (1987, mayo-junio). La intensa guerra de baja intensidad. Concepto, definiciones, objetivos. Revista Nueva Sociedad, n.°89. https://nuso.org/articulo/la-intensa-guerra-de-baja-intensidad-concepto-definiciones-objetivos/



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