Si se le pregunta a cualquier chat de inteligencia artificial (IA) ¿qué es la IA?, te responderá más o menos lo mismo. Probamos con los motores de búsqueda Bing, Perplexity AI y You y este último arrojó lo siguiente:
La inteligencia artificial (IA) es la combinación de algoritmos diseñados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. Se refiere a la habilidad de una máquina para realizar tareas que requieren inteligencia humana, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planificar. La IA permite que los sistemas tecnológicos perciban su entorno, se relacionen con él, resuelvan problemas y actúen con un fin específico.
Planteado así, sin más y como si fuera una lista de mercado, es un escenario de cambio total del mundo tal y como lo conocemos, cuando la tecnología impacta en temas tan fundamentales como la relación entre el hombre y la máquina o los límites éticos.
El desarrollo de la IA se nos muestra al "gran público" como un catálogo de amplias bondades convenientemente presentadas por las empresas poseedoras de las tecnologías, que omiten o esquivan las grandes preguntas de nuestro tiempo aún —y especialmente— en sus propios prototipos de IA. Los chats apenas sugieren los riesgos que se pueden presentar, y no hay ni una mención subtextual a la relación entre información, tecnología y poder; puesto que no se nombra (y menos se analiza) la naturaleza de las relaciones estructurales dentro del capitalismo en su etapa actual.
Este asunto ya es tema de debate en algunos países, en especial en el ámbito académico, donde autores como el sociólogo Maximiliano Tello (2021) tratan de definir o nombrar —desde el sur global— los nuevos acontecimientos y relaciones que nos ocurren en tiempo real. Archivo, tecnocolonialismo e inteligencia máquina son ideas o conceptos que nos conviene considerar, especialmente a la necesaria hora de entender la inteligencia artificial como lo que en verdad es: una herramienta funcional al capitalismo.
Según Tello,
la intensificación y el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial perpetúan el capitalismo y maximizan las ganancias económicas de las grandes corporaciones a través de la sumisión de un nuevo tipo de individuo: el usuario, y bajo una nueva forma de dominación: el tecnocolonialismo.
Bien podríamos comenzar por posicionarnos frente a la IA con una actitud crítica, que nos permita señalar que sí, son herramientas útiles que probarán su eficacia en ámbitos en apariencia beneficiosos para todos, pero, ¿a qué costo? ¿A quiénes les cederemos derechos de control sobre una tecnología quizá incontrolable? Solo el tiempo lo dirá, pero en épocas de capitalismo reloaded siempre es mejor dudar.
Recordemos: con usuarios y ciudadanos pasivos se inician todas las distopías.
Mariel Carrillo García
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