*JUAN MARTORANO
El año 2020 ha transcurrido sus
primeros 17 días (esto para el momento
en que escribimos estas líneas) como si ya hubiesen pasado dos meses. Y vaya
que han ocurrido hechos que sin duda marcarán el signo del devenir de lo que
nos depararán estos 12 meses cargados de mucha intensidad.
Indudablemente, como ya se ha
señalado en anteriores artículos, a partir de este año arranca un ciclo
electoral importante, comenzando por las elecciones parlamentarias. Indudablemente,
la meta de las fuerzas revolucionarias y chavistas es la de reinstitucionalizar
el parlamento, destruido por la gestión del fascismo criollo que lo tomó en el
año 2016, recuperando la mayoría en la Asamblea Nacional.
La actual coyuntura que afronta
el país no podemos analizarla de una manera lineal y absoluta. Tiene varias
aristas, tiene elementos que la favorecen, fortalezas, pero también tiene
amenazas y debilidades. Y eso es lo que debemos hacer para que a la hora de
hacer las apreciaciones, no cometamos errores y cuando suceden ciertos y
determinados eventos, sus resultados puedan sorprendernos.
Indudablemente en lo político, el
chavismo ha obtenido importantes victorias, desde el 30 de julio cuando se eligió
a la Asamblea Nacional Constituyente, posteriormente las elecciones regionales,
luego las elecciones municipales, llega 2018 con las presidenciales y
elecciones de diputados y diputadas a los Consejos Legislativos estadales, y
culminamos con las elecciones de concejales y concejalas de diciembre de 2018.
En 2019 fue un año políticamente
de resistencia, ante el surgimiento de la figura de Juan Guaidó, que no por él
sino por los factores que lo respaldan, se aplicó de todo para tratar de “extirpar
el mal ejemplo de la Revolución Bolivariana”. Amenazas de invasión, Golpes de
Estado, magnicidio, pero el chavismo, pese a todo ello, logró conservar el
poder político.
Sin embargo, como hemos señalado,
la realidad no es lineal, y hay ámbitos en que las cosas no las estamos
haciendo bien. Esto fue reconocido por el propio Primer Mandatario Nacional en
su mensaje anual ante la Asamblea Nacional Constituyente del 14 de enero de
este año 2020.
Indudablemente si nos
circunscribimos a lo político, las fuerzas de izquierda y el chavismo, por lo
menos por lo que se visualiza de momento en el horizonte, no tenemos rivales de
consideración. Si fuera por sólo este aspecto, indudablemente que la Revolución
Bolivariana obtendría más de dos tercios de las curules en disputa de las
próximas elecciones parlamentarias.
Pero, hay que reconocer que de
cara a estas importantísimas elecciones de este año, no tenemos los rivales que
nos disputen el triunfo, sino como ya lo hemos dicho en los programas radiales
que participamos: El del Bloque Social Comunicacional los sábados de 10 am a 2
pm, el de los Centros Rodrigueanos de Emancipación Académica (CREA) los lunes
de 5:30 a 7:30 pm por Radio Arsenal 98.1 FM y en “La Realidad Inventada” por “Al
Son del 23” los miércoles de 9:00 a 11:00 am. La revolución de cara a las
parlamentarias tendrá LAS RIVALES.
Una primera rival que podemos
mencionar es la economía. Autocríticamente tenemos que reconocer que, aunque no
haya indicadores al respecto, es evidente que la guerra económica la estamos
perdiendo de calle. Basta montarse en la camionetica, en el Metro, estar en una
cola, escuchar a las amas de casa, para que vean como está el estado de ánimo
de la gente, y sobre todo de las mujeres y las amas de casa ante la subida
cuales cohetes, de los precios de los alimentos, medicamentos, servicios y
bienes en nuestro país.
Otra rival, hija de la primera es
la hiperespeculación (no la hiperinflación como dicen los sesudos analistas
económicos, con la intención, como lo decía Alí Primera, de perfumar la mierda,
para que esta no huela feo) esa alza indiscriminada de precios rompe con toda
lógica económica, incluso la ortodoxia neoliberal. Indudablemente los
comerciantes y la mayoría de empresarios de este país han más que demostrado su
compromiso político de acabar la Revolución Bolivariana con el desangramiento
económico en el que nos tienen. Pero la pregunta es: ¿Qué hemos hecho como
pueblo para exigir nuestros derechos? ¿Qué ha hecho el Gobierno Bolivariano, y
en especial la Superintendencia de Defensa de los Derechos Socioeconómicos
SUNDEE en defensa y en protección del poder adquisitivo de la familia y clase
trabajadora venezolana?
Otra rival es la dolarización
transaccional, de facto, social o como quieran llamarla. Este fenómeno, bueno
es señalarlo, es una de las expresiones más cruentas de la Guerra Económica,
esto porque a través de este perverso mecanismo, que beneficia a una minoría en
detrimento de una mayoría que se verá imposibilitada de acceder a alimentos,
medicamentos, bienes y servicios, está basada en toda una estrategia que busca
disolver el Estado- Nación por medio de la disolución del bolívar, que es
nuestra moneda nacional. Además de representar una batalla cultural, la cual
también estamos perdiendo ante la moneda del enemigo.
El Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, ha señalado el año 2020 como el del “Despegue
económico de Venezuela”. Pero como algunos buenos amigos de Cuba nos han
señalado: “No es lo mismo hablar de despegue que de crecimiento económico”, y
más con el bloqueo, la persecución financiera y todas las medidas coercitivas
unilaterales que nos han impuesto. Hay que manejar con mucho cuidado las
expectativas que tiene la gente sobre este tema.
Si bien es cierto que no tenemos
ni indicadores ni cifras oficiales al respecto, analistas económicos de la
derecha han señalado que esta dolarización transaccional ya se ubica en un 50%
de las operaciones comerciales y económicas del país, y que pasa este año 2020,
pudiera llegar al 75%. De ser ciertos estos asertos, eso sería criminal y que
una de las pesadillas más grandes que no quería Hugo Chávez se haya vuelto
realidad. Ojo pelao con esto, diría él.
Las medidas económicas que adopte
nuestro gobierno no deben adoptarse en detrimento ni de la clase trabajadora ni
de los sectores más vulnerables de la población. Esto a quien pueda interesar.
También otra rival de cara a las
parlamentarias es que en cuanto al tema del petro, la falta de información de
manera sencilla está causando muchos estragos, porque como nos lo expresó un
camarada en uno de los programas, una cosa es lo que plantea el presidente
Nicolás Maduro y otra cosa la que aplican los comercios y los diferentes
establecimientos. De ahí que algunos nos hemos ido a las calles a dictar charlas
del petro y a explicarlo sin tantos tecnicismos y de manera muy sencilla como
lo señaló Chávez. Pero esto debe venir acompañado de otras medidas que no sólo
deben estar en los aspectos macroeconómicos o de los que manejan el tema de
criptomonedas o criptoeconomía, sino de coadyuvar al pueblo de a pie y en la
usabilidad de la misma no sólo para la protección del bolívar (que de hecho de
acuerdo al artículo 318 de la CRBV es la única moneda de curso legal en el
país) sino para preservar el poder adquisitivo de la familia venezolana y que
pueda, paulatinamente restituirse su acceso en condiciones de dignidad, al
acceso de alimentos, medicamentos, bienes y servicios, en fin, a una mejor
calidad de vida.
Otra rival es la crisis y colapso
en la prestación de los servicios públicos: Agua, telecomunicaciones,
transporte público, salud, entre otros. Indudablemente el bloqueo influye y
afecta, pero no todo podemos achacárselo al bloqueo o a la Guerra Económica,
también hay mucho de responsabilidad de diversos funcionarios y diversas
funcionarias en funciones dentro de la Administración Pública, que agravan este
tipo de problemas, a los efectos de minar la esperanza de nuestro pueblo en la
Revolución Bolivariana.
Otra rival de cara a las
parlamentarias es la indolencia, otra rival es la flojera, otra rival es la
ineficiencia, otra rival es la ineficacia. Estas rivales, cuales termitas como
lo expresó magistralmente el camarada Roberto Hernández Montoya en un artículo
escrito por él el año pasado titulado “Termitas”, son las que andan carcomiendo
y socavando la esperanza y la paciencia de un pueblo.
Mientras que algunos nos marean y
distraen con circos y diatribas como las que se vienen registrando semana tras
semana en los alrededores del Palacio Federal Legislativo, sede de la Asamblea
Nacional (hoy en desacato) y de la Asamblea Nacional Constituyente; el pueblo
de a pie sufre el hacinamiento del Metro, la falta y problemas de transporte,
la desaparición paulatina del cono monetario, la criminalidad. Las bases están
arrechas y están demandando respuesta.
Y sobre todo, la dirigencia
política que decida incluir en su discurso y en su agenda el tema de la
cotidianidad de la gente, y sobre todo que haga planteamientos serios para la
solución de estos problemas sin descuidar el tema de la formación y los
valores. Esos serán los que la mayoría de la gente les prestará atención.
Señalamos en artículos
anteriores, y el tiempo poco a poco nos ha venido dando la razón, que ante el
juego trancado que hay en el actual parlamento por la situación de desacato en
la que se encuentra, y por la disputa entre oposiciones que pretende paralizar
el funcionamiento del Estado, es en ese sentido que la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia procederá, en las próximas semanas a la
designación de los nuevos rectores y rectoras del Consejo Nacional Electoral
(CNE) para, desde comenzar a todo tren, a la organización de los comicios
parlamentarios previstos para este año. Debe ser así no sólo por la importancia
que estas elecciones tendrán para la gobernabilidad y la gobernanza en el país,
sino que además organizar estas elecciones implica un cierto grado de
complejidad por el tema de las circunscripciones y circuitos, y por ello no
sólo desde el punto de vista político, sino técnico, no hay mucho tiempo que
perder.
Y como lo señala la economista y
camarada Pascualina Curcio, una vez que se proceda al anuncio de la fecha de
celebración de las elecciones de diputados y diputadas a la Asamblea Nacional,
es altamente probable que los problemas que hoy nos agobian escalen, con el
claro objetivo de afectar aún más nuestra emocionalidad y estado de ánimo, y
repetir la misma estrategia que tan buenos resultados le dio a la derecha en el
año 2015.
También como lo señala Roberto
Hernández Montoya, sólo una rebelión popular liderada por Nicolás Maduro podrá
erradicar el termitero por alto, y por bajo.
De ahí que, tanto las instancias
gubernamentales como el Poder Popular debemos dar este paso y hacer la
Revolución, sin miedo. No será demasiado difícil y será hasta divertido porque
nuestro pueblo tiene la madurez suficiente y será muy sabroso derrotar el
ladronaje y el malandraje , que ha minado y carcomido la Revolución Bolivariana
y está incrustada en los partidos políticos y en todos los organismos e
instituciones del Estado.
No olvidemos que Chávez decía que
la Revolución iba demoliendo a esa gente, pero en estos momentos estamos en una
carrera a ver quién demuele a quien primero.
Ahí se las dejamos.
¡Independencia y Patria
Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
¡Leales Siempre, Traidores Nunca!
*
Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red
Nacional de Tuiteros y Tutiteras Socialistas. Www.juanmartorano.blogspot.com , www.juanmartorano.wordpress.com , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta
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