Esmeralda García Ramírez
El peor daño que ha recibido Venezuela no es solo el bloqueo económico
del imperio, sino la falta de sensibilidad humana de algunos sectores
del país que hacen estragos contra el resistente pueblo bolivariano. A
la falta de muchos productos de primera necesidad se suman los medios
para trasladar a la población a sus lugares de trabajo o residencia; el
incremento desmesurado, incontrolable y arbitrario del sector transporte
en todo el territorio nacional, el negocio redondo existente para la
adquisición de repuestos para las unidades, así como la obtención de la
gasolina y/o gasoil, y la falta de ectivo. El parque automotor del
servicio público ha retrocedido su asistencia a la población: las
unidades están deterioradas, se accidentan constantemente y la atención a
sus ciudadanos por parte de los profesionales del volante es agresiva.
El poema de Aquiles Nazoa "El infierno rodante" se queda corto si lo
comparamos con las penurias que padecen los venezolanos. En realidad no
debe llamarse "servicio de transporte público" porque no lo es. Siempre
ha sido aberrante su sistema operativo, su funcionabilidad es pésima, en
general es ineficiente, anárquico e incontrolable. Al ministro de
Transporte Terrestre se le escapó de las manos este problema que cada
día hace estragos en la familia venezolana; mejor dicho, todos los
ministros han sido ineficientes en el tema de la capacidad resolutiva
que amerita el pueblo en este caso. La ciudad de Mérida puede ser un
digno ejemplo de las políticas desacertadas que en materia de transporte
ha dado el ministro y el Protector de Mérida —tal vez el defensor del
estado Mérida tiene que seguir los lineamientos emanados desde Caracas,
pero si no puede abogar por las necesidades de los merideños, el Poder
Popular tendrá que actuar ante el irrespeto a nuestras desatenciones—.
La tarifa de los pasajes que se impone en Caracas es la misma para el resto del país. Esta modalidad es un grave error y hay que decírselo al ministro. Las rutas en la ciudad de Mérida son más cortas que en Caracas o en Maracaibo; los merideños como los demás ciudadanos del país no soportan sobre sus cargas tanta fuga de dinero de su salario por la vía del mal llamado transporte público, ni los bonos logran cubrir tan semejante locura. Las mafias del transporte conquistaron al tren ministerial; mientras el Estado venezolano les provee de equipos y repuestos para sus vehículos, generando más corrupción, pues para nadie es un secreto que los cauchos, baterías, entre otros suministros son revendidos, o llevan a operar las unidades fuera del país. Ahora existe otro modus operandi: cargan la unidad de combustible para luego revenderla en dólares, paralizan el trabajo original porque esto es más rentable, situación ésta que agudiza el problema del transporte en la ciudad. Esta decisión de fijar las tarifas desde Caracas debe ser reconsiderada, para ello están los alcaldes de este país para que fijen los precios de los mismos en Asamblea de Ciudadanos, con las partes involucradas. Es el pueblo merideño que conoce mejor sus rutas, no el ministro. ¿Sabrá el ministro de TT y el Protector de Mérida que las líneas de rutas extraurbanas (buses o expresos que van desde Mérida a Caracas, Maracay, Valencia, Barquisimeto, entre otras ciudades), no hacen esta ruta debido a que los dueños de estas empresas manifiestan que esto le genera mucho gasto? Estas rutas solo salen desde la ciudad de El Vigía, y de Caracas acá solo llegan hasta El Vigía. Esto obliga a los pasajeros merideños a trasladarse en buses tipo Encava, o ir hasta esta ciudad. El sistema de pago en estas unidades se realiza 50% en efectivo y 50% mediante punto de venta; claro también existe la modalidad de pagar en dólares, o si lo prefieres puedes llevar el equivalente del monto en productos alimenticios. Las unidades salen cuando se les da la gana, no tienen un día establecido, como tampoco lo tienen los precios de las distintas rutas.
Supongo que estar en este medio debe ser muy rentable, genera muy buenos
dividendos. Parece ser que esta gallina de los huevos de oro que
enloqueció a Diego Arria cuando estafó a la nación con los autobuses
Leilan sigue dando mucho, solo que ahora se ha radicalizado su poder
económico en la capital. Este perverso suplicio que atravesamos es la
mafia del transporte, es el infierno rodante que arrolla a los
venezolanos sin piedad humana. Es el propio capitalismo salvaje que nos
vulnera, que se confabula con los dueños de las empresas del transporte
para generar caos en estas condiciones de guerra no convencional que nos
impusieron. Este mal llamado transporte público es un problema que
agrava la situación del país, por sus condiciones de vunerabilidad es un
problema de seguridad de Estado en el país, ya que en este campo de
batalla hay ladrones compulsivos que roban al pueblo y empresarios que
aumentan su fortuna de manera desproporcionada, y lo más grave es que no
hay control de ningún tipo. Es imperativo que el Estado obligue a las
líneas privadas a que se sensibilicen con las necesidades de los
pasajeros y no a la plusvalía de los dueños de sus unidades de
transporte. Si el Estado le provee de equipos y repuestos lo menos que
deben hacer es estar al servicio del pueblo, se debe obligar a que
trabajen con tarifas mucho más módicas, el que no cumpla con la misma le
sería expropiada su unidad y entregada a un miembro de la comunidad
para que preste un servicio para el pueblo. Los buses Yutong que se
entregaron en la ciduad de Mérida producto de la quema de sus unidades,
deben cobrar las rutas más económicas y estas unidades deben ser
controlados por el Estado no por las mafias del transporte. Con los
convenios comerciales entre China y Venezuela se pudieran recuperar las
flotas de unidades que se encuentran abandonadas e inoperativas, entre
otras cosas por falta de mantenimiento. En manos del gobierno está
direccionar este grave problema de seguridad social: el mal llamado
servicio de transporte público, debe ser verdaderamente Público,
manejado y controlado por el Estado bajo la premisa de la eficiencia,
garantizando el mayor bienestar en movilidad y operatividad, respetando
al ser humano y al ambiente natural. Es hora de brindar un Servicio
Público a los venezolanos, dando el mejor de los viajes en Venezuela, en
cada parada, con el confort que nos merecemos. La oportunidad de hacer
los cambios es hoy, de ir edificando al hombre nuevo es todos los días,
de darle el mayor bienestar posible es siempre.
La tarifa de los pasajes que se impone en Caracas es la misma para el resto del país. Esta modalidad es un grave error y hay que decírselo al ministro. Las rutas en la ciudad de Mérida son más cortas que en Caracas o en Maracaibo; los merideños como los demás ciudadanos del país no soportan sobre sus cargas tanta fuga de dinero de su salario por la vía del mal llamado transporte público, ni los bonos logran cubrir tan semejante locura. Las mafias del transporte conquistaron al tren ministerial; mientras el Estado venezolano les provee de equipos y repuestos para sus vehículos, generando más corrupción, pues para nadie es un secreto que los cauchos, baterías, entre otros suministros son revendidos, o llevan a operar las unidades fuera del país. Ahora existe otro modus operandi: cargan la unidad de combustible para luego revenderla en dólares, paralizan el trabajo original porque esto es más rentable, situación ésta que agudiza el problema del transporte en la ciudad. Esta decisión de fijar las tarifas desde Caracas debe ser reconsiderada, para ello están los alcaldes de este país para que fijen los precios de los mismos en Asamblea de Ciudadanos, con las partes involucradas. Es el pueblo merideño que conoce mejor sus rutas, no el ministro. ¿Sabrá el ministro de TT y el Protector de Mérida que las líneas de rutas extraurbanas (buses o expresos que van desde Mérida a Caracas, Maracay, Valencia, Barquisimeto, entre otras ciudades), no hacen esta ruta debido a que los dueños de estas empresas manifiestan que esto le genera mucho gasto? Estas rutas solo salen desde la ciudad de El Vigía, y de Caracas acá solo llegan hasta El Vigía. Esto obliga a los pasajeros merideños a trasladarse en buses tipo Encava, o ir hasta esta ciudad. El sistema de pago en estas unidades se realiza 50% en efectivo y 50% mediante punto de venta; claro también existe la modalidad de pagar en dólares, o si lo prefieres puedes llevar el equivalente del monto en productos alimenticios. Las unidades salen cuando se les da la gana, no tienen un día establecido, como tampoco lo tienen los precios de las distintas rutas.
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esmeraldagarcia2309@gmail.com
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