Juan Martorano
Como lo leí de alguno de tantos textos que han pasado por mis manos, la paradoja de la tolerancia que ha planteado Karl Popper establece que, si eres demasiado tolerante con los intolerantes, éstos terminarán de aprovecharse de esta cualidad para destruirte. Por lo tanto, pienso que debe entenderse desde el Alto Mando Político y Militar de la Revolución que con el fascista ni se dialoga ni se razona. Al fascista se le combate y punto. Y es obligación de los verdaderos revolucionarios y verdaderas revolucionarias combatir a esa clase de gente o a esa corriente de pensamiento.
Si bien es cierto que en estos momentos el gobierno desde el punto de vista político se encuentra fortalecido y más cohesionado, en lo social y económico, aunado a la afectación de la gobernanza y gobernabilidad, estamos en una situación compleja y que las bases del chavismo requieren que se haga justicia. En la calle, hay muchas dificultades para adquirir alimentos y medicamentos, y esto tiene al pueblo muy molesto.
Respeto la opinión del compatriota y camarada Diosdado Cabello, un hombre leal a Chávez y a la Revolución que hoy le corresponde dirigir a Nicolás Maduro. Entiendo, desde el punto de vista estratégico, algunas decisiones con respecto al caso de Juan Guaidó. Sin embargo, también cabe recordar que en política hay que tener sentido de la oportunidad, y si no sabes aprovecharla, cuando quieras realizar tu jugada, o mover alguna ficha, puede ser demasiado tarde.
Esta semana, a mi juicio, signada por el feriado del 5 de julio, que se conmemora la firma del acta de nuestra independencia, Juan Guaidó, que ha venido desinflándose en su pretendido "liderazgo",que no es más que el producto del marketing político que de otra cosa, ha convocado a acciones de calle para ese día. Esto ha venido acompañado de una serie de escaramuzas por parte de grupos mercenarios, la muerte en extrañas circunstancias del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, y el despliegue de operaciones psicológicas, buscan enrarecer el ambiente político venezolano por estos días, cercar aún más a nuestra Patria, llevándonos a un enfrentamiento interno para así justificar la intervención extranjera. No hay de otra.
De igual manera, la imposición de medidas coercitivas unilaterales al M/G Luis Motta Domínguez, al ex viceministro Eutimio Lugo y a Nicolás Maduro Guerra, hijo del Primer Mandatario Nacional, forman parte de las estrategias en el marco de la nueva oleada de ataque contra nuestra Revolución.
Y todo ello se ha disparado y acelerado, luego de las importantes revelaciones, con todo lujo de detalles, que realizó la semana pasada el Ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información y Vicepresidente Sectorial de Comunicación, Turismo y Cultura, Jorge Rodríguez Gómez, sobre la neutralización de un Golpe de Estado que iba a darse entre los días 23 y 24 de junio del presente año.
Si bien es cierto que estas revelaciones golpearon de manera ostensible los planes golpistas, los mismos no han cesado del todo. Estos pretenden escalar en su accionar, y de ahí la máxima alerta que debemos tener en estos instantes los que nos consideramos cuadros políticos de esta Revolución, tanto hombres como mujeres.
Pero hay algo que me quiero permitir señalar en estas líneas. Debemos aprovechar las oportunidades que podamos tener, sin sobreestimar las fuerzas enemigas, pero tampoco sin subestimarlas. Algo que considero importante en estos momentos es que no tenemos mucho tiempo. Y esto es importante tenerlo en cuenta.
Muchos amigos en el mundo no entienden como si el gobierno de Nicolás Maduro está más fuerte, y si bien es cierto que la oposición ha cometido tantos errores, haya una parálisis y miedo en hacer justicia. Ciertamente, si tú enemigo se está equivocando, no lo interrumpas, pero, tampoco la espera puede ser eterna ni se pueden desaprovechar ad infinitum las oportunidades.
Nuestro Gobierno Bolivariano, a nivel internacional y producto de las campañas mediáticas,ya está suficientemente demonizado; ya no importa lo que haga o deje de hacer, igual seguirá siendo considerado una dictadura de acuerdo a la visión de los medios hegemónicos.
En ese sentido, es que se debe hacer lo que se debe hacer, aprovechando el momento político, la coyuntura para decapitar al incipiente fascismo en Venezuela, antes de que esta situación pueda salirse de control y no la podamos manejar. El que viole la ley, debe ir a la cárcel ya. Deben haber confiscaciones a estos delincuentes para que haya un resarcimiento de los daños patrimoniales que le han causado al Estado-Nación venezolano. Eso es lo que se hace en una verdadera Revolución. Ya está bueno de impunidad.
Guaidó esta semana se va a jugar el todo por el todo, de ello que no nos quepa la menor duda. Y ya creo que llegó la hora de arrestarlo y ponerlo tras las rejas. Antes de que sea demasiado tarde. Si no, serán los gringos los que lo van a asesinar, para igual dotarse del necesario casus belli para venir a intervenir militarmente de una manera mucho más directa sobre territorio venezolano.
Por ello, tenemos una nueva oportunidad de oro para hacer justicia, acabar con los traidores y traidoras a la Patria, y preservar el Estado-Nación venezolano. No podemos seguir perdiendo más tiempo.
Dios quiera, que el inicio de este segundo semestre de este complejo año 2019 ilumine a los responsables de nuestro sistema de administración de justicia para que cumplan con lo que muchos estamos esperando: Que se haga verdaderamente justicia.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
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