miércoles, 31 de julio de 2019

Venezuela, la causa humana

Tuvo el Libertador la visión histórica de la unión americana
Tuvo el Libertador la visión histórica de la unión americana
Foto: Internet

Tuvo El Libertador la visión histórica de la unión americana. Colombeia no cristalizó por inmadurez de los participantes en las luchas emancipadoras. Divididos, no comprendieron la importancia de la unión en bloque frente al enemigo común: Inglaterra y su hija predilecta, EEUU.

Insistió en los vínculos supranacionales de todas y cada una de las nacientes Repúblicas. La libertad debía apoyarse en el todo americano, colectivizar América, teniendo en cuenta la americanidad, elemento determinante de las patrias americanas, forjadas a sangre y fuego en medio de la anarquía popular y la prepotencia de los grandes. (Pérez Arcay).

El proceso emancipador Latinoamericano, dislocado con la muerte de Chávez y las consecuentes persecuciones judiciales, financieras y comerciales: vuelta de tuerca del neoliberalismo salvaje y demolición de los Estados Nación. Re-unidos en Venezuela, los pueblos coincidimos en defender la causa humana.

Existen dos integraciones: la de Chávez, que profundiza la liberación humana y otra perversa, la globalización, que desintegra, saquea y devuelve a los pueblos a tiempos de esclavitud. Esta última, destruye nuestras Constituciones e impone sistemas injustos. Con neologismos como “ciudadanía transfronteriza”, nos licuan y homogenizan. La lucha de los movimientos sociales debe comprender y evitar estas nuevas formas de dominación.

Separados nunca enfrentaremos el poder de las élites y sus estrategias de control global. Debemos unirnos y detener la destrucción. Organizar redes de medios alternativos, armonizar nuestras constituciones en función de la protección de los pueblos, profundizar la unión cívico militar y la defensa mutua, denunciar las violaciones de Derechos Humanos de las corporaciones, luchar por la igualdad entre naciones, proteger la soberanía.

¿Qué sería de los que nos bloquean financiera y comercialmente, si 300 millones de personas aprueban legislaciones que ataquen el capital y su dominio de patentes, boicotean la compra de productos de sus corporaciones, y en castigo a la banca usurera imponen un nuevo sistema bancario y de intercambio?

Ese debe ser el saldo favorable de las Cumbres y Foros donde participen los que soñamos un mundo mejor. Emprender acciones concretas que digan ¡Basta! Es hora de que la corporatocracia mundial nos respete. 

MARIA ALEJANDRA DIAZ/CONSTITUYENTE

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