Juan Martorano
Primeramente, permítame darle la bienvenida a la Patria de Bolívar y de Hugo Chávez (éste último la catalogó a usted como su amiga), aunque en lo personal no me complazca mucho su venida a mi país. Y esto no por un problema personal o por un acto de misoginia en su contra, sino porque creo que usted ya tiene un guión preestablecido, sobre todo una vez que salga de Venezuela dentro de dos días.
Indudablemente, esta en Venezuela cumpliendo un mandato de Naciones Unidas, y atendiendo a una invitación del Jefe de Estado de mi país, Nicolás Maduro. Esto constituiría un triunfo de la diplomacia bolivariana de paz, que sin duda reconozco y hago. Pero no es menos cierto que el sistema de Naciones Unidas ha servido en muchas ocasiones, para legitimar intervenciones militares contra pueblos y gobiernos que no se pliegan a los intereses hegemónicos de la corporatocracia mundial liderada por EEUU.
Muy válidas las palabras de la camarada, colega comunicadora y abogada hoy desempeñándose como constituyentista y presidenta de la ANC en la Comisión de Derechos Humanos, María Alejandra Díaz Marín, quien nos habló de aquella teoría avalada por la ONU denominada de la "responsabilidad de proteger". No es mi intención describir los antecedentes y en que consiste la misma (espero poder hacerlo en un próximo artículo) pero la instancia en la que usted hace vida, a través de la misma, pretende legitimar una invasión militar contra mi país, la cual, muchos de los que aquí vivimos, no estamos dispuestos a tolerar.
Por ello, mi problema no es usted, ni sus creencias ni la supuesta ideología socialista que profesa. Usted representa en estos instantes el status quo del sistema hegemónico que pretende saquear las riquezas que subyacen en el suelo de este país. No es mucho lo que pueda hacer, por ello no soy muy optimista de los resultados de su visita a mi patria.
Señaló esto, porque varios voceros de la más extrema derecha han tratado de ponerle la agenda a usted, de indicarle por donde debe pasar, con quien debe hablar y sobre todo que debe hacer. Estos mismos voceros han tratado de generar algunos eventos para, impactarla, y de alguna manera influenciar su opinión que tendrá alguna incidencia en el plano internacional.
De hecho, no tenía usted mucho tiempo que había asumido esta responsabilidad, cuando leyó el informe de su antecesor, el príncipe Zeid Raad Al Hussein de Jordania, amigo por cierto de Diego Arria (uno de los voceros de las más extrema derecha) sin inmutarse un pelo. Un informe cargado de sesgo, imprecisiones y calumnias, las cuales hubiesen merecido, por lo menos un tímido cuestionamiento de su parte.
¿O no será que los enemigos de los pueblos, vieron en usted un perfil perfectamente de "izquierda" para "mostrar el fracaso del socialismo y la Revolución Bolivariana" para desmoralizar la lucha de los pueblos que luchan por su libertad? ¿Que diría su padre, Alberto Bachelett, uno de los generales víctimas de la dictadura de Pinochet, ante algunas posturas un tanto incongruentes de su parte? Ojalá que en la soledad de su habitación y mirándose al espejo pueda responder esas preguntas.
Se atrevió a cuestionar el rol de Tareck William Saab (Defensor del Pueblo y actual Fiscal General del país) y de Alfredo Ruiz (actual Defensor del Pueblo) designados ambos por la Asamblea Nacional Constituyente; reconociendo a Luisa Ortega Díaz como la "Fiscal General legítima" de Venezuela. ¿no sé ha informado usted que en la Constituyente de 1.999, la ANC de entonces designó a los titulares de este Poder Público, léase al Dr. Javier Elechiguerra como Fiscal General, a Dilia Parra como Defensora del Pueblo, y al Dr. Clodovaldo Russian como Contralor General de la República, y nadie en ese entonces a nivel nacional e internacional objetó tales designaciones? Es bueno que antes de formular opiniones y declaraciones públicas, las mías sean objeto de una investigación previa, a fin de no cometer torpezas y errores a la hora de opinar.
Pero, aunque no esté de acuerdo con sus posturas y opiniones, puedo comprenderla. El modelo que impera en buena parte del mundo es de una democracia representativa y de cúpulas, las cuales ven nuestro modelo incipiente y en construcción de democracia participativa y protagónica como una amenaza. Le tienen miedo, y es por ello que este hermoso experimento revolucionario "debe ser destruido" por los poderes hegemónicos mundiales.
Ciertamente verá un país altamente polarizado, con muchos problemas, pero esos problemas, bueno es señalarlo, en más de un 95% se debe a un conjunto de agresiones que ni en las peores guerras ni en los momentos más críticos de la Guerra Fría se habían vivido en país alguno en el mundo. Donde nos persiguen las cuentas para el acceso a alimentos, medicamentos, bienes e insumos necesarios para sostener la calidad de vida de nuestro pueblo. Un país sometido a un bloqueo comercial, financiero y económico sin precedentes. Un país donde marcadores ilegales de divisas manipulan el tipo de cambio sin obedecer ninguna regla de la ciencia económica, incluso violentando la propia lógica neoliberal del sistema hegemónico dominante. Donde nuestros servicios públicos fundamentales son objeto de acciones de vandalización y sabotaje. Donde se nos han ocasionado heridas terribles al cuerpo de la República. Usted como Alta Comsionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, debería de expresar eso ante la instancia que dirige.
Léase los informes de Alfred De Zayas (experto independiente de la ONU) donde no niega los problemas que sin duda el país afronta y vive, pero devela las causas reales de la "crisis" que vive el país. No le pido que sea complaciente con el gobierno de mi país, y que no alce su voz ante situaciones irregulares que deban ser corregidas. Le exijo que una vez que abandone mi país dentro de dos días, en Ginebra, cuando le corresponda presentar el balance de su viaje, diga la verdad, a pesar de los riesgos que ello pueda entrañarle.
Demuéstreme que el escepticismo que puedo tener acerca de su visita es un error o una equivocación de mi parte. Que pese al sistema mundo imperante, aún se puede confiar en el sistema de Naciones Unidas. Que comencemos de verdad a respetar el Derecho Internacional y que es una posición auténtica y real la búsqueda de soluciones diplomáticas, dialogadas y políticas a la actual coyuntura venezolana.
Realmente queremos, y que Naciones Unidas sea el garante, del cese de las agresiones multidimensionales y multiformes a nuestra patria. Que se levanten todas las medidas coercitivas unilaterales que colocan en una situación gravosa a los habitantes de mi país (independientemente de sus simpatías políticas), y que de verdad Naciones Unidas sea un auténtico veedor para la firma de un Acuerdo político de Gobernabilidad y paz, donde la oposición de derecha se le garantice el ejercicio pleno de sus derechos políticos, pero que cese en la apuesta de salidas violentas o de imposición de mal llamadas sanciones a la que ellos dicen es su Patria.
Estaré muy pendiente,más que de sus declaraciones que dé desde Venezuela, las que dará con posterioridad a su venida. Incluso en el Examen Periódico Universal, donde seguramente usted tendrá cosas que decir sobre lo que verá en esta Tierra de Gracia. Espero pueda demostrarme que estoy equivocado.
Sin más, le reiteró, bienvenida a Venezuela. Y espero que, en esta oportunidad, diga la verdad sobre la situación que afronta mi país.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
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