Juan Martorano
Indudablemente, el hecho que ha copado buena parte de la agenda mediática de portales web vinculados con sectores de la oposición, tiene que ver con la muerte, en extrañas circunstancias, del capitán de corbeta en situación de retiro, Rafael Acosta Arévalo. Y en ese sentido, hay que hacer algunas precisiones.
De hecho, el señor Patricio Silva, quien es articulista al igual que este servidor, imagino que leyendo mi artículo que precede a este, hizo algunos señalamientos, que para efectos de lo que pretendo señalar en este artículo, me voy a permitir reproducir:
"Se te pasó un detallito DONDE ESTABA EL DIRECTOR GENERAL DE LA DGCIM ? cuando sucedieron los hechos o es que el capitán de corbeta era un preso común ?
Hay suficientes elementos como para por lo menos preguntarse si fue un hecho aislado teniendo como antecedentes las OLP y el caso de Oscar Perez donde hubo uso desproporcionado de la fuerza, no te has preguntado como es que en un país donde hay 52 universidades publicas y privadas existan los pranatos y la delincuencia tenga tomado el país ?, no son acaso los delincuentes de los barrios a los que las OLP ataca con una crueldad única producto de la pobreza y falta de educación pues déjame decirte que Jorge Arreaza acaba de reconocer de que cada caja CLAP cuesta 20 dolares es decir 40 las dos mensuales.
saludos y un fuerte abrazo".
Agradeciendo la gentileza y el escrito de Patricio, me permito responder, y no sólo a él, sino de tratar en la medida de lo posible,de reflexionar sobre la muerte (¿o asesinato?) de este conspirador. Y trataré de hacerlo desde la promoción y defensa de los Derechos Humanos (pues soy un activista de los mismos) pero no con la visión hegemónica, sino con la visión crítica.
Con todo y lo que pueda criticarse al actual Gobierno, es importante que tengamos claro que desde hace por lo menos 20 años, no es política de Estado la violación sistemática de los Derechos Humanos. Si algo habrá que reconocerle a Chávez, y a Nicolás Maduro, es que no son ellos los que han impulsado prácticas terroristas ni de persecución,judicialización y criminalización de la disidencia política como ocurría durante las cuatro décadas que rigió la cuarta república, y sobre todo durante las dos primeras, donde dirigentes de la izquierda y guerrilleros fueron perseguidos y masacrados a mansalva, sin gozar del "debido proceso". Esto es algo que no se puede obviar.
Pero,no es menos cierto que los cambios en las estructuras del Estado, y sobre todo en lo concerniente a nuestros cuerpos de seguridad ciudadana e inteligencia (tanto civil como militar), sobre todo en lo cultural, aún haya tareas que realizar y por hacer. No puede negarse que hayan efectivos policiales y militares que puedan estar en prácticas totalmente deleznables y criticables desde todo punto de vista. Pero, también es bueno recordar, más allá de la terminología técnico-jurídica, que la responsabilidad penal de los que incurren en este tipo de hechos es personalísima.
Es importante que esto se ubique en su justo contexto, a fin de hacer un análisis lo más cercano a la realidad, desde mi modesto punto de vista, y en el marco de un debate dialéctico y constructivo.
Precisamente fue primero el propio Jefe de Estado venezolano, quien en uso de sus atribuciones legales y constitucionales, emplazó al Ministerio Público la apertura de una investigación para determinar las causas de la muerte de Acosta Arévalo. Y en pocas horas, esta institución emitió un comunicado donde ya procedió a la imputación de dos efectivos del DGCIM presuntamente implicados en la muerte de Acosta Arévalo.
Pero, sin negar las opiniones y las subjetividades de cada quien, es muy importante a propósito de este caso, más allá del revuelo, las manipulaciones y toda clase de piquetes que desde portales web de derecha introducen, aquí cabe realizarse algunas interrogantes: ¿A quién realmente conviene la muerte de Acosta Arévalo? ¿Al gobierno de Maduro? ¿O al sector de extrema derecha que representa en estos momentos Juan Guaidó?
Cabe recordar que el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo era una ficha fundamental y clave en la recientemente desarticulada "Operación Vuelvan Caras", ampliamente denunciada por el ministro y vicepresidente sectorial de comunicación, cultura y turismo, Jorge Rodríguez. Iba a tener una participación importante en el asalto al SEBIN y en el hurto de 15 blindados del Banco Central de Venezuela, los cuales perfectamente podrían ser utilizados para robos de dinero, oro y otros bienes de la República. De igual manera, es importante destacar que blindados como esos (para los que hemos tenido la oportunidad de observarlos de cerca) pueden ser perfectamente utilizados en una eventual toma de instituciones como la Vicepresidencia Ejecutiva de la República, el Ministerio del Poder Popular para las Finanzas o el propio Palacio de Miraflores, que le quedan en sus propias narices.
Acosta Arévalo manejaba información de primera mano sobre el plan operativo y la logística a disponer durante la ejecución de la "Operación Vuelvan Caras" durante los días 23 y 24 de junio de 2019, con los detalles revelados por Rodríguez, y que por ser un hecho público, notorio y comunicacional no voy a reproducir en este artículo.
Y seguramente, Acosta Arévalo debía tener conocimiento de la denominada "Operación Arquímedes", la cual pretende ser implementada el próximo jueves 4 de julio de 2019, tildándola de "batalla final", y un baño de sangre en las calles de Caracas y de toda Venezuela.
Casualmente, estas agrupaciones mercenarias y terroristas emplean el nombre de este científico griego, cuya frase más emblemática fue: "Dadme un punto de apoyo y moveré al mundo".¿Será que esta frase resume el basamento del nuevo Golpe de Estado que se pretende en el país? ¿Será que ese apoyo de esta nueva conspiración estará basado en el apoyo de mercenarios gringos e israelíes para "mover" a Venezuela y la instalación de un "Gobierno de Transición" con Juan Guaidó a la cabeza, sobre montañas de cadáveres?
¿Será que los agentes del DGCIM imputados en la muerte de Acosta Arévalo y otros posibles implicados habrían sido comprados por la CIA, para evitar que éste revelara detalles de los planes sobre Venezuela?
Y sobre todo: ¿Que casualidad la ocurrencia de esta muerte a la víspera de la publicación por parte de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, la ex presidenta chilena, Michelle Bachelet, de su informe sobre lo que ella "observó" de la situación en Venezuela, el próximo viernes 5 de julio, cuando conmemoraremos los 208 años de la Firma del Acta de nuestra Independencia, y fecha patria en nuestro país? También casualidad cuando el propio Juan Guaidó ha convocado a acciones de calle y a una movilización que partirá desde la sede del PNUD en Los Palos Grandes, hasta la sede del DGCIM, y que también éste instruyó a su delegación a no acudir a los diálogos junto a los voceros del Gobierno Bolivariano, así éstos se celebren en Barbados o Noruega.
Y que casualidad que todo esto se éste dando, mientras que en Caracas y otras ciudades de nuestra geografía nacional, están en pleno despliegue y operación avanzadas tácticas terroristas, con la clara misión de un accionar subversivo dirigido a generar ataques y asesinatos selectivos dirigidos hacia las bases chavistas, fundamentalmente a sus dirigentes medios y bajos con amplia capacidad de movilización a la hora que haya que hacerlo.
Pero este último aspecto será objeto de próximos artículos.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
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