miércoles, 23 de agosto de 2017

DICOM: ¿QUÉ RUMBO TOMARÁ LA POLÍTICA CAMBIARIA?


ANDRÉS VILLADIEGO. Especial para TP
Economista
Luego de varias semanas de anunciado, el pasado 31 de mayo comenzó a funcionar el nuevo sistema de asignación de Divisas Complementarias (DICOM), bajo la modalidad de la realización de subastas semanales.
En cinco semanas de funcionamiento, los primeros resultados indican ciertos avances en lo que se refiere a la regularidad y la transparencia del mecanismo de asignación, así como en lo relativo a la simplificación de los trámites para el acceso al sistema, lo cual ha permitido la asignación de divisas a casi 3.400 personas jurídicas y 47.500 personas naturales.
En total se han subastado 117,9 millones de dólares, de los cuales unos 102 millones (87%) han sido adquiridos por personas jurídicas, en su mayoría empresas privadas.
Sin embargo, existen algunos elementos que no han sido aclarados por la Comisión de Subastas, tales como el criterio en la fijación de la banda cambiaria, cuyo límite inferior comenzó en 1.800 Bs/US$ y se ha ido elevando progresivamente, o el mecanismo de determinación de la cantidad de divisas disponibles a subastar semanalmente.
Hasta ahora, el sistema de asignación electrónica utilizado privilegia a las posturas con un mayor precio, lo cual ha dado como resultado un ajuste al alza del límite superior de la banda, impulsando con ello una dinámica devaluacionista que ha llevado la cotización resultante de 2.010 Bs/US$ a 2.640 Bs/US$, un alza de 31,3%. Más aún, si se toma en cuenta que la tasa DICOM vigente antes de la activación del nuevo sistema era 728 Bs/US$, la devaluación ha sido de 262,6% en poco más de un mes.
Actuación especulativa
En cuanto a las cantidades asignadas, éstas presentaron un comportamiento creciente hasta la cuarta subasta, elevándose en 25,7% con respeto a la subasta inicial, sin embargo, en la quinta convocatoria el monto asignado cayó en 40,8%. Esto último se debió a la superación del límite superior de la banda por la mayoría de los demandantes de divisas, por lo que se aplicó el mecanismo de contingencia que se encuentra establecido en el artículo 3 del Convenio Cambiario Nº 38, según el cual el sistema «sólo considerará válidas las posturas inscritas en los motores productivos establecidos […] así como en los sectores económicos priorizados a tal fin».
Se impuso así una tendencia que beneficia a ciertos sectores y grupos económicos que apuestan a una mayor cotización del tipo de cambio, valiéndose de su mayor capacidad financiera.
También es necesario considerar que la tendencia al alza en la cotización DICOM puede ser producto de la incertidumbre en materia política que afecta al país, situación que además es aprovechada por algunos grupos empresariales para impulsar una ola especulativa en el sistema de asignación de divisas.
Es necesario por lo tanto establecer mecanismos para detener la actuación de especuladores y con ello frenar las expectativas devaluacionistas, por medio de la redefinición del criterio de asignación electrónica. Por ejemplo, se podría dar prioridad para la asignación de divisas a las posturas que se ubiquen cercanas al valor promedio de la banda, lo cual pudiera contribuir a controlar o al menos moderar el alza en la cotización.
Pero esto está supeditado al criterio de la Comisión de Subastas respecto a la fijación del tipo de cambio de referencia, criterio que hasta ahora no ha sido aclarado por el mencionado organismo.
Brecha que no se reduce
Unas de las razones principales que argumentaron las autoridades encargadas de gestionar la política cambiaria para la implementación del sistema de divisas complementarias (DICOM), es la necesidad de «torcerle el brazo» al dólar paralelo, el cual se ha convertido en los últimos años en el principal marcador de precios de la economía venezolana.
No obstante, luego de realizadas ocho subastas a través del sistema complementario, no se ha logrado detener el alza en la cotización del dólar en el mercado negro. Desde su implementación, la tasa DICOM se ha incrementado en 37,31%, mientras que la cotización del paralelo subió en 38,66%, lo cual es un claro indicativo de que no se ha logrado reducir la brecha existente entre ambos indicadores.
Por otra parte, a partir de la quinta subasta se ha recurrido al denominado mecanismo de contingencia para la asignación de divisas, con lo cual se ha favorecido a determinados sectores económicos (agroindustrial, manufacturo y farmacéutico), reduciendo además las tasas de devaluación en comparación con primeras subastas (ver gráfico anexo). Este último elemento si bien aporta cierta estabilidad en la cotización del tipo de cambio, no favorece a la totalidad de usuarios del sistema, introduciendo con ello elementos discrecionales en la asignación de divisas, que restan transparencia al proceso y que pueden incentivar la comisión de fraudes.
Lo más preocupante
A pesar de lo mencionado, la mayor atención debe concentrarse en el sistema de divisas protegidas (DIPRO), el cual sigue siendo el principal mecanismo de asignación, con una tasa de cambio irracionalmente baja (10 Bs/US$), cuyo mecanismo de asignación, montos asignados, destinatarios y utilización se mantienen en completa opacidad.
Los últimos datos publicados por el BCV a final de 2016, dan cuenta de que más del 90% de las divisas fueron asignadas a través de este sistema, pero además de ese dato, no existe mayor información oficial acerca de su funcionamiento, ni existen indicios de que se tomarán medidas para darle mayor transparencia.
Las autoridades en materia económica justifican la existencia de la tasa DIPRO en el hecho de que las divisas asignadas por dicho sistema son utilizadas para cubrir las necesidades de importación de alimentos y medicinas. Sin embargo, el resultado de dicha política no es palpable por el grueso de la población trabajadora, la cual se ve afectada tanto por la escasez de alimentos y medicinas, como por los elevados precios de dichos rubros, haciéndose evidente que el DIPRO ha sido complemente inútil en lo que respecta al control de la inflación.
Si bien el DICOM ha significado un paso en la dirección correcta en términos de regularidad y transparencia en la asignación de divisas, su funcionamiento difícilmente puede ser exitoso mientras más del 90% de las divisas sigan siendo asignadas mediante un sistema que además de opaco, no ha cumplido con los objetivos de política económica de abastecimiento y estabilidad de los precios, y que por el contrario, se ha constituido en una fuente para el fraude importador, la fuga de capitales y el desvío de divisas hacia el mercado paralelo.

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