ASALIA VENEGAS S.
Por estos días y a propósito de los actos genocidas que emprendió Estados Unidos y sus aliados de la Otan contra los gobiernos de Afganistán, Irak, Libia y Siria, hay un drama humano de la gente que intenta escapar de los fragores de la guerra y la destrucción y huyen -dejando todo atrás- intentando resguardar sus vidas y la de sus hijos. Embarcaciones frágiles, cruce de túneles o largas caminatas. Cualquier medio es válido.
Europa se horroriza, porque los que emigran de esta debacle ocasionada por las potencias, buscan entrar al continente más cercano. La eurozona hace cálculos de los altísimos costos que ocasionará la presencia de los emigrantes. Estados Unidos luce totalmente indiferente y es el principal responsable de este drama. El papa Francisco hace urgentes llamados para que ayuden a paliar esta situación. ¡Esta sí que es una crisis humanitaria!
Allende los mares, el gobierno venezolano toma la decisión soberana de cerrar su frontera con Colombia, la cual tiene más de 2 mil kms de empalme, y declara el estado de excepción en 10 municipios del Táchira. Esta medida fue precedida por la exacerbación del contrabando de extracción -de productos subsidiados y de gasolina- ante la mirada indolente de Colombia, que perjudicó fuertemente a nuestro país.
A ello, se suma la especulación con la moneda venezolana y el ataque paramilitar a un puesto en la frontera, donde hubo tres guardias heridos. El cierre fronterizo encendió las voces opositoras. El Procurador y el Fiscal de Colombia señalan que llevarán a Venezuela a la Corte Penal Internacional. ¡Insólito! El alcalde de Cúcuta nos acusa de violación de los derechos humanos. Intentaron que la OEA discutiera el caso y salieron derrotados.
La seguridad y el desangre económico contra Venezuela legitima la medida de cierre fronterizo. Toda la derecha se pronunció: condena al gobierno, lo acusa con los peores epítetos. Las potencias cínicamente no asumen su responsabilidad en el daño a los países árabes, pero cuestionan a Venezuela. Hablan de los deportados -cifra ínfima- pero ni mencionan a los 6 millones de colombianos que residen acá. Venezuela ha solucionado el drama que viven los refugiados de Colombia, que escapan de la guerra y del paramilitarismo.
Asalia Venegas
Profesora UCV
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