por Gissel Molina
Caracas, 05 Mar. AVN.- En una ocasión el
lingüísta e intelectual estadounidense Noam Chomsky explicó que el
imperialismo utiliza, de manera sistemática, tácticas como la
humillación y el terror como una suerte de asedio simbólico para el
desagaste moral de los pueblos que desea subyugar. Venezuela estuvo
presa por años a esos atropellos y mecanismos de sometimiento, pero
empezó a liberarse a partir de 1998 cuando el pueblo decidió su propio
camino con la Revolución Bolivariana.
Conciente de la importancia de construir
una nueva República, libre e independiente en acción y decisión, la
mayoría del pueblo venezolano, con Hugo Chávez al frente, dio al traste
con los intereses de Estados Unidos, al declarar su carácter
antiimperilista para avanzar, en paz y con soberanía, hacia una sociedad
más justa e inclusiva.
Fue aquella tarde del domingo 29 de
febrero de 2004, cuando en medio de una multitud que llenó las calles de
Caracas, el Comandante Chávez advertía que los intereses de EEUU de
plagar de miseria y hambre los pueblos de América a costa de lograr sus
objetivos, en la actualidad no ha cambiado y no son para nada distintos a
los de la época de nuestro Libertador Simón Bolívar.
“Es impresionante cómo Bolívar vislumbró
aquello a la altura de un profeta, una profecía práctica fue lo que
Bolívar lanzó, iluminado por el pueblo mismo, iluminado por la lucha
revolucionaria que condujo durante casi veinte años, desde estas costas
caribeñas, hasta allá, hasta la querida Bolivia, queriendo darle
libertad y unión, igualdad y vida a los pueblos de este continente
atropellado por el colonialismo durante siglos”, recordó Chávez esa
tarde de febrero de 2004, mientras el pueblo manifestaba al unísono “No
al imperialismo”.
Ese carácter antiimperialista de la
Revolución Bolivariana, impulsado por el Comandante Chávez, se convirtió
en ejemplo de valentía y dignidad para los pueblos de América Latina y
el mundo, con lo cual resurgió la necesidad histórica de los pueblos de
despredenderse del tutelaje colonial gringo y de labrar su propio camino
con verdadero ejercicio de la soberanía .
Pero el camino de exigir respeto a la
soberanía y autodeterminación de los pueblos no iba hacer fácil. En
Venezuela, por ejemplo -explicaba Chávez, en esa masiva concentarción
popular de febrero de 2004- el imperio ha apoyado y financiado a los
sectores extremistas del país y los ha guiado a tomar caminos
antidemocráticos para asaltar, por la vía de la violencia, el poder
legítimo del pueblo.
Las acciones violentas, las guarimbas,
las intentonas golpistas, sabotaje a la industria petrolera, paros
patronales, guerra económica y mediática, todas derivan de ese tutelaje
colonial que aún, incluso hasta nuestros días, predominan en sectores
adversos a los avances sociales que el pueblo venezolano ha consquistado
durante 15 años con la Revolución Bolivariana.
Se trata pues de combatir, como lo dijera
Chávez El 20 de septiembre de 2006, en su discurso ante la Asamblea
General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), a la más grande
amenaza que se cierne en el mundo: el imperialismo norteamericano.
“El imperialismo norteamericano
-parafraseando a Chomsky, en su libro Hegemonía o Supervivencia. La
estrategia imperialista de Estados Unidos-está haciendo desesperados
esfuerzos por consolidar su sistema hegemónico de dominación”, manifestó
Chávez en la ONU.
Durante
su interveción, Chávez enfatizó en la importancia de no “permitir que
se instale la dictadura mundial, que se consolide pues la dictadura
mundial (EEUU) (…) Ellos quieren imponernos el modelo democrático como
lo conciben, la falsa democracia de las elites, y además un modelo
democrático muy original, impuesto a bombazos, a bombardeos y a punta de
invasiones y de cañonazos. ¡Vaya qué democracia!”.
Recordaba Chávez que por esa vocación
antiimperialista, que había traspasado las fronteras de Venezuela, era
tildado de extremista por las élites de EEUU, a lo que respondió: “No,
no es que somos extremistas, lo que pasa es que el mundo está
despertando y por todos lados insurgimos los pueblos”.
En ese momento Chávez hablaba de lo que
hoy es una realidad concreta: el carácter antiimperialista que brota,
con cada vez más fuerza, en las entrañas de los pueblos del mundo.
“Yo tengo la impresión señor dictador
imperialista que usted (refiriéndose al entonces presidente Geroge W.
Bush) va a vivir el resto de sus días con una pesadilla, porque por
dondequiera que vea vamos a surgir nosotros, los que insurgimos contra
el imperialismo norteamericano, los que clamamos por la libertad plena
del mundo, por la igualdad de los pueblos, por el respeto a la soberanía
de las naciones. Sí, nos llaman extremistas, insurgimos contra el
Imperio, insurgimos contra el modelo de dominación”, recalcaba.
Bolivia, Ecuador, Argentina, por
mencionar algunos países, han declarado su vocación antiimperialista y
con ello han podido desarrollar, con libertad, políticas públicas
orientadas a mejorar la calidad de los pueblos y no a favorecer los
intereses del imperialismo norteamericano.
Desde entonces, el imperialismo ha
emprendido una embestida contra ésos y varios países de América Latina.
Sin embargo, la región ha salido victoriosa a través de la unidad y de
una nueva geopolítica de integración, siempre apuntalada por Chávez,
quien se mantuvo siempre a la vanguardia de ese espíritu rebelde.
El 08 de septiembre de 2008, cuando
Bolivia denunció acciones injerencistas por parte del gobierno de
Estados Unidos, el Comandante Chávez fue tajante en defender la dignidad
del sur: “¡Váyanse al carajo, yanquis !…¡Aquí hay un pueblo digno!
¡Váyanse al carajo cien veces!…¡Ya basta de tanta mierda de ustedes,
yanquis de mierda!”, manifestó con valentía y en solidaridad con su par
boliviano, Evo Morales, sobre las acciones intromisión del embajador de
Estados Unidos en La Paz, Philip Goldberg.
Goldberg
estaba a la cabeza de la división de Bolivia y además promovía un plan
para desestabilizar contra ese país, un sello característico de Estados
Unidos para frenar a gobiernos progresistas en Surámerica.
“¡Ojalá, algún día, pronto, más pronto
que tarde ese país tenga un Gobierno que respete a los pueblos y a los
gobiernos América Latina! porque nosotros merecemos respeto”, enfatizaba
el Comandante Chávez.
Y, desde hace un par de años, tras la
partida física del Comandante Chávez, se han acrecentado los ataques y
agresiones contra el pueblo de Venezuela por parte del imperialismo.
Bien lo decía el Comandante de la Revolución Bolivariana el 8 de
diciembre de 2012: “No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas
difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la restauración del
capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria”.
Actualmente el gobierno norteamericano ha
emprendido acciones injerencistas contra la Revolución Bolivarianas, y
ahora contra el presidente de la República, Nicolas Maduro, quien está
al frente de la Revolución Bolivariana siguiendo el legado de Chávez de
continuar la lucha antiimperialista para que Venezuela y los pueblos del
mundo puedan seguir avanzando en paz y con plena soberanía.
“Como yo he heredado muchas cosas del
Comandante Chávez, ahora el gobierno actual del presidente Obama, al
cual respeto, es el presidente del imperio estadounidense, me está
acusando a mi de ser antiestadounidense”, dijo este martes el Presidente
Maduro.
Frente a la manipulación gringa, el Jefe
de Estado destacó que Venezuela, desde Chávez y revindicando a Simón
Bolívar, ha “asumido una postura firme antiimperialista en el
pensamiento de (el Libertador, Simón) Bolívar y (el ex presidente, Hugo)
Chávez, hay toda una campaña para hacer creer que somos
antiestadounidenses. No, no soy ni somos antiestadounidenses, somos
antiimperialistas, anticolonialistas, antiesclavistas, antiracistas”.
Durante el año 2014, el gobierno de
Estados Unidos emitió un total de 103 documentos injerencistas contra
Venezuela; y en lo que va de 2015 ha emitido 65 documentos contra la
soberanía y el principio de autodeterminación del pueblo venezolano
Pese a estas nuevas arremetidas del
imperalismo, y a dos años de la siembra del Comandante Chávez, el pueblo
venezolano seguirá triunfando en revolución y construyendo la patria
socialista.
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