Roland Denis
El imperialismo, en todas sus versiones mundiales, es un monstruo
saqueador y asesino que no tiene límites. Pero también es tan estúpido
como su naturaleza que no es otra cosa que la del desesperado buscando
en cualquier rincón del mundo el seguro para su reproducción mercantil y
los recursos básicos de su sobrevivencia. Con mucho menos “alma”
civilizatoria que los viejos colonialismos, el imperio hoy por hoy es
una bestia vacía que busca socios o impone a sangre y fuego –o la
amenaza que es lo mismo- la sociedad servil de los pueblos. Una
calamidad que se va rehaciendo y deshaciendo con el mismo tenor que la
carita del negrito bufón que tienen en la Casa Blanca, muy simpático y
jovial en sus inicios y ahora con una fantástica cara de viejo
desgastado con ojos pálidos que perdieron entre los muros de sus
verdaderos amos toda su picatezca inicial.
Bestias que ya no les interesa si tienen que apoyar a los nazis de
Ucrania para imponer sus intereses por allá, o a los bárbaros de ISIS
dentro de una tierra ancestral que si no fuese por el milagro que brota
de las resistencias de los pueblos, la hubiesen envuelto entera en su
polvo contaminado de uranio.
Muchos de los analistas, de las izquierdas y derechas, se la quieren dar
de genios armando todos los días juegos de estrategia geopolítica de
oriente y occidente, buscando aquí y allá cómo se mueven las curvaturas
de cada agente de este poderoso imperio del capital: EEUU-Europa vs
China-Rusia y nuevos acólitos por el sur, quien gana quien pierde, quien
se agranda quien se achica. Muy interesante todo para un juego de
sombis estratégicos que a la final no se sabe ni para qué sirven, sino
para recordarnos lo chiquititos e insignificantes que somos quienes no
estamos anotados dentro de los amos estatales y corporativos que son los
grandes beneficiarios del asunto imperialista.
El imperio se mueve con lógicas de número, con un sinfín de instrumentos
de cálculo que le dan la clave de sus movimientos, siempre determinados
por la lógica de la succión voluntaria o impuesta de un nuevo quantum
de espacio y riqueza fuera de sus propios límites. Eso es lo que los
hace terriblemente destructivos pero a la vez estúpidos. Aquí los
pueblos no existen salvo en la medida en que sirven para agrandar el
quantum succionado, y para lo cual no hay ética ni principio de ninguna
clase. ¿Y qué pasa cuando no funcionan así, cuando no les sirven a
imperio alguno?. Son por supuesto acusados desde terroristas hasta viles
maltradores de los DDHH y la libertad de expresión, marginados, y si no
muerden mucho ignorados o pateados, utilizando todas las nervaturas del
orden mundial que no se sepa nada de los terribles crímenes que operan
contra estos pueblos, convirtiéndolos en víctimas que lloran sus penas
rondando su queja por el mundo entero sin fuerza, sin vida. De esto esta
colmado -y agrandándose todos los días- el resentimiento mundial contra
estas bestias.
Pero insistimos quien se mueve con esta lógica a la final es un
grandísimo estúpido. Y una prueba más de su estupidez está en que luego
de gigantescas maniobras estratégicas y genocidas en el Medio Oriente
desde que comenzó la primera invasión a Irak comenzando los años noventa
hasta hoy, podemos decir que todo les iba muy bien porque todo ha sido
destrucción, fragmentación, ordenes precarios impuestos y a su
dirección, en un destino que no importa por los pueblos porque el
quantum petrolero, gasífero que era el objetivo, ya está casi totalmente
en sus manos. Pero no contaban con la astucia, y no precisamente del
chapulín colorado, sino de la fuerza revolucionaria de los pueblos
inesperados.
La situación terminó por reventarles en una pequeña zona al norte de
Siria en la frontera con Turquía. Siria entre revueltas internas
iniciales y luego la intervención del fascismo regional ético-religioso
financiado por los países del golfo, Arabia Saudita y Turquía, armado
por los EEUU, Europa e Israel, se hizo trizas. Lo que llamaríamos el
“antimperialismo de la víctima resentida”, hace su apuesta por el
gobierno Sirio, anotado con los intereses de Rusia e Irán. Pero en
definitiva es la misma lógica, allí no ha habido nada que realmente
hable en función de la emancipación de los pueblos. Es solo eso: la
víctima resentida, representada en un gobierno harto cuestionado y
neoliberal. Algo muy parecido a lo que pasó con Hussein en Irak, con el
mismo origen de partido que es el Baas (vieja apuesta laica-nacionalista
árabe, originada en los tiempos de Nasser y luego totalmente deformada
en Irak y Siria).
La revolución que se desata desde Rojava
Una oscuridad generalizada es lo que veíamos asomarse, empeorada hasta
el vómito por la emergencia de los bárbaros del ISiS en Siria, Irak y
Libia. Apoderándose de bases petroleras y armando un descomunal ejército
de fanáticos religiosos. Sucede entonces que en ese pequeño territorio
Kurdo, que llaman Rojava, la resistencia inicial de las milicias del YPG
y YPJ (milicias de hombres y mujeres autónomas) y el apoyo del PKK
(Partido de los Trabajadores de Kurdistán) originario de Turquía, y la
Asociación de Comunidades del Kurdistán, impide que estos pueblos se
deshagan en este trágico destino, forzado por la invasión imperial. Por
el contrario ponen en movimiento una revolución socio-cultural que
cambia por completo todo el panorama hegemónico del medio oriente. Se
produce un proceso de liberación de la mujer (algo extraordinario en
países donde aún privan formas de patriarcado feudal), destacándose como
las milicias al frente de la resistencia, y su papel equivalente
político y social. Se estimula una economía autogestionaria y
cooperativa. Es decir, al interno de los cantones ponen desde toda su
radicalidad su tesis libertaria de la Confederación Democrática, que se
parece mucho a los primeros años de los soviets en la URSS o las
colectividades anarquistas de la España revolucionaria de los años 30.
Se integran todos los pueblos y religiones en comunidades
autogobernantes que asumen el gobierno de los cantones desde una
posición de no-Estado: no quieren ser Estado, son espacios autónomos de
gobernabilidad directa y horizontal del pueblo que no se confunden con
lo que han llamado “la modernidad capitalista y estatista” sino de
“modernidad democrática”, socialista y libertaria.
Pero la revolución de Rojava le demuestra la imbecilidad al imperialismo
en toda su profundidad desde el momento en que los bárbaros del Estado
Islámico ISIS deciden atacar y tomar Kobane, ciudad principal de los
cantones de Rojava. Desde Octubre la batalla es terrible, de milicias
con solo ametralladoras y RPG enfrentadas a tanques y cañones, con
capacidad aérea y de transporte absolutamente superior, además del apoyo
estratégico y callado del Estado Turco que cierra sus fronteras. Todo
parecía desmoronarse hasta que solo el heroísmo de una auténtica
revolución con las mujeres al frente logran romper el cerco, retomar
Kobane y liberarla por completo en el mes de Febrero, derrotando al ISIS
(¡desesperados además porque asumen que quien muere en armas de una
mujer jamás podrá ir al cielo!, pobrecitos). Mientras tanto el
imperialismo, principal razón de la existencia de estos bárbaros, ante
el mundo no le queda otra salida a su vergüenza que afirmar su supuesto
apoyo a la resistencia en Kobane, ya que son “democráticos y modernos”.
Falso, si a caso abran lanzado algunos armamentos, pero nada han hecho
contra el ISIS, ni lo harán.
Quedaron moralmente destrozados, igual que el estado Turco, obligados a
darle un apoyo de palabra a las organizaciones que todavía hoy
consideran “terroristas” (el PKK para la OTAN es una organización
terrorista, y quien los apoyo o se junte a ellos va preso, algo ya
probado en España). El imperialismo quedó hecho un “tigre de papel”, un
imbécil que ya no sabe ni cómo justificar su acción asesina en el medio
oriente, y no por las lágrimas de las víctimas, que al igual que las
Palestinas en nada les importa, sino por la irrupción libertaria y armas
en mano, que el pueblo Kurdo ha podido mantener y convertirla en
victoria liberadora, sostenidos en una revolución social que vale de
ejemplo a toda la humanidad.
A la liberación de Kobane le ha seguido una contraofensiva que según las
informaciones que tenemos son más de ciento y tantos poblados liberados
a continuación por las YPG y YPJ. La contraofensiva continúa hasta
llegar al eje estratégico de Kirdil en Irak donde estarían las bases
petroleras en control del ISIS. Allí empieza a producirse una alianza
forzada entre el Estado Sirio, el gobierno de Irak y la avanzada
miliciana Kurda. Si esto se da el imbécil imperialismo quedará
totalmente desarmado y la victoria, más allá del Kurdistán, de la
“revolución de las confederaciones democráticas” en todo el medio
oriente y el conjunto de sus pueblos (con la posibilidad de incluir a
los judíos de Israel en ella como ofrece Ocalam, líder histórico de los
Kurdos y del PKK en su proclama en favor de la “confederación
democrática” como tesis política de liberación) puede tomar una fuerza
que impactaría el mundo entero. Más allá de las tácticas de guerra lo
que está ganando en el medio oriente es una revolución social y cultural
profunda liderizada por esa parte de Kurdos que han abandonado todo
nacionalismo y estatismo –y por supuesto todo fundamentalismo- y se han
ubicado dentro de un horizonte histórico de emancipación a todos los
pueblos del medio oriente, de sus liberación con todas las ataduras
ancestrales feudales y la “modernidad capitalista”, poniendo su esfuerzo
y su sangre en primer lugar de la batalla.
En estos días con la fiesta del Newroz, fiesta nacional de los Kurdos,
dos millones de personas se han congregado en Erbil dentro de la Turquía
kurda. Gentes y comunidades venidas de Iran, Irak, Siria, Turquía, se
han congregado allí, para darle el apoyo a la lucha Kurda, a la
liberación Ocalam, quien se consagra como un líder histórico 15 años
preso en Turquía, a la propuesta del fin de la lucha armada en Turquía
desplazando sus guerrillas hacia Siria e Irak. Entendamos que dentro de
Turquía ¡todavía no está permitido hablar en Kurdo, mucho menos su
reconocimiento!, sin embargo, se ha roto por completo el cerco político y
cultural que ha costado la vida de miles en aquel país. Dos millones de
personas han cantado La Internacional (¡retumbo de nuevo en orgasmos la
tumba de Carlos Marx, me decía una compañera!), haciendo homenaje a una
revolución que se hace en nombre de toda la humanidad, como ellos
mismos dicen. Dos millones han desplegado una alegría y una música
hermosa, un baile compartido de un pueblo milenario que desde hace
décadas no veíamos por los pueblos del medio oriente.
La batalla continúa, nada está descrito dentro de una situación tan
terrible como la que ha han creado todas las fuerzas imperiales en el
medio oriente, apoyados por lo últimos cónsules y fanáticos, más el
istmo imperialista de Israel. Pero ya sabemos, ante la insurgencia
emancipadora de los pueblos el imperialismo es un imbécil sin ideas ni
armas. ¿Podrá triunfar finalmente?, ninguna seguridad, más que el
heroísmo del cual han probado estar dispuestos a entregar, para abrazar
toda nuestra esperanza; todos nuestro corazón estos con ellas y ellos.
Que más sino darle todo nuestro apoyo concreto y organizado a ese
acontecimiento milagroso de la revolución Kurda y su expansión. Y qué
tristeza también que nuestro gobierno, en situaciones de tensión y
amenazas frente a este imbécil imperialismo no se le haya ocurrido ni
siquiera darle un saludo a ese pueblo ejemplar, saliéndose él también de
la manipulación y la llorantina de las víctimas y atreverse a ir más
allá de la lógica geopolítica de los intereses nacionales (Venezuela
como país que el caso del medio oriente nada puede hablar sobre esta
revolución por sus lazos con Turquía, con Irán, con Rusia, con Siria).
Pero no importa, esa solidaridad y ese saludo se lo daremos como pueblo
bolivariano, libertario y socialista, a fin y al cabo allá y aquí la
revolución le pertenece a los pueblos no a los gobiernos que dicen
representarla.
Invitamos a unirse al Comité de Solidaridad con el Pueblo Kurdo, versión
Venezuela ya constituido..correo: solidaridadconkurdistan@gmail.com,
Facebook: Comité de Solidaridad con el Pueblo Kurdo-Venezuela. Página
Otrapolítica.org.ve
Luchador popular revolucionario de larga trayectoria en la izquierda
venezolana. Graduado en Filosofía en la UCV. Fue viceministro de
Planificación y Desarrollo entre 2002 y 2003. En lo 80s militó en el
movimiento La Desobediencia y luego en el Proyecto Nuestramerica /
Movimiento 13 de Abril. Es autor de los libros Los Fabricantes de la Rebelión (2001) y Las Tres Repúblicas (2012).
jansamcar@gmail.com
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