Eleazar Díaz Rangel.
Aparentemente, no tenía los objetivos claros de un típico golpe de Estado, pero era evidente que buscaba la desestabilización y generar un caos...
Aparentemente, no tenía los objetivos claros de un típico golpe de Estado, pero era evidente que buscaba la desestabilización y generar un caos...
En la pequeña historia del golpismo en Venezuela y de la
injerencia de Estados Unidos, puse en evidencia la complicidad de ese
país en el golpe de abril de 2002. (4 de mayo de 2003) Se los resumo: la
Embajada de China ofrecía una recepción el 8 de abril en el Meliá para
despedir a su agregado militar, escenario que aprovechó el capitán de
navío David H. Cazares, agregado naval de EEUU, para acercarse al
general de brigada Roberto González Cárdenas y le preguntó “por qué no
han contactado los buques ubicados en nuestras costas y el submarino
fondeado en la bahía de La Guaira en este momento”. El marino
estadounidense se había equivocado, no era ese el militar venezolano que
buscaba para esas preguntas. Siguió localizándolo.
Cuatro
días después, el 12, en la sede de la Dirección de Inteligencia de la
FAV, a las 5 pm, el agregado aéreo de EEUU, coronel Donald F. MacCarty,
solicitaba autorización para cambiar un sobrevuelo, en realidad para un
nuevo vuelo de un Hércules C-130 cuya carga “diplomática” contenía 5 kg
de baterías de litio, 5 kg de oxígeno comprimido clases 2,2, 56 kg de
municiones 1.4, 30 kg cartuchos de señalización, 40 kg de cartuchos de
demolición y 2 kg de detonadores.
En esos
mismos días se detectaron vuelos de un avión USA, así como de un
helicóptero cerca de La Orchila. Tenían misiones, junto con los buques,
el submarino y el Hércules, que aparentemente no se ejecutaron por
errores en las comunicaciones y conexiones.
Poco
después (24/6/02), el presidente Chávez dijo: “Pero como sabemos, la
conspiración de la oligarquía continuó su marcha, como hoy continúa
también. Ni ha terminado, solo que la derrota los ha minimizado”.
Luego
se produjeron los sucesos de Altamira, durante el paro patronal y el
sabotaje petrolero, pero ni en momentos en que pareció más frágil el
gobierno de Chavez se produjo un alzamiento o algo parecido de alguna
unidad de combate de la Fanb. No obstante ello, tal como hicieron en
Chile, intentaron infiltrarse. Lo han pretendido siempre y lo seguirán
haciendo.
Debió ser la primera vez que quedó al
descubierto la injerencia de Washington en las intentos golpistas; esa
conspiración amainaba, pero no cesó nunca. Siempre estuvo en estudio, de
bajo perfil, y desde mayo de 2004 se hizo más activa y gradualmente se
desarrollaron lo que ahora se ha definido como “guerra económica”,
acciones en el frente mediático nacional e internacional. Recuerden que
al día siguiente del anuncio de Obama de reanudar relaciones con Cuba,
firmó la ley para juzgar y sancionar a altos funcionarios venezolanos.
Con cierta regularidad se detectan indicios de intromisión, algunas de
las cuales han sido denunciadas, e incluso se han tomado acciones como
la expulsión de oficiales responsables de tratar de infiltrarse en la
Fanb y de funcionarios consulares.
De suerte
que este reciente intento no debe sorprendernos. Aparentemente, no tenía
los objetivos claros de un típico golpe de Estado, pero era evidente
que buscaba la desestabilización y generar un caos que ayudara a crear
las condiciones para un eventual desplazamiento del presidente Maduro.
Persistirán.
No lo olvidemos. Mientras Venezuela tenga las más grandes reservas de
petróleo del mundo, el déficit energético de EEUU crezca y siga
irradiando hacia los países de la región, con tan malos ejemplos,
seguirá siendo un objetivo. Volverán… y seguramente fracasarán.
¿Qué
porcentaje de venezolanos creyó la palabra del alto Gobierno sobre el
denunciado golpe? No ha habido encuesta para obtener una respuesta
aproximada. Personalmente, creo que el Gobierno debe hacer un esfuerzo
mayor para lograr que más y más venezolanos tengan confianza en sus
denuncias. Y en ese sentido, pienso que el juicio a los presuntos
responsables, militares y civiles, debe ser lo más abierto posible, que
permita conocer las pruebas, los indicios, las declaraciones y las
acusaciones de los involucrados, que ayude a despejar las dudas. Está
bien que regularmente Cabello y Rodríguez informen al país de nuevos
elementos, pero esas comparecencias deben ser reforzadas.
El
problema de la credibilidad del Gobierno, de generar confianza en torno
a esas graves denuncias, deben tomarlo como algo prioritario en la
política comunicacional. Se puso de manifiesto otra vez con el
allanamiento y la detención del alcalde Antonio Ledezma. Durante horas,
el país estuvo recibiendo por las redes sociales informaciones generadas
por la parte afectada y nadie del Gobierno ni del partido hablaba hasta
que el Presidente lo hiciera.
¿Y quién le
dio autoridad a EEUU para pretender “encauzar” la democracia venezolana
por los derroteros que interesen a la Casa Blanca? Hace poco, el
presidente Obama habló de torcerles el brazo a aquellos países que no
hagan lo que ellos quieran, y ahora anuncian que, en el caso de
Venezuela, los “encauzarán”.
El uruguayo Luis
Almagro luce un poco atrasado con ese programa para hacerse elegir
secretario general de la OEA. Entre sus objetivos, propicia el regreso
de Cuba a la OEA, cuando inequívoca y reiteradamente La Habana ha
descartado esa posibilidad. Impensable que revise esa decisión
precisamente en esta época de integración latinoamericana y caribeña y
de decadencia de la OEA.
El Gobierno
argentino denunció ayer que se está fraguando un “golpe suave” para
desestabilizar y desplazar a la presidenta Cristina Fernández.
Washington tiene experiencia con los “golpes constitucionales”, en
Paraguay contra el presidente Lugo y en Honduras contra Zelaya. Se trata
de golpes atípicos, no comparables con los clásicos ocurridos en el
siglo XX en América Latina. En Buenos Aires hubo una manifestación de
apoyo a Cristina.
Las agencias no lo dijeron,
pero la Corte Suprema de Justicia, de Colombia, dictó hace poco una
sentencia que anula otra de un tribunal que prohibía los toros en
Bogotá. De manera que está reabierta una tradicional plaza de toros de
la región.
Movilizaciones en España contra la
ley mordaza, que restringe severamente la libertad de prensa en ese
país. Pero allá se pretende denunciar que desde Venezuela se quiere
interferir la feroz campaña mediática contra Venezuela.
Están
invitados el jueves al foro sobre el impacto del incremento del precio
de la gasolina en la sociedad, a las 9 am en el auditorio del edificio
Grupo ÚN, avenida Rómulo Gallegos, y mañana a las 7 am en Globovisión
para comentar la situación del país.
Business-Venezuela
de diciembre de 2014 ofrece interesantes estadísticas sobre las 100
compañías más importantes. El número de empleados en el área
financiera: Banesco bajó de 13.105 en 2012 a 12.960, el Banco de
Venezuela de 15.092 está en 10.695 y el Bicentenario bajó de 11.817 en
2013 a 9.590 en el 2014; en cambio, en otras áreas, Farmatodo subió de
6.409 a 8.131 y Coca-Cola de 7.386 a 7.846. ¿Contradictorias?
Si
hubo 150 mil funcionarios distribuidos durante los Carnavales para los
estimados 4.600.000 temporadistas, correspondía a cada uno “atender” a
30 personas, pero como concurrieron muchos más (6.700.000), lo que se
entiende por un pelón, cada uno debió asumir 40.
Eleazar Díaz Rangel
edrangel@grupo-un.com
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