Alice Socorro Peña Maldonado
Formémonos una patria a toda costa y todo lo demás será tolerable” (Simón Bolívar)
El pasado domingo en el programa del periodista José Vicente Rangel se
presentó Óscar Schemel, presidente de la encuestadora Hinterlaces, quien
indicó que es urgente restablecer los niveles de esperanza en las
venezolanas y venezolanos, no basta con llenar los anaqueles de
alimentos y medicinas, "no es suficiente llenar los estómagos, hay que
llenar los corazones y las mentes". Además, explicó que las guerras
políticas y de dominación en la actualidad, son guerras psicosociales
basadas en "actividades subversivas encubiertas a través de técnicas
avanzadas de lucha psicosocial. Hoy Venezuela como nunca antes es objeto
de una feroz guerra psicosocial que incluye además la guerra económica
(…) se trata de producir una acumulación de angustia, de crear un clima
de incertidumbre, desasosiego, desprotección y vulnerabilidad que genere
respuestas neuróticas". (Fuente: http://www.aporrea.org/ actualidad/n265659.html).
Todos hemos pasado por situaciones que nos reportaron muchos
aprendizajes luego de superados estos. Situaciones que nos hacen
reconocer nuestros propios límites o el de los demás, no hacen
vulnerables frente a las cosas, personas y situaciones que nos genera
miedos y culpas, pues en el fondo, pretendemos o deseamos cambiar o
tener control.
Experiencias límites pueden ser una penosa enfermedad, un amor no
correspondido, la pérdida de un trabajo, la muerte de una persona
querida, o el deseo impaciente que las cosas sean como queremos que
sean, entre otras. Cada persona al enfrentar estas situaciones puede
derivar diversas conductas y comportamientos dependiendo de sus
capacidades, valores y talentos o reforzar sus propias debilidades y que
lo desgastan pudiendo generar procesos psicopatológicos de largo
alcance.
Lo que aquí nos detiene es apostar por la capacidad que tenemos como
sujetos históricos para sobreponernos a períodos de dolor emocional y
situaciones adversas y hacer de los obstáculos y vicisitudes de la vida
una oportunidad para superar, aprender y fortalecerse. Cuando un sujeto o
grupo social es capaz de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia
adecuada, y puede sobreponerse a contratiempos incluso resultar
fortalecido por éstos. Esto es conocido en la psicología positiva como
la resiliencia. Este concepto se corresponde con el término «entereza».
La resiliencia, "es el convencimiento que tiene un individuo o equipo en
superar los obstáculos de manera exitosa sin pensar en la derrota a
pesar de que los resultados estén en contra, al final surge un
comportamiento ejemplar a destacar en situaciones de incertidumbre con
resultados altamente positivos." Esa capacidad de resistencia se prueba
en situaciones de fuerte y prolongado estrés”, como por ejemplo la
pérdida o ausencia de un ser querido, prolongadas enfermedades o
situaciones adversas, fracasos o decepciones de la vida, catástrofes y
pobrezas inesperadas (Machacon, 2011, Aspectos vividos).
Ahora se trata de aprender frente a las circunstancias que se nos
presenta en la vida, para esto es necesario encontrarnos con nosotros
mismos a través de la reflexión de la realidad y la meditación de
nuestras emociones. Pero también encontrarnos con otros para reflexionar
juntos. Lo que se requiere información y conocimiento por tanto
abrirnos al conocer profundo de lo que nos ocurre e impacta en nosotros; aunque en un primer momento no lo entendamos es aceptar las cosas como son
y no como quisiéramos nosotros que fueran; tener la actitud humilde de
encontrar en las cosas una enseñanza que es necesaria tarde o temprano aprender; asumir con responsabilidad de
nuestras propias equivocaciones y errores por las decisiones tomadas o
perdonar a las personas que causan nuestra situación límite. Cuantas veces tenemos que asumir incluso toda la responsabilidad para "salvarnos a nosotros mismos",
pues los otros pueden a veces ignorar el dolor y sufrimiento causado en
nuestro ser por sus impulsos y acciones. Luego de esto es necesario integrarlo a nuestra historia, como
parte de la vida, ya sea para cuidarnos, para no olvidar los
aprendizajes o para saber cómo las cosas nos pueden afectar y evitar
exponernos de ser posible, se trata de aprender a discernir desde lo que
nos ocurre personalmente o como colectivos. Al fin al cabo, es para
nuestros propios aprendizajes y fortalecimiento, de nosotros no depende
cambiar las cosas pero cuando desarrollamos la conciencia de nuestra
presencia en el mundo, de nuestra postura podemos ser mas asertivos en
situaciones futuras. Lo que nos lleva a respirar nuevamente con mayor
confianza en nosotros mismos por lo que agradecer es resultado de las
fases anteriores. Agradecer a la vida,
agradecer lo superado, agradecer las enseñanzas, agradecer nuestros
potenciales que se han convertido en capacidades, agradecer a las
personas y circunstancias que hicieron posible que seamos una persona
distinta, más humana, más amorosa incluso más compasiva.
Y concienciar se refiere a la etapa que nos
invita a vivir el aquí y ahora, teniendo presente nuestro ser a lo
interno y externo, y como nos afectamos unos a otros tanto en forma
positiva como en lo negativo. Cuando los procesos de dolor han sido muy
fuertes y duros es necesario seguir la rueda de la meditación (meditar
desde las emociones) hasta tanto la total auto-sanación se realice.
Muchas personas creen que con una sola vez que hagan esto superaran en
profundidad las secuelas de las situaciones límites. Hay que ser
perseverantes, autocompasivos y amorosos para acompañarnos en estos
proceso de vida - muerte y regeneración en el Aquí y Ahora.
Para lograrlo es necesario aprender a desarrollar los potenciales, que
si bien todos tenemos algunos desarrollados y otros no, es obligatorio
empoderarnos con responsabilidad para la tarea ineludible de afrontar
nuestras propias realidades con sus fortalezas y debilidades y frente a
las oportunidades y amenazas de nuestro entorno que nos reta y desafía
de modo permanente. Presumir que no vamos a tener vicisitudes reales y
sentidas, dificultades y oposiciones como fruto de los antagonismos y
contradicciones propias de la humanidad y de la historia es no entender
la vida, la existencia. Por eso no hay otra que prepararnos y
desarrollar nuestros potenciales como seres humanos y ciudadanos.
Veamos a continuación algunas actitudes y comportamientos que debemos
tener en cuenta cuando afrontamos situaciones límites: Es importante
crecer en el sentido de respeto, valoración y aprecio hacia sí mismo y
no tanto hacia las cosas que desea. Dar progresos en el sentido de la
confianza, la disciplina y responsabilidad consigo mismo y los otros.
Reconocimiento y desarrollo de las propias capacidades. Mente abierta y
receptiva para aprender desde la realidad tal como se representa. Dejar
que las cosas sean y desarrollar habilidad y destrezas que permitan
nuestra adecuación positiva y propositiva. Percibir sus propios
sentimientos y el de los demás y comunicarlos de modo apropiado.
Interpretar desde la esperanza entendiéndose por esto la capacidad de
ver las cosas con la paciencia necesaria y el optimismo de saber que los
cambios dependen de la anuencia de muchas voluntades y acciones
políticas que apuesten por lo bueno, verdadero y bello. Estar en paz
consigo mismo y los otros. Apreciar y valorar sus propios actos y el de
los otros. Desarrollas sentidos, significados que orienten las acciones
cotidianas. Estar consciente de una cultura subyacente basada en el
fatalismo, el pesimismo, la inmediatez, el facilismo y la desesperanza
aprendida nos hace más inmune a deprimirnos (mirar al pasado) y sentir
ansiedad (mirar al futuro) y nos hace vivir más el Aquí y Ahora para no
perder la energía que tenemos para encontrar soluciones y superarlas
inteligente y sabiamente.
Es necesario proponernos aprender de modo permanente estas actitudes y
comportamientos como parte de una rutina de ejercicios conscientes pues
nos van habilitando y fortaleciendo desde lo interno y hacia afuera. No
dejarlo para situaciones límites. Es como aprender a cultivar el propio
aceite que nos ayudará alumbrar en los días oscuros y que se presentan
en cualquier momento de la existencia.
Finalmente, cuando el sistema económico global con la connivencia de la
élite económica local juegan al desgaste, a la carencia, a la pérdida, a
la destrucción, al desabastecimiento, a la guerra psicosocial, al
desprecio y desvalorización de unos contra otros no debemos olvidar lo
que expresó nuestro Padre Libertador: "Dichosísimo aquel que corriendo
por entre los escollos de la guerra, de la política y de las desgracias
públicas, preserva su honor intacto”. Necesitamos potenciarnos la FE, la
ESPERANZA y el AMOR, que como potenciales humanos (y no son de las
religiones) forman parte de nuestra esencia pero que en la vida se
materializan en OPTIMISMO que las cosas tarde o temprano darán los
resultados esperados cuando actuamos conforme a la verdad, en la
CONFIANZA hacia nosotros mismos, los demás, Dios y la realidad pues
juntos nos necesitamos para superar todo a favor de todos y la PACIENCIA
necesaria que es fruto de la esperanza cuando hacemos las cosas desde
el bien, es decir desde la bondad y la verdad contenida en la belleza
del amor incondicional como pueblo bolivariano y latinoamericano.
Profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Lic. en Comunicación Social
Magister en Comunicación Organizacional. Dra. en Ciencias para el Desarrollo Estratégico.
alicesocorro2000@yahoo.es
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