martes, 27 de enero de 2015

RESPUESTA A ELIAS JAUA

Comenzando el año 2015, Elías Jaua Ministro del Poder Popular para las Comunas, escribió el artículo de opinión “¿Por qué Socialismo en Venezuela?, Elementos para la batalla de ideas” (1).

Entre tantos pases de televisión que muestran fiscalizaciones a galpones y abastos, inauguraciones de puentes y canchas deportivas, firmas de convenios internacionales como arroz, Jaua, tiene el merito de proponer la discusión con rigor, detenerse a pensar en el camino recorrido y por recorrer. Como el titulo de su artículo invita a la batalla de ideas, decidimos tomarle la palabra.

Abordemos el tema diciendo que la socialdemocracia en Venezuela durante más de medio siglo navegó entre la repartición y la compra de falsas lealtades. Unos gobiernos han repartido más, otros menos, el precio del petróleo ha determino esa medida.

Lo que si era fijo, era que la burguesía internacional gringa capturaba una tajada grande a través de precios bajos de materias primas, la burguesía nacional capturaba otra franja importante a través de la intermediación de la importación y a las masas se les dejaba lo suficiente como para que recapacitaran en no saquear violentamente.

Recordemos que las clases sociales en el pais no están marcadas por la acumulación plusvalía o explotación del pequeñísimo sector obrero, sino que están asociadas a la cercanía de grupos que captan la renta petrolera.

Cada mañana gran parte de los venezolanos de todas las clases sociales se despiertan pensando en su presa, un pequeño botín a conquistar, su gota de petróleo está en algún lugar y puede ser arrebatada. Esta psicología social egoísta y superficial, repite en todos los ámbitos la imagen de cientos de personas empujando para entrar a un vagón que está lleno y donde todos están apurados. Una especie de anarquía social violenta, es la base de sustentación del sistema político socialdemócrata.

Los mecanismos de contención social de la socialdemocracia son la represión de la disidencia por medio del encarcelamiento y asesinato de líderes revolucionarios y los operativos de exterminio rápido dentro de los barrios pobres. Podríamos resumir el esquema de la socialdemocracia así: pan hasta donde alcance, circo para transmitir valores de fragmentación, represión a los que se salgan del corral.

Ahora comencemos con las ideas que nos trae el Ministro. Jaua hace punto de honor a la irrebatible intensión política del chavismo de saldar la deuda social:
“Si entre 1985 y 1998, con un ingreso nacional de $213.286 millones, el gasto social fue de $78.540 millones (36,82%), entre 1999 y 2012, con un ingreso nacional de $883.089 millones, la inversión ascendió a $551.639 millones (62,46%)”.

Jaua basa las diferencias entre la 4ta República y la 5ta, enfatizando las magnitudes en el reparto de la renta. Algún adeco o copeyano podría desmontar la discusión diciendo que si con 200 mil millones de dólares la 4ta repartió 30 % a la población, si hubiesen tenido 4 veces más de ese ingreso (o sea los 800 mil millones que tuvo la 5ta) también hubiesen podido repartir el mismo 60%  que repartió el chavismo.

Pero eso nunca se sabrá, los adecos se dejaron estrangular por el sistema bancario internacional. Contra este sistema perverso surgió Chávez y la Revolución Bolivariana, vinieron a fundar otro mundo, al Socialismo, cuya esencia es un cambio cultural, un cambio en la relación humana, desde el egoísmo a la fraternidad, desde la conciencia individualista a la conciencia de pertenencia a la sociedad.

Creemos que no se puede dar como argumento de preservación del socialismo un asunto de reparto. Para repartir “bastante” no hace falta tener un gobierno socialista, sino unos cuantos socialdemócratas tibios en el poder y por supuesto, ingresos petroleros altos.

Por otra parte, el argumento “mas reparto=socialismo” es muy malo en un escenario de vacas flacas. Tomando en cuenta que no habrá mucho que repartir en el corto y mediano plazo; el sentimiento en las mayorías será: Chávez nos daba mucho, ahora Maduro nos da poquito, ¿qué le pasó al socialismo?

Parafraseando a Rosa de Luxemburgo “el socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del mundo” (1). Rosa nos explica a lo largo de su obra cómo el capitalismo nos hace analizar los procesos sociales en pedacitos aislados cuasi independientes, pensar que el reparto es aparte de la producción, que la producción es aparte de los servicios y los servicios aparte del comportamiento del pueblo a la hora de las dificultades.

En el artículo de opinión de Jaua se resaltan algunos logros culturales:

“La Revolución ha creado una auténtica red de instituciones que han jugado un papel destacado en el desarrollo de la cultura de nuestro pueblo. Ejemplo de ello son…la Fundación Librerías del Sur que cuenta con 61 librerías en todo el territorio nacional; la editorial El Perro y la Rana, con 24 imprentas regionales”
La filosofía “del cuchillo y tenedor”, de manejar estadísticas frías como argumentos para mantener un proyecto político, hace imposible posible que librerías, editoriales e imprentas de la revolución se planteen, por ejemplo, hacer un stand en las ferias del libro que hablen del hibrido económico socialismo-capitalismo, un stand que permita traer expositores que hablen de temas álgidos: ¿podemos hacer socialismo coexistiendo pacíficamente con los capitalistas? ¿Qué ejemplos históricos existen que demuestren que ese hibrido tiene buen final para los intereses de las mayorías pobres? ¿Cuál es el desempeño ético de las empresas capitalistas en países pobres o en países que transitan su camino al socialismo…cumplen sus contratos o evaden las normativas nacionales?

Hace falta que la estadística de recursos invertidos por la revolución en la cultura se traduzca en la medición de la certeza en la población y en los dirigentes acerca de cómo se comportarán los capitalistas en las recién decretadas Zonas Económicas Especiales venezolanas. La inversión en libros e imprentas debería incluir la difusión de la verdad de los costos políticos, económicos y sociales de asociarnos con “los malos” de siempre. Debería traducirse en millones de panfletos que digan “camaradas nos vamos a asociar con estos señores, los vamos a dejar establecerse en estos territorios porque estamos en estas condiciones, es muy posible que intenten hacer tales cosas horribles que ya han hecho en otras partes del mundo, pero si ocurre estaremos preparados para defendernos y continuar sin ellos”.

La inversión en cultura debería traducirse por ejemplo en la respuesta anticipada al hecho de que la Nestlé comience a desaparecer sindicalistas por defender derechos mínimos de los trabajadores, tal como lo hace en Colombia o en España. La inversión en cultura comunal, también podría esclarecer una respuesta anticipada al hecho de que muy posiblemente empresas de construcción tipo Odebrecht o Citic China dejen a medio camino grandes obras de infraestructura porque alguna cuenta no le cuadró en sus ganancias.

Continua Jaua: “Es significativo el desarrollo de la cinematografía con el esfuerzo conjunto de diversas instituciones… se estrenaron 13 películas venezolanas… el cine venezolano alcanzó un record histórico de 4 millones 120 mil espectadores en menos de un año, lo cual coloca a Venezuela como el país latinoamericano que más ve películas locales“

Por separar la cultura de la política es que no se ve la relación entre las películas financiadas por la revolución y los recientes eventos políticos. Por ejemplo el film “Papita, Maní y Tostón”, que logro casi 2 millones de espectadores, proyecta un eslogan final que reza “en este estadio cabemos todos”. Este tipo de films abrió las puertas psíquicas del pueblo chavista que aceptó sin mayor resistencia la entrada de la MUD a Miraflores en el 2014 en plena faena guarimbera golpista, porque al fin y al cabo “en Miraflores caben todos”.  En este tipo de films no aparece una post data de letras pequeñitas que diga: en “del juego de beisbol político” la derecha, fusilará a los chavistas en el estadio y si no, asi nos lo contó Víctor Jara. Por cierto pronto va a salir en las carteleras cinematográficas venezolanas la segunda parte de la saga Papita, Maní y Tostón (en serio).

Dice Jaua: “Se dio un notable impulso al desarrollo de la industria petroquímica”
Por hacer de cada sector de la economía un renglón separado no aparece en la estadística que la Polar, que de vez en cuando nos esconde la harina pan regulada, la exporta, nos la vende en forma de harina de cachapas más cara, participó en los conglomerados mixtos de la Petroquímica, llevándose a sus arcas familiares parte de ese "impulso".

Continua Jaua: “fue indispensable innovar, transitar por caminos vírgenes, asumir el riesgo del ensayo y el error. Ninguna Revolución ha escapado a ello”.
Quizás el error mayor fue precisamente desdeñar de otros ensayos socialistas en la historia de la humanidad. Pensar que había que probarlo todo otra vez a ver si a nosotros nos funcionaba. Volver a confiar en lo inconfiable, volver a darle la mano a la bestia furiosa. Pensar que estudiar los aportes teóricos de los clásicos es “dogmatismo” y que el dogmatismo entendido como el estudio de los grandes pensadores socialistas no contribuye al “desarrollo productivo”.

Es importante la discusión que nos plantea Jaua. Aparece, un poco tarde pero es bienvenida. Cerraremos este ensayo no parafraseando al Papa, sino a Néstor Kohan:

“Lenin pensaba que de la lucha económica no surge automáticamente la conciencia socialista. De las reivindicaciones cotidianas no emerge una organización revolucionaria. Hay que trascender el estrecho límite de los conflictos económicos (reclamos de empleo o de subsidios para quienes no lo tienen; mayor salario, vacaciones, reducción de la jornada laboral, para quienes sí lo poseen) para alcanzar un punto de vista crítico del capitalismo en su conjunto. Si el pueblo se limita a reclamar únicamente reivindicaciones puntuales, tan sólo conseguirá remendar el capitalismo, mejorarlo, embellecerlo y sobrevivir en el día a día, pero nunca acabará con el sistema ni con su miserable condición” (3).


Rosa Natalia 20-1-2015
trincheraderosas.blogspot.com / trincheraderosas@gmail.com / @trincheraDRosa


Fuentes:
(1) Jaua Milano, Elías (2015) ¿Por qué Socialismo en Venezuela? Elementos para la batalla de ideas http://www.vtv.gob.ve/articulos/2015/01/18/por-que-socialismo-en-venezuela-elementos-para-la-batalla-de-ideas-por-elias-jaua-milano-5733.html
(2) Carta de Rosa de Luxemburgo a Franz Mehring 27 de febrero de 1916


(3) Kohan,  Néstor (2010) Rosa Luxemburg, la flor más roja del socialismo http://www.rebelion.org/docs/17281.pdf



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