domingo, 12 de enero de 2014

2014: ¿ilusión de armonía?

MARYCLEN STELLING.


Amparado en unas legítimas e indiscutibles elecciones, amanece el 2014 cargado de reflexiones, actos de contrición y propósitos de enmienda.
Amparado en unas legítimas e indiscutibles elecciones, amanece el 2014 cargado de reflexiones, actos de contrición y propósitos de enmienda. Una suerte de pacto social consagra y promueve desde todos los sectores la convivencia y el diálogo. En perfecta consonancia, el Presidente convoca en tiempos diferentes a los alcaldes elegidos, observándose en la oposición reacciones que van desde la pragmática colaboración, la convivencia a pesar de las diferencias político-ideológicas, hasta posiciones de teatral cuestionamiento y enfrentamiento.

Sin embargo, no todo es color de rosa. Sumergidos aún en la fantasía navideña, la ministra de Comunicación e Información, Delcy Rodríguez, publica a través de Twitter una lista con los nombres, destinos y fecha de salida al exterior de varios dirigentes y políticos opositores. Se rompe la ilusión de armonía y voceros oposicionistas la acusan de delitos tales como invasión de privacidad, tráfico de influencias y usurpación de funciones. Desde el Gobierno, la ministra considera que se desmonta la doble moral de la oposición y el Vicepresidente rechaza los ataques y alerta sobre “señales de fascismo”.

La elección de la nueva directiva de la Asamblea constituye otro obstáculo para “los buenos deseos”. Una vez ratificado, Diosdado Cabello invita a jefes opositores a Miraflores y, según ciertos medios, a las fracciones de la MUD les “prometieron derecho de palabra” y “no les cumplieron”, por lo que ese sector calificó la reunión de “monólogo del Ejecutivo”, despreciando mediáticamente el llamado a debatir sobre el socialismo y el precio de la gasolina.

El receso electoral plantea a las fuerzas políticas tanto obstáculos como retos. Exige al Psuv y MUD, convertidos en maquinarias electorales, un descarnado proceso de crítica y revisión interna. Demanda a los sectores políticos resolver la contradicción entre la cacareada necesidad de convivencia y la función bélico-electoral, suerte de entrenamiento para “eliminar al adversario” por los votos. Deberán entonces someterse a una des-socialización bélica y aprender a comportarse como partes de un todo, Venezuela. Probablemente ello fortalecerá el frente de batalla mediático.

Un Plan de la Patria que goza de legalidad y legitimidad definirá la ruta sin presiones electorales y partidos políticos devenidos en simples maquinarias electorales.

Maryclen Stelling 
Socióloga/Profesora de la Ucab

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