jueves, 27 de junio de 2013

Bajarse del tigre.

ASALIA VENEGAS S.


El aciago año 2002 dejó huellas indelebles al país. Una oposición obtusa se lanzó por el tobogán del golpismo y no conforme con la heroica lección que dio el pueblo que obligó al retorno del Presidente, planificó macabramente el paro-sabotaje a la industria petrolera (fin 2002-enero 2003). Cual más descabellada, cada acción de los golpistas la narraban en cadena a las 6 pm los cabecillas del paro.
Son tantos los detalles de ese infausto hecho que por mucho que se publique da para volúmenes todavía sin compilar y editar, a pesar de lo que ya se ha escrito. La economía del país sufrió un golpe artero con la pérdida de 20 mil millones de dólares. Aquel personaje de la moribunda CTV dijo: "El paro se nos fue de las manos". Todavía no se ha levantado esa terrible decisión. Nadie dijo nunca que el paro había terminado. 

Los últimos episodios escenificados por Capriles, dentro y fuera del país, nos hacen recordar aquellos tenebrosos días. Capriles no anda solo. Lo acompañan en esta acción los más recalcitrantes opositores de la MUD. Desde el 14 de abril, son sesenta días de ir y venir, de un discurso flojo que no convence porque cambia de premisa cada minuto. Inconsistente, sin apego a la verdad, cuestiona todas las instituciones del país y al final no se sabe con precisión qué reclama.

Capriles no reconoció el dictamen del CNE la noche del 14-A. Se proclamó vencedor y mandó a sus seguidores a "drenar su arrechera" en las calles, lo cual originó la muerte de 11 venezolanos. Su responsabilidad es evidente por la instigación que hizo a sus seguidores. Él acusó a N. Maduro de ilegítimo y al Gobierno de "mientras tanto". Se cree jefe de Estado y unos cuantos jaleti así lo llaman; pretende que los presidentes de la región lo reciban con honores.

Es sabido que esa costosa gira tiene financiamiento de las ONG gringas, que darían un ojo de la cara por ver fuera del juego a Venezuela, al bolivarianismo y al legado de Chávez, por la repercusión que este tiene en la región. Entre el Papa y Peña Nieto le han dado dos golpes bajos a Capriles. Hasta sus opositores le gritan: "Bájate del tigre, que vienen las municipales". Ya en Miranda es un forastero. Ahora debe convencer a sus seguidores para que voten el 8-D y ¡con el mismo árbitro!


Periodista/Prof. universitaria

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