Gloria Carrasco
El candidato de la oposición tiene más de 15 años de tropiezos políticos. No se puede negar que ha tenido subidas y bajadas, pues porque es evidente que con un papá que recibe efectivo, cheque o transferencia es fácil ir en alza.
Por esos 15 años, en los que el majunche se ha esforzado por sobresalir, se encuentra en un punto en el cual se siente profundamente cansado. Esta tarea le ha costado mucho trabajo pesado, ha tenido que aprenderse nombres propios de venezolanos, ciudades, localidades, comidas, que nunca antes se imaginó que existían. Porque siempre pensó que los cheques de papá serían los que iban a garantizar sus caprichos y éxitos.
La realidad fue que Capriles se consiguió con un gigante como Chávez, que además de ser un titán, construyó un ideal tan inmenso como él, como lo es la revolución bolivariana. Esto le ha costado mucho entenderlo, por eso sigue con el capricho de ser presidente y ahora se calienta cada vez que habla de Maduro.
Varias veces lo he escuchado hacer berrinches porque Nicolás no tiene liderazgo. Saca sus frustraciones al sol y comienza a decir todo lo que él ha tenido que hacer para llegar al punto de ser candidato a la presidencia. Se pregunta, ¿Qué liderazgo tiene Nicolás?, sin nadie con la capacidad de responderle en su equipo, se queda con la duda y frustrado de ver que los mismos chavistas que le dieron la paliza electoral en octubre, ahora saldrán a votar por Maduro.
Habrá que explicarle al aplazado abogado, que el liderazgo no es un don divino que se logra con cheques, efectivo o transferencias de los amigos del papá para el hijo ni mucho menos es una carrera de cansancio que se le otorga al que insiste muchas veces.
Un líder es una persona que cuenta con capacidades para influir en un colectivo. El asunto es, que el liderazgo desde Chávez dio un cambio trascendental en la historia de la política en Venezuela. Ya las recetas de CAP, de Caldera o Lusinchi no dan resultado en esta sociedad. No se trata de correr una carrera televisada besando gente (y limpiándose el cachete por cierto), y demostrando que es una persona atlética.
Ese es el dolor de Capriles, no logra entender que esa formulita de liderazgo político que él quiere vender, ya no se vende.
Los líderes, de Chávez en adelante en este país, son personas que en primer lugar empoderan al pueblo de conocimiento, decisiones, participación, acción y sobre todo, transformación. El liderazgo de Chávez no llegó a la magnificencia que llegó por un carisma innato que por cierto el majunche se quiere atribuir. Chávez logró ser el líder que fue, desde el primer día que lo vimos en nuestras pantallas, aquel 4F, asumiendo una responsabilidad que no era de su exclusividad, pero en ese justo instante, cuando el culpable de esa acción corría peligro de muerte incluso, allí estuvo el comandante de frente a lo que viniera.
Maduro por su parte, fue nada más y nada menos quien el gigante Hugo Chávez seleccionó para seguir este camino de empoderamiento de la gente, no para mandar, sino para seguir la transformación de la patria hacía el socialismo.
En efecto Maduro es un líder, tan líder como para que Chávez lo seleccionara de manera rotunda y contundente por encima de sus compañeros militares del 4F, hermanos (yo votaría demasiado por Adan), y sobre todo ministras que lo acompañaron. Pero no fue ningún o ninguna otra quien gozó de esa certeza para ser el próximo líder de esta revolución.
Los celos del majunche por maduro, además de envidia son un veredero asco para político que se respete, es tan lamentable un candidato que va diciendo que su contrincante no tiene recorrido que de vergüenza ajena, de ver tanta incapacidad por entender lo que significa la construcción de la patria.
El liderazgo que anda atribuyéndose Capriles, es algo que definitivamente no tiene y el que tiene, le sirve solo para llegar de segundo, porque el único liderazgo que va a ganar en este país, es el liderazgo de la revolución que construyó Chávez y que Maduro es la única garantía de que siga trascendiendo.
@profgloria
gloriacarrasco@gmail.com
Por esos 15 años, en los que el majunche se ha esforzado por sobresalir, se encuentra en un punto en el cual se siente profundamente cansado. Esta tarea le ha costado mucho trabajo pesado, ha tenido que aprenderse nombres propios de venezolanos, ciudades, localidades, comidas, que nunca antes se imaginó que existían. Porque siempre pensó que los cheques de papá serían los que iban a garantizar sus caprichos y éxitos.
La realidad fue que Capriles se consiguió con un gigante como Chávez, que además de ser un titán, construyó un ideal tan inmenso como él, como lo es la revolución bolivariana. Esto le ha costado mucho entenderlo, por eso sigue con el capricho de ser presidente y ahora se calienta cada vez que habla de Maduro.
Varias veces lo he escuchado hacer berrinches porque Nicolás no tiene liderazgo. Saca sus frustraciones al sol y comienza a decir todo lo que él ha tenido que hacer para llegar al punto de ser candidato a la presidencia. Se pregunta, ¿Qué liderazgo tiene Nicolás?, sin nadie con la capacidad de responderle en su equipo, se queda con la duda y frustrado de ver que los mismos chavistas que le dieron la paliza electoral en octubre, ahora saldrán a votar por Maduro.
Habrá que explicarle al aplazado abogado, que el liderazgo no es un don divino que se logra con cheques, efectivo o transferencias de los amigos del papá para el hijo ni mucho menos es una carrera de cansancio que se le otorga al que insiste muchas veces.
Un líder es una persona que cuenta con capacidades para influir en un colectivo. El asunto es, que el liderazgo desde Chávez dio un cambio trascendental en la historia de la política en Venezuela. Ya las recetas de CAP, de Caldera o Lusinchi no dan resultado en esta sociedad. No se trata de correr una carrera televisada besando gente (y limpiándose el cachete por cierto), y demostrando que es una persona atlética.
Ese es el dolor de Capriles, no logra entender que esa formulita de liderazgo político que él quiere vender, ya no se vende.
Los líderes, de Chávez en adelante en este país, son personas que en primer lugar empoderan al pueblo de conocimiento, decisiones, participación, acción y sobre todo, transformación. El liderazgo de Chávez no llegó a la magnificencia que llegó por un carisma innato que por cierto el majunche se quiere atribuir. Chávez logró ser el líder que fue, desde el primer día que lo vimos en nuestras pantallas, aquel 4F, asumiendo una responsabilidad que no era de su exclusividad, pero en ese justo instante, cuando el culpable de esa acción corría peligro de muerte incluso, allí estuvo el comandante de frente a lo que viniera.
Maduro por su parte, fue nada más y nada menos quien el gigante Hugo Chávez seleccionó para seguir este camino de empoderamiento de la gente, no para mandar, sino para seguir la transformación de la patria hacía el socialismo.
En efecto Maduro es un líder, tan líder como para que Chávez lo seleccionara de manera rotunda y contundente por encima de sus compañeros militares del 4F, hermanos (yo votaría demasiado por Adan), y sobre todo ministras que lo acompañaron. Pero no fue ningún o ninguna otra quien gozó de esa certeza para ser el próximo líder de esta revolución.
Los celos del majunche por maduro, además de envidia son un veredero asco para político que se respete, es tan lamentable un candidato que va diciendo que su contrincante no tiene recorrido que de vergüenza ajena, de ver tanta incapacidad por entender lo que significa la construcción de la patria.
El liderazgo que anda atribuyéndose Capriles, es algo que definitivamente no tiene y el que tiene, le sirve solo para llegar de segundo, porque el único liderazgo que va a ganar en este país, es el liderazgo de la revolución que construyó Chávez y que Maduro es la única garantía de que siga trascendiendo.
@profgloria
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