sábado, 14 de julio de 2012

La vida es dura pero díficil

Carola Chávez






Dice mi compinchísimo Augusto Hernández: “Las pendejeras son las cosas más importantes de la vida” 
Pendejeras mías que me hacen sentarme a escribir sobre un amigo, amigo del alma, de esos que son como regalos inmerecidos, o merecidos, tal vez… -vamos a dejarnos de pendejeras- que uno, en su corre y corre, no le dedica ni una letrica cuando en verdad merece todos los abecedarios de mundo.
Escribo hoy sobre un un gran tipo que pareciera vivir para hacer feliz a la gente, como sin darse cuenta, como si no hubiera otra forma de pasar los días. Creo que es inevitablemente una buena persona, un tipazo por naturaleza.
¿Doctora, cómo va la vida? -Saluda muerto de la risa al borde de un ataque de asma, y basta que le digas que no va muy bien para que apechugue tus problemas como propios, no con el peso del sufrimiento y sacrificio que parecen llevan a cuestas los buenos samaritanos, no, él simplemente los asume a fuerza de alegría.
Me lo imagino ahorita, si está leyendo esto, con sus cachetes colorados:  “Déjese de vainas, doctora Carola.” Pero uno no puede dejarse de vainas porque creo que él tiene la fórmula para que la vida sea vida, no solo para uno y sino para todos los que estén a su larguísimo alcance, y estas cosas hay que compartirlas a ver si otros se contagian de la alegría de vivir con la que vive mi amigo.
“Alegría, doctora, alegría” Hasta cuando se pone furioso y le cuelgan los cachetes de la rabia, uno sabe que el epicentro de su furia es la defensa de la alegría. Furia temible, por cierto, que me ha hecho comprender que no hay nada más bravo que un alegre furioso y desde entonces lo quiero mucho y con mucho cuidado.
Cachetón camaleónico que es amigo, maestro, colega, monjita de la caridad, escritor admirado, gurú literario, compañero de jodas, luchas e ideas.
Ideas que saltan de su cabeza como saltan las cotufas de una paila caliente. Y van cayendo cotufas que germinan y florecen y uno mirando las flores y él, como si ese florilegio fuera normal, sigue lanzando cotufas, a veces preguntándose por qué no todos hacemos lo mismo, sin entender que lo que él hace no puede hacerlo cualquiera. 
“La vida es dura pero difícil, doctora” Dice muerto de risa y hace maromas imposibles para que así no sea. Quijote cachetón a quien no tengo modo de agradecerle tantas cosas, tanta risa, tanta alegría… (inserte aquí pausa con puchero y lagrimita emocionada)
“La vida, doctor, la vida”  Si no nos queda más remedio que vivirla, porque de todos modos estamos vivos, yo quiero vivirla toda, regalando solidaridad, inteligencia y alegría, así como lo haces tú, mi amigo que brilla aunque quiera pasar agachado, amoratado de tanta modestia. 
Con amigos así, la vida -dura pero difícil- tiene más sentido.
¡Feliz cumpleaños, Doctor!

No hay comentarios: