domingo, 17 de febrero de 2008

El Nacimiento del Tercer Motor de nuestra Revolución surgió en Angostura.

*JUAN MARTORANO.

El Tercer Motor de la Revolución Bolivariana que sigue a paso de vencedores rumbo al socialismo, tiene ahora una significación especial porque forma parte de las grandes líneas transformadoras del Proyecto Nacional Simón Bolívar, porque esas frases Moral y Luces que hoy siguen retumbando más allá del Orinoco y su Piedra del Medio, se harán realidad a través de la meta de lograr establecer en la nueva Venezuela una ecuación con valores socialistas.

Por ello a partir de ahora, cada 15 de febrero, Venezuela y especialmente los bolivarenses, al conmemorar el 189 aniversario del Congreso de Angostura, tienen una visión distinta de esa histórica fecha que convirtió a Ciudad Bolívar en la cuna de los países libres de América Latina.

Luego de la toma de la ciudad por los Patriotas, Santo Tomás de la Angostura – hoy Ciudad Bolívar - capital de la Provincia de Guayana y de la República en aquél entonces, se convierte en fortaleza natural de la gesta emancipadora. Simón Bolívar expuso ante el Consejo de Estado, la necesidad de convocar elecciones para celebrar un Congreso Nacional que dé una salida constitucional a la inestable situación política del país.

Finalmente, en 1819, se convoca el Segundo Congreso Constituyente de Venezuela o Congreso de Angostura, con la participación de las provincias de: Caracas, Barcelona, Cumaná, Barinas, Guayana y Margarita. Y en donde Bolívar pronunció su famoso Discurso de Angostura.


Dicho discurso esta lleno de sabias reflexiones, de un insuperable contenido político y filosófico. Es difícil concebir que pieza tan sesuda pudo haber sido creada en medio del estruendo de la guerra, los viajes a caballo, en embarcaciones, los sacrificios, las intrigas de los mismos conciudadanos. En Angostura, Bolívar es sociólogo, filósofo, historiador, visionario, nos muestra lo que ha asimilado de los clásicos antiguos y modernos, es esencialmente un político creador. Es el poder de concentración lo que asombra de Bolívar, demostrado cuando dictaba hasta tres y cuatro cartas a la vez. Ejemplo de este propósito regente se puede distinguir el siguiente extracto del Discurso, en el cual Bolívar dirige a los representantes del Congreso. En términos simples, lo que el Libertador da a entender es la necesidad de que por medio del sufragio existan representantes del pueblo que conduzcan los poderes públicos fundamentales para el manejo del Estado."¡Legisladores! Yo deposito en vuestras manos el mando Supremo de Venezuela. Vuestro es ahora el augusto deber de consagraros a la felicidad de la República; en vuestras manos está la balanza de nuestros destinos, la medida de nuestra gloria, ellas sellarán los decretos que fijen nuestra libertad". Revelando esto el profundo respeto y apego del Libertador por las instituciones y leyes de La Nación, su enorme capacidad de desprendimiento que un revolucionario y revolucionaria debe tener, desmonta aquella matriz de opinión en la que se quiere ensalzar al General Santander, como el hombre de la institucionalidad y de la Ley, cuando Bolívar demostró hasta el final de sus días, su respeto, su apego a las leyes, así como también la importancia, el rol y las grandes
responsabilidades que cómo parlamentarios y parlamentarias revolucionarios y revolucionarias tenemos en estos tiempos de construcción de nuestro Socialismo.

El Libertador en este discurso hace gala de los principios esenciales a los que se atiene la comunicación política. En este caso la necesidad que tiene el hombre de ser libre venciendo a la esclavitud, hija de las tinieblas: "Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir, ni saber, ni poder ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros las lecciones que hemos recibido, y los ejemplos que hemos estudiado, son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción..."Aquí Bolívar denuncia el mal de la ignorancia, de la manipulación, de la tiranía que impero durante mucho tiempo, de los vicios, del alcoholismo, la ludopatía, la explotación del hombre por el hombre, porque las esclavitudes de hoy en día subyacen bajo mecanismos mucho más sutiles e imperceptibles para muchas personas hoy en día. Pareciera que Bolívar estuviera con estas palabras, denunciando a los principios y valores, pilares en los que se sostuvo la IV República y el capitalismo, que algunos sectores políticos y económicos en nuestro país pretenden revivir.

Pero citando nuevamente a nuestro gran libertador Simón Bolívar en su discurso medular, enuncio a la patria como un todo
"Si no hay un respeto sagrado a la Patria, por las leyes, y por las autoridades la sociedad es una confusión, un abismo; es un conflicto singular de hombre a hombre, de cuerpo a cuerpo".
Frente al mosaico de intereses encubiertos por el "nacionalismo", Bolívar enfrenta su bandera de combate: la unidad. La misma sería permanentemente expresada por él. Bolívar en su discurso proclama que "Para sacar de este caos nuestra naciente república, todas nuestras facultades morales no serán suficientes, sino fundimos la masa del pueblo en un todo: y el espíritu nacional en un todo. Unidad. Unidad. Unidad, debe ser nuestra divisa." En este discurso pronunciado ante el Congreso de Angostura, Bolívar enfatiza en la necesidad de gobernar y legislar con métodos y formas propios, cuando señala: "Aquí es el lugar de repetiros, legisladores, lo que os dice el elocuente Volney en la dedicatoria de su Ruinas de Palmira: «A los pueblos nacientes de las Indias Castellanas, a los jefes generosos que los guían a la libertad: que los errores e infortunios del mundo antiguo enseñen la sabiduría y la felicidad al mundo nuevo». Que no se pierdan, pues, las lecciones de la experiencia; y que las secuelas de Grecia, de Roma, de Francia, de Inglaterra y de América nos instruyan en la difícil ciencia de crear y conservar las naciones con leyes propias, justas, legítimas, y sobre todo útiles. No olvidando jamás que la excelencia de un gobierno no consiste en su teórica, en su forma, ni en su mecanismo, sino en ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la nación para quien se instituye". Reclamando fundamentar las guías de nuestra Patria para encaminarla a un futuro de justicia y de paz. Según él el sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce más suma de felicidad posible, seguridad social y mayor suma de estabilidad política. Un gobierno cuyas bases deben ser la soberanía del pueblo, la división de los poderes, la libertad civil.

Luego de desarrollar la tesis de que las leyes de una nación nueva deben emanar de sus realidades concretas, físicas y sociales concluyó con esta sentencia: "¡He aquí el código que debíamos consultar, y no el de Washington!".
Así concebía Bolívar la independencia latinoamericana, no solo como la independencia política de España sino ideológica e institucionalmente separada de los EE UU, el nuevo peligro que se levantaba.
La ideología y acción bolivariana vierten torrencialmente todo el complejo de sus ideas respecto a los Estados Unidos. Ideas que no distan mucho -o nada- de lo que se presenta para los latinoamericanos en los momentos actuales. Pueden constatarse las similitudes entre aquella época en la que Bolívar trata de entender su momento histórico y producir ideas originales, restituyéndolas con genialidad en las acciones político-prácticas, y compararlas con nuestra época.
En los tiempos de Bolívar el imperialismo yanqui apenas comenzaba a manifestarse en declaraciones, doctrinas y zarpazos de alcance limitado hacia territorios cercanos, pero su genio intuitivo le permitió descubrir al monstruo.
En este sentido y posterior al análisis realizado consideramos oportuno señalar, que el pensamiento y el ejemplo de la acción de Bolívar mantienen una vigencia extraordinaria en el actual momento histórico que viven nuestros pueblos latinoamericanos. Bolívar pensaba en términos del continente americano, sin distinción de regiones, historia y actuaciones. Su visión de la unidad tiene el sello de hispanoamericano. En esta idea persistió desde 1815 con la Carta de Jamaica, hasta 1826 con el Congreso Anfictiónico de Panamá. La integración es una necesidad e imperativo que debe concebirse de manera integral, con un alto contenido político que acelera y profundiza los vínculos económicos, culturales y sociales entre las sociedades que la componen.

A 189 años del histórico 15 de febrero de 1819, Ciudad Bolívar se regocija en un solo sentimiento, el orgullo de respirar los aires que inspiraron y arrullaron los sueños libertadores de grandes hombres y mujeres. Las calles y muros que adornan el Casco Histórico de la capital bolivarense guardan testimonios de un lugar especial "El Altar de la Patria".
Ahora la Octava Estrella se crece en la grandeza de su historia y toda Venezuela viajará hacia el sueño de libertad e igualdad que hoy día, gracias a la Venezuela socialista que está naciendo de la mano del líder de la revolución, Hugo Chávez, con valores de cultura y solidaridad, es una revolución ética, por eso tomo la tremenda frase de Bolívar allá en Angostura: "Moral y Luces son los polos de una República", afirmó el comandante Chávez al anunciar los cinco motores para "transitar como locomotoras victoriosas" hacia el Socialismo del Siglo XXI.

"En calma no se puede hablar de aquel que no vivió jamás en ella: ¡de Bolívar se puede hablar con una montaña por tribuna o entre relámpagos y rayos, o con un manojo de pueblos libres en el puño y la tiranía descabezada a los pies…! "(1)José Martí.

*Abogado y Analista Político.

jmartoranoster@gmail.com
, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar

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