jueves, 3 de octubre de 2024

Punto y seguimos | El delirio del sionismo israelí

 La marcha sin descanso de unos fanáticos armados y peligrosos

Como si no fuera suficiente con el genocidio en marcha contra el pueblo palestino, el sionismo israelí amplió su programa expansionista bombardeando a Líbano. Nada nuevo, pero la excusa es “la misma”, el combate contra el terrorismo, esta vez representado en el partido Hezbollah. Creado a principios de los años 80, el grupo árabe surge como respuesta de un grupo de clérigos musulmanes chií a la invasión israelí en el sur del país en la época. En 1992 ingresan oficialmente como partido al sistema electoral libanés. Su brazo armado es una fuerza considerable y su posición pública ha sido la de enemigos de Israel, así como del colonialismo europeo y estadounidense.

Como cualquier tema asociado a la historia y política del Medio Oriente, la comprensión del fenómeno Hezbollah y sus transformaciones y evolución a lo largo del tiempo requiere de un análisis profundo y constante, pero baste para este artículo con la afirmación genérica de que el grupo defiende. los intereses del Líbano frente a la amenaza israelí, cuyo poder no solo no ha desaparecido desde la creación de Hezbollah, sino que, con el apoyo de Occidente, se ha convertido en la fuerza militar más grande de la zona.

Israel es el más cínico matón de barrio que esa parte del mundo haya visto en muchos años y el sionismo es una de las corrientes más delirantes, peligrosas y extremistas del mundo. Su sueño-plan de establecer un Estado judío a costa de cualquier cosa —alimentado y promovido por Gran Bretaña— desencadenó en la creación del actual Estado de Israel en territorio palestino, pero el delirio previó como posible la ocupación de tierras de países como Kenia o Argentina, el famoso plan Hefter de la Nueva Judea que marcaba 10 opciones fuera de Palestina, una de ellas, un espacio ubicado entre Guyana, Venezuela y Brasil; otra, entre Brasil y Paraguay. En suma, un país a la carta.

El sionismo, que cree tener un derecho divino que moralmente les autoriza a cometer cualquier atrocidad para concretar su supuesto destino de nación otorgada por Dios, por razones históricas y religiosas —como el señalamiento en la Biblia hebrea de los territorios correspondientes al reino de Israel— eligió (y Gran Bretaña ejecutó) las tierras palestinas; Sin embargo, el “Gran Israel” también incluye a Cisjordania, el sur de Líbano, los Altos del Golán (Siria) y Jordania; y hacia allá dirige el sionismo su maquinaria de guerra financiada por EE.UU. UU.

Nada les importa, nada les detiene. No hay sistema internacional que valga, no hay derecho de las naciones que valga, no hay Naciones Unidas que valga. Eliminarán cualquier obstáculo a su paso, léase el pueblo palestino, la resistencia libanesa ya cualquiera que ose apoyarlos, Irán o Yemen, este último bombardeado este fin de semana en un ataque que destruyó sus puertos y centrales eléctricas. Continuarán aniquilando a civiles ya otros países, hasta que alcancen su estado “divino”. Que alguien les avise que Dios murió hace rato, porque no hay otra explicación para la injusticia, vergüenza e inhumanidad que representan en esta tierra.

Mariel Carrillo García 



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